viernes, 31 de diciembre de 2010

FELICIDADES, BUENOS DESEOS O...


Fotografía
de
Abril
de
2004
Comenzaremos por dónde se debe:
A ver: ¿Cómo han conseguido salir de las navideñas fiestas? ¿Indemnes y contentos; algo tocados -física o anímicamente-; algo jodidillos o con algún instinto asesino reprimido aunque con cara de máscara sonriente?
Oigan, allá ustedes. No me importa.
Pero el motivo de esta entrada lo conforma un hecho que suele producirse por estas fechas, antes o después del dichoso 25/12 (todavía hay tarados por ahí que dicen que se celebra "el cumpleaños" del nacimiento de Jesús. Sin comentarios).
El hecho que me sirve de base es el siguiente: He pasado toda mi vida laboral, trabajando en lo que se llama el medio financiero -lo que junto al "Imperio" domina, aguanta, cambia o vomita sobre el pueblo, nosotros, nuestras vidas, nuestros "bienestares, cabreos o miserias-.
El asunto es que, aun trabajando junto con miles de personas -claro: "una gran empresa, hasta con retoques de multinacional"-, resulta que yo -ya jubilado, se puede decir que desde hace diez años-, he quedado con un contacto muy esporádico y con tintes de cariño y colorines de amistad con un grupo de no más allá de 6 ó 7 seres. A veces nos juntamos una vez al año -por Navidad, como mandan los cánones- y otras, además de la ya dicha, cualquier otro día del mes que sea del año; es decir, en ocasiones, dos veces por año. Hace unos años, hasta cuatro de nosotros nos fuimos -naturalmente sin mujeres- tres días a Silos y sus alrededores y resultó un viaje encantador que, al menos yo, no olvidaré fácilmente.
Bien. Hace muy pocos días, nos reunimos a comer seis de este grupo, cinco hombres y una mujer. Dos jubilados y todo el resto, salvo el benjamín del grupo, a punto de irse a casa o porque les toca o porque los Consejos de Administración, en connivencia con el gobierno de turno, están intentanto salvar los dineros del mundo "arrejuntándose" grandes entidades financieras entre sí y pegándose por ver, después del "ajuntamiento", quién queda mandando...En fin.
Señores (neutro) amigos: Y éste es el hecho a destacar:
- Nos saludamos tal que si nos estuviéramos viendo y tratando, todavía, todos los días. De entrada, esto alegra.
- En toda la comida y sobremesa, ¡no sonó ni un puto móvil! (Y debe constar que alguno había con una madre con grave problema físico).
- Apenas se rozó, o en todo caso se trató poco, el asunto laboral o de trabajo, y eso que con la fusión, prejubilaciones, bajas incentivadas y demás inventos del dinerajo, juraría que bastante parte de sus masas grises estaban ocupadas por este tema. (Se habló de cine, de libros, de anécdotas antiguas, de risas riéndonos, de chistes nuevos...) Reinó un ambiente tan agradable que tuvo que saltar el tema de hacer otro viaje ante la pasada buena experiencia del que hicimos a Silos. Esta vez a Valladolid, de donde es el castellano seco y dogmatizante, estupenda persona, del grupo.
Lo siento -o no- por el que discrepe, pero para mí ese próximo pasado día, ha supuesto la auténtica celebración de estas fiestas un tanto odiosas: Antiguos compañeros, casi amigos, en armonía; casi todos sabiendo vida oculta de los otros; risas sinceras, ¡SINCERAS!; brindis verdaderos, auténticos -DE AUTENCIDAD- de seguir estos encuentros e incluso de viajar juntos... Cada quíén que añada o quite lo que quiera. Así me sentí, así lo cuento.
Acabo con deseos para vuestro y mío año que se nos echa encima:
-Aquél (neutro) que guste del buen morapio, del dorado espumoso aunque no lleve bailando y flotanto entre sus burbujas a bellas damiselas cubiertas de, también, doradas escamas o de más fuertes etílicos, aunque bien destilados, salid del año como podáis, ¡pero salid!; aunque sea a rastras. No recuerdo otro año tan apestoso como el que nos deja.
Pero ojo, entrad con suma cautela en el recién nacido 2011; como se parezca en algo a su precedente, la jodimos tia Paca. No estará de más adoptar todas las medidas de precaución que se puedan, de todo tipo. Para ir quitándoselas y quedar felizmente en bolas danzando al viento en lo alto de una meseta con un bellísimo valle al fondo, siempre habrá tiempo... Bueno, si es que no nos lo roban, también.
A apañarse como cada uno pueda, buena gente, en el 2011.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano

martes, 28 de diciembre de 2010

REVOLTIJO CABREADO.


Fotografía de MAYO 2005 - ALATOZ
Ayer, no más que ayer, mira tú, había llegado hasta la hora de comer (según la modernez europea "el almuerzo") con un contento sorprendente y agradable. Había resuelto, por la mañana, asuntos domésticos, vanales y sin gran importancia. (Esto a un jubililado le da mucha marcha). Hasta va y comí bien, con gusto, regusto y los correspondientes chupitos de orujo de postre... ¡Cago en todo!
Llegué al sofá, le di el tonto botón de encendido de la consabida caja tonta, por ver las noticias/animaladas que el humano había pergeñado desde la noche anterior.
¡Ay, Dios! No iré por orden sino según me rebotan en la cavidad craneal...:
- Creo que ustedes/vosotros sois conocedores de que en España, Valencia y en concreto Castellón, albergamos a uno de los mayores sinvergüenzas y caraduras que nuestra especie puede parir. Tiene un alto, bastante alto cargo en esa provincia. No sé, estaba imputado y pendiente de juicio de unos 10 ó 12 cargos -¿me he pasado o no he llegado?- Este tipo tiene la suerte de que en su país, el nuestro, España y sus comunidades tienen una Justicia de pena o de risa, ya no lo sé.
Salen los señores magistrados y proclaman, sin ningún rubor ni cagalera, que unos 7 u 8 cargos han sido sobreseídos porque han prescrito.
Veamos, la habilidad de los abogados de este elemento han conseguido liar hasta tal punto a nuestros listísimos jueces que han ido pasando los años hasta no poder meterle mano y retorcerle bien los huevos -sin perdón-.
Atención: La noticia televisiva dice, más o menos -hablo de memoria- "... los jueces reconocen que ¡DELITO SÍ QUE HA EXISTIDO!, pero, como la que dice, ¡ay, se me ha pasado de fuego..." Después la parlanchina noticiera dice que el fiscal va a recurrir esta resolución (¡qué menos, coño, piensa uno!)
El pantallazo siguiente, nos muestra, detrás de unos micrófonos a un aliñado, de buena parla pero con impresentables y vomitivos parlamentos, a un tal "Gonzáles Pons "pepé" diciéndole a toda España ¡¡CÓMO SE HA DEMOSTRADO LA INOCENCIA DEL SR. FABRA!!... ¡Como "pa no cagá en un mes!. Muy poco después sale otro "pepero" -lamento mi memoria, no recuerdo quién era- proclamando !cómo, de qué manera y rápido, "los medios" y "otros partidos" debían ir corriendo de rodillas a perdirle perdón al Sr. Fabra.
Después de llorar con rabia lo que de pandereta queda en nuestra España, agarré un cabreo que me atragantó dos sorbetes de orujo.
(Tenga Vd., amable que me lee, algún insignificante lio de unos cuantos euros con Hacienda, y si no acaba embargado o en la cárcel, me llama, por favor, sí, a modo de protector de mi sufrido estómago)
Segunda: Repté por el sofá, me colgué de la lámpara y, cual hombre araña, casi quedo colgado o pegado del techo.
Me sacan a un superafeitado, guapetón y empindongado Obispo de Alcalá, (España) dogmatizando muy seriamente que, más o menos -ya digo, largo de memoria- sobre la llamada violencia de género y ¡AFIRMANDO! que la mayor incidencia de esta lamentable lacra se da entre las uniones no bendecidas por el matrimonio canónigo, es decir, que si a usted no lo ha casado un cura -puede que pederasta- ante una multitud de gente sudando en un templo que no hace más que maldecir a los novios por elegir Julio o Agosto para esta ceremonia, y que no hacen más que recordar que, ¡joder, por no ir pronto, la "lista de boda" estaba casi vacía y les costó un huevo "el cubierto", que ya veremos lo que nos dan..., pues eso, que si no es así, usted está desarmado ante la tentación de, a la mínima regañina, darle pasaporte a la parienta... No supe cómo reaccionar; creo que estuve enajenado unos momentos. Medianamente tranquilo, de nuevo en el sofá, miré a mi santa por si ella me hacía alguna seña o me contaba de algún sonoro cataclismo reciente... Nada, como si nada. Bueno, todavía no me había repuesto cuando mi santa esposa, sin dirigirse a mi, como hablándole a la pantalla, como que murmuraba:..."¿pero este tio es imbécil...?" Entonces supe que sí, que mi traumatismo había tenido su motivo.
Luego, la simpática parlanchina de buen busto -vaya que sí- siguió con las noticias que le habían puesto en el guión... ¡toma la guinda, chalado! ¡¡La electricidad sube como un 9%, el gas sobre un 3% y pico!! Sólo le faltó decir, "y ustedes, cuidadanos, amables televidentes se van a tomar por culo", y si pasa frio o calor para poder comerse una patata hervida, se jode y asunto concluido... Mejor me callo ya.
¡Tan bien que había comenzado el día!
Me acosté bastante inquieto a pesar de la pastillita de los cojones.
Como dice el señor Mota: ¡Ay, señor, llévame pronto"
Y yo añado: ¡Por favor, que alguien me explique esta mi España o la limpie de mierda y mierdas!
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano

sábado, 25 de diciembre de 2010

FE DE VERGONZOSA ERRATA.

En la entrada titulada "AL SOCAIRE DE IR VIVIENDO", tengo una monumental metida de pata:
Donde se hace mención "al 98 del siglo de los 1900", "debería decir "DE LOS AÑOS 1800" .
Humildemente, lo siento.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

viernes, 24 de diciembre de 2010

QUE LA VIDA NO ME SEA INDIFERENTE


Nuevo robo o plagio: Título: verso de una canción de Ana Belén pero cuyo texto no es de ella. Perdón al anónimo autor. Y otra viñeta que le hurto a EL ROTO, siempre genial.
Ya que estamos en estas fechas en las que casi por obligación hay que removerse el sentimiento, y no más pensar en lo que de bueno tiene o puede tener el mundo (¡al que primero dé con algo, ¡premio gordo!), yo os invito a un pensamiento que, según nuestro mundo actual puede considerarse "productivo", pero según las buenas conciencias enjundiosas que, es probable que este noche suelten, en plan escandaloso, un villancico mal entonado, mal cantado pero, eso sí, muy alegre, sí, que no se priven, mas en tanto cantan que recuerden que, a pesar del día y todas sus alegrías de "grandes superficies" y cenas contra la salud, muchos millones de personas y, lo peor, niños que ni siquiera saben que nuestro mundo occidental y norteño existe y sólo siguen con su imagen de mocos, llantos de un silencio abrumador y moscas por todo su rostro de enormes ojos que no entienden nada, y lo que menos su sufrimiento.
(Yo soy así, lo siento. El que me quiera que me coja y el que no... ¡así me importa!)
La viñeta de EL ROTO nos debe recordar de forma clara la razón de que uno de los hijos de la joven María y el carpintero José, tuvo que nacer en Belén, así, sin pensarlo ni buscarlo, el grande Jesús de Nazaret. Tan sólo sus padres huían de una ley bárbara de un rey judio (CONVIENE ESTA ACLARACIÓN: NO SOY ANTISEMITA Y HE LLEGAGO HASTA EL LLANTO O LEYENDO ALGÚN LIBRO O VISIONANDO UNA PELÍCULA SOBRE SUCESOS DEL HOLOCAUSTO). Y bueno, alguien puede pensar que aquella atroz ley del animal Herodes a fin de cuentas iba contra su propio pueblo, y de él, contra los más inocentes. No vale; no me vale.
El pueblo judío ha sufrido lo indecible (aunque hoy ya esté todo dicho y -casi- todo visto -o con excepcionales reproducciones cinematográficas o documentales rescatados para bien y vergüenza de la humanidad, nosotros-).
Pero ahora viene mi recado para vosotros, amigos, amiguetes, gentes amabilísimas que les da por leerme (por fortuna hay gustos para todo): Todo ese sufrimiento de años y años del pueblo judío, ¿le otorga algún derecho para que ahora ellos maltraten y, tal parece, quieran extinguir, persigan la extinción del pueblo palestino? ¿Qué mal han hecho los judios a los palestinos, salvo que protestarán -muy lógicamente- primero a gritos y luego a lo bestia con armas y cohetes, porque unos señores, finalizada la segunda guerra mundial, repantigados y con puro en la boca decidieran que Palestina debía desalojar parte de su territorio para que lo ocuparan los sufridos judios, que, por otro lado lado, nada más posaron sus plantas allí dejaron de ser sufridos y se convirtieron en prepotentes y poderosos, arropados por "El Imperio"?
Buenas gentes, lo siento. Éstas son mis formas de de desearos "lo mejor" en estas fechas dominadas por un tremendo paganismo, y ese lo mejor es y será siempre no olvidar, de nadie absolutamente, los orígenes, algo como un fleco de "memoria histórica" (con perdón y sin ánimo de molestar a nadie)
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano

jueves, 23 de diciembre de 2010

AL SOCAIRE DEL IR VIVIENDO.


"Pilila y felpudito a punto de congelación"
Fotografía en Diciembre de 2010. El Invierno empujando al Otoño en el patio de mi casa en ALATOZ -que no es "particular", porque es alquilada-
Ando a la espera de que acudan a mis meninges escribidoras las ideas oportunas y, sobre todo, acertadas para dar el puntillazo al tema entrañable del "bar de mi esquina". Pero ocurre que la inspiración es sumamante borde, y requiere que desde que te levantas hasta que te acuestas debes estar pendiente y concentrado en esta jodida pantalla a ver si te viene a las mientes algo decente que escribir.
No he estado en tal posición. A veces le he dado unos quince o veinte minutos de tiempo, pero, por lo visto, mi mente, la parte culta de mi mente, no estaba receptiva. Es decir que sigo, o seguimos, sin darle para el arrastre, al toro para que en el desholladero lo destripen en canal y se nos muestren esas últimas tripas que nos quedan por oler y despreciar, eso sí, no antes de analizarlas...

Pero bueno, uno, cada uno, siempre lleva dentro una especie de diablillo.
Yo, aunque no lo parezca soy uno de esos pocos a los que les preocupa España (¿Esto no ocurría en el 98 del siglo de los años 1900?).
Así pues, vacía la cabeza de ideas entretenidas y llena de tormentas y follones variados, os/les dejo un tema a ustedes/vosotros, cual es:
¿¡Qué cojones se puede hacer con España -no sé de Vds./vosotros, pero sí por mí, querida España!? ¿Es que no han nacido en nuestro rico terruño especímenes capaces de dirigir nación tan hermosa? ¿Qué cojones hacen los actuales capitostes -gobierno de risa y oposición ridícula- todavía con representación sin que hasta hoy los hayamos empujado a todos hacia cualquier acantilado y que se los trague el mar de una puta vez...?
Amigos o amiguetes, en tanto se me ocurre algo más agradable, por favor, pensad en España y la puta gente -ojo,golpes de pecho al canto- que entre unos y otros HEMOS elegido para que se "peguen en el parlamento y, lo peor, sin ningún mierda que nombre, como mínimo la palabra solemne de ESPAÑA..." ¡A tomar por el culo, hombre!

Siento la explosión. Hasta pronto.

DESVENCIJADO

viernes, 3 de diciembre de 2010

ALIENTOS DEL BAR DE MI ESQUINA


Fotografía de Agosto 2010.
En esta buhardilla de "mi escape" -Alatoz-, casi
ambientada y decorada por entero por mí, he pasado
ratos magníficos, escribiendo.
De los millones de palabras, miles de frases y también
miles de hojas, por mí escritas, en este rincón,
podría jurar que, al menos, 30 ó 50 de ellas, las
he parido buenas de verdad, pura literatura.

No quiero dejar pasar la ocasión sin comentar, a propósito de lo que en este blog pueda haber de "literatura", el llamar o ilustarar al gentío o descubrir o informar de uno de los grandes pecados capitales de los españoles que ningún sesudo intelectual ni comenta ni analiza: "LOS ESPAÑOLES SOMOS ESPECIALISTAS EN PRACTICAR LA LLAMADA "IGNORANCIA ATREVIDA" que esencialmente consiste en dogmatizar sobre lo que no se tiene ni puta idea. (No sé si llegará el mensaje a quien debe, aunque por teléfono ya se lo he dicho).


EL ALIENTO DEL BAR DE MI ESQUINA

Viene M.A. hacia mí. Con premura. El local está lleno. Yo me he situado en mi rincón (“el rincón del villano”, les digo, rememorando a Lope).
Llega a un lugar, no más a dos metros de mi mesilla, en que debe decidir. Un joven grandón, en un taburete, además de su gran humanidad, ha ocupado un espacio “espacial” excesivamente exagerado.
M.A. no cabe, no puede pasar. Viéndola, intuyo, que no ha pensado en el quiebro mágico que las mujeres dan a su cuerpo cuando el momento lo requiere. Claro, de frente no cabe. No tiene exageración de caderas, pero sí es mujer bien construida: De frente, o rompe muro (que no puede), o le da un huesazo de cadera al okupa del espacio y lo hunde en su almuerzo (¿un vino; un cruasán; un bocata tostadito y calentito de beicon, sobrasada y queso; el postre de carajillo…?). El tipo es un abusón: Se merece un buen caderazo. María Ángeles, como siempre, opta por las buenas formas y la excelente educación, máxime cuando está rigiendo un local de restauración que dirige ella y en el que siempre, apurada o ligera, y con amplia sonrisa, pero siempre con mesurados pero rápidos movimientos, acompañan sus andares, tanto detrás de la barra como cuando con platos en ambas manos se dirige a servir cafés o bocadillos a las mesillas parlanchinas. Tal es que María Ángeles decide por su posición de perfil (bonita, por cierto), y por con las manos en alto y cargadas, pasar entre la espalda del grandón y la pared… (¡Qué más soñara él con el roce, duro y blando -¡que cosas, ¿eh?! No es contradicción… ¡Es así, este dichoso roce!. Lo peor de este roce, creo yo, es que las hembras lo saben; ay!-).
Me sirve el servicio (¡que frase tan redicha, ¿no?!)
¿Cómo se puede definir el gesto de una mujer de rostro atractivo/ serio/amable/sonriente/urgente pero sin contagiar “estreses”/agradable/seco de firmeza, no de antipatía/grácil y veloz… ¿A ver, ¿quién puede definirlo? No obstante, yo, mirón de sentimientos, no me he fijado en nada de lo que me ha dejado en la mesa. No más que la he estado mirando a su rostro, su gesto, el brillo de sus ojos, su desparpajo, su ligereza… Creo que sí, que el rumor es cierto: María Ángeles está enamorada… (Ah, ahora ya, cada cuál imagine y elucubre…-menos algunos malandrines de su confianza que, seguro, ya sabrán hasta identidades-).
En estas horas tan españolas del tentempié, cortado de café o pequeño bocata en regla, de todo currelante hispano –o de casi todos; raros hay en todos los lados- el bar de mi esquina suele estar lleno, barra y mesillas; así, por esta cuestión, desde la temprana apertura hasta allá 11,30 ó 12 horas, (justo a.m., así, a lo fino, porque uno, de vez en cuando, se enrola en la corriente agilipollada y, además, no le hace ni puto caso a la RAE con el cuento reciente que han armado, “tilde, ahora en esto no, hala… etc.”), cuenta con la ayuda de una ecuatoriana, guapetona, toda ella redondita, simpática y atenta, sí señor: Patricia; hijos allá en su tierra al cuidado de su mamá, y para adonde manda todo el dinero que puede de lo que gana en España. Buena inmigrante.
En ocasiones, hay en el local una rubia de pequeña estatura y peinada a lo cola de caballo cimarrón indomable que fue empleada, se hizo amiga, ha quedado en amiga y a la mínima anda por allí ayudando en barra o sirviendo mesas. Debo ir con tiento al hablar de este pequeño frasco de esencia. Empezaré diciendo que no me he atrevido nunca a pedirle posados para mi máquina, muy voyeur ella, de fotografiar (ojo, siempre he pensado sólo en la cara; si bien, aunque totalmente vestida y tapada y puesta a mi disposición en poses y demás , creo, conseguiría buenas o buenísimas fotos de esta criatura. Vamos por partes: No sé si lo aprecia mucha gente que la ve o conoce, pero para mí, sin ninguna duda, su muy agradable rostro tira hacia la belleza de la hermosa Barbra Streisand, que no sé si se escribe así, pero sólo con su rostro y su culo (con perdón; pero conste que el de la famosa actriz está calificado como uno de los más hermosos del Holliwood), son como un calco concentrado de la citada, y por mí admirada, Barbra. Por no faltar, no le falta ni esa mirada clara, segura de sí, dominante y de azul endemoniado, es decir, cautivador. Esta mujer, bueno sí, pequeña en estatura, pero grandiosa en el moldeado y sin ningún escamoteo de cubierta de materia para el esqueleto de sus curvas, se llama María (seudónimo -por si se enfada-). Además, creo ver en ella una virtud, para mí muy preciada en estas mujeres bellas, cual es el que a pesar de “saberse de sobra lo que su rostro atrae y sus anverso y reverso arrastran” –ojo, también porque ella los ciñe adecuadamente para glorioso beneficio de amantes de la belleza de las formas femeninas-; pues bien, decía que aún siendo ella muy consciente de los remolinos que levanta, tan bien lo lleva y disimula que tal parece que no lo sepa.
Creo he dado cumplida reseña de las delicatessen femeninas que atienden el bar de mi esquina. (Puedo seguir y ampliar si lo quieren, ¿eh?).

Antes de sentarme en mi villano rincón, he saludado con afecto al VIGÍA Lancelot, situado en su esquina privilegiada desde la que domina todo el local, incluyendo las entradas y salidas del excusado femenino (Vds. perdonen una reflexión: ¿por qué se llama “excusado”? ¿Debe alguien pedir excusas por necesitar en cualquier momento dado –apretón imprevisto o próstata viejales- visitar estos reductos, auténticos ambientes de encalmar y dosificar soberbias y vanidades humanas? –ya saben el dicho: en este lugar hace fuerza el más cobarde y se caga el más valiente-. No sé; hay expresiones y cosas muy extrañas en la vida. Algún día las entenderé. O no, como todo). Bien, decía que desde su puesto, Lancelot El Vigía, domina el ambiente del bar de mi esquina, todo menos el rincón donde yo me aposento para introducirme en el cuerpo, -por la boca,¿eh?-, un estupendo bocata de atún con aceitunas; claro que él, El Vigía, desde su puesto poco tiene que vigilar en la zona, ciega para él, en la que yo me aposento: total, villanías en taburete y la puerta del otro excusado, el de los señores (que, por cierto, María Ángeles, ha sufrido desde hace tiempo el descubrimiento de que, todavía, todos los “señores” no son en absoluto ni señores ni caballeros, ni, por supuesto, tienen puntería).
Lancelot ( sus ocupaciones, no el miedo a un posible enfado suyo, merecen el anonimato) es un hombre corpulento y alto (todos los que superan mi estatura, para mí son altos, cosa nada difícil) sin llegar en absoluto a fondón. Cigarrillo entre sus dedos, gran café con leche en la barra; él, siempre tieso y en pie, como dispuesto en todo momento a la acción. Detrás de sus gafas de concha negra está la mirada, siempre vigilante, del abogado, del criminalista, del investigador, del… (ya, ¿qué más, amigo Lancelot? Y aún sigue estudiando especialidades de su rama, acudiendo a clases en la Universidad y haciendo cada vez más gruesas las paredes de su casa, forrándolas de enjundiosas obras que yo no sé si podría leer, así como, creo, alguna que otra obrita “normal”, literatura de entretenimiento. Su casa, con los años, parecerá la sala de espera de un dentista, llena de cuadros que enmarcarán títulos o acreditaciones de seminarios y cursos o masters mil, y eso que anda en guerra fría –a veces algo caliente- desde hace mucho con las secretarías y administraciones de las Universidades), todo en comunión continuada con una cierta sonrisa que aseguraría no se le borra ni cuando duerme; es decir, todo lo de antes expuesto se dulcifica si uno lo mira de frente a su amable rostro, al negro y tupido cepillo de su bigote, y encima aguarda sólo un poco el sonido de alguna socarronería propia del valenciano paellero (no sé si es nacido en Valencia, pero lo merece): “Oye, M.A., ponme algo fresquito; tranquila, ¿eh?, sin prisas… ¡Pero, oye, ¿va o no va?!.”: A modo de ejemplo de las chanzas de este hombre, que va soltando con, sólo, apuntes de sonrisa. Típico del buen sentido del humor. Sobran risotadas y carcajadas estentóreas. Buen carácter, sin duda; trabajo, estudio, familia –con esposa, claro-, y algunas cosas más… Y le queda tiempo para mezclar cervecita o café con leche con buen humor.
Hoy, delante de mí, en su mesilla, dos señoritas (como diría Umbral) habituales. Sé que una de ellas trabaja en la sucursal de un banco cercano; la otra en una empresa, que ha cobrado mucha fuerza, de alquiler de coches, furgonetas y camionetas sin conductor (es decir, cosa rara hoy, pero la empresa sigue yendo bien). No me dicen nada extraordinario ninguna de las dos –claro está que tampoco espero que mis “presencia y apostura” les dé a ellas arrebato incontenible alguno; yo sólo describo ambientes y sentimientos propios-. Toda mi vida trabajando en la dichosa banca, a la primera, se la descubre en seguida: Rostro agradable; vestida de Zara, trajes de chaqueta con pantalón, modernos o similares, pero, ay, su rostro, aun siendo agradable, aun estando en tranquilidad engullendo su descanso laboral con café y cruasán, no irradia ni la más mínima chispa. Debe ser la directora de la sucursal –no lo sé, ojo-. Sí, esboza alguna sonrisa, pero con entintado pragmático, como si estuviera intentando venderle a su amiga de mesilla alguna imposición a plazo fijo, no sé… Muchos años en una profesión, deforman.. La otra, la de los automóviles de alquiler, lo siento, no me dice absolutamente nada, salvo que debe ser cortés, no sé si agradable, en el trato. Esta segunda más moderna en la vestimenta y complementos.
Seamos sinceros: ante este último retrato tan gris oscuro, uno debe reconocer que tampoco mi persona o presencia les importará una higa a ellas. ¿Se me acepta el débil “mea culpa”?
De pronto uno ve o nota que un batiente de la puerta de entrada se abre y entra, como un soplo veloz, un viento arrasador y, a la vez, amable. El sonido de un móvil hace presente la borrosa figura de un ser que, al ir frenando para “darle” al móvil que suena respetuosa o adecuada respuesta, se materializa. Es, cómo no, El Gestor (también seudónimo; no sé, ni se lo pienso preguntar nunca, “qué gestiona y, sobre todo, a quiénes gestiona sus intereses, cosas o cositas”. Chitón. Yo, siempre callado e ignorante). Este Gestor es un tipo de apariencia –cuando consigue paralizar un poco sus nervios- más que agradable. Alguna hembra diría aquí que “vaya, no está nada mal este tío”. Pues sí, tiene su guapeza y unos toques en el rostro de un muy fino bigotillo y una perilla de una –no sé cómo lo consigue- modesta, pequeña y hasta humilde aunque tupida pelambre que, adereza el rostro normalmente moreno y de ojos azulados/claros y de miel, no sé bien. –el color de ojos, siempre; no “normalmente” ¿Se sobreentendía? Es que hay mucho cazador de gazapos- , decorándolo con un toque gris sin llegar a canoso. Ojos rientes siempre. En los momentos en que ríe sin freno, su rostro es desmesuradamente amable. Cuando consigue pararse, saca el móvil más rápido que Billi el Niño y sale afuera para tener mejor cobertura y hablar libre de oídos curiosones. Antes ha pedido uno de sus varios reconstituyentes con los que mantiene el ritmo frenético que lleva en su trabajo: más o menos, medio vaso de vino blanco. Si no te cuenta algún chiste –que nunca sabré ni cómo le da tiempo- cuando vas a saludarlo, ya está saliendo, con la misma velocidad con la que entró. En este brevísimo tiempo, de verlo y no verlo y, a veces, poderle decir, “Ye, hola, Gestor” puede haber conseguido fumarse dos o tres cigarrillos. Xe, lo que yo diga, un genio de la velocidad y los nervios por “defuera”. (Pienso, a veces, que si no les diera escape, ya, sin duda, lo habrían reventado). Cuenten Vds. el tiempo más mínimo que un trabajador, muy atareado o estresado, puede disponer para descargar algo de adrenalina. ¿Ya? Pues menos aún gasta El Gestor en sus visitas al bar de mi esquina para reponer algo de sus energías. Y conste que no exagero.
Un día descubrí uno de sus varios encantos. Este tipo guaperas casó hace no mucho con una bonita hembra. (Bien, rectificaremos lo de “no mucho”: Ya tienen descendencia, cosa que, por otro lado, no hace más que apoyar mi teoría sobre él en cuanto a “las prisas” o, digamos, “apretones por hacer lo que hay que hacer” cuanto antes, hale, ya está, ya tenemos hijo; a pensar rápido si queremos otro…) El encanto que le presencié algo sorprendido y atontado, todo a un tiempo, es que muchos días llega a su oficina, en mi misma acera y la del bar de mi esquina, acompañado de su esposa y descendencia. Aparca el coche –atención, amigos-, baja él, da la vuelta a su automóvil y ¡abre la puerta a su esposa y, hasta cierto punto, porque ella es joven, la ayuda a bajar!. Después, ya con su pareja a salvo en la acera, él se ocupa de bajar del habitáculo la sillita que su hijo/hija en ella acoplado. Vamos a ver, gente amable, ¿cuántos de nosotros, que nos llamamos caballeros, seguimos practicando esta delicadeza con nuestras parejas? (Lo siento, pero es que yo, aunque a tanto no llegue, soy un enamorado de estas magníficas y delicadas formas de finales del XIX y principios del XX que más que ridiculizar a un hombre, siempre, siempre lo engrandecen… aunque luego, en casa, quién sabe, si la tortilla no está en su punto puedan soltarle un guantazo al objeto de sus públicas gentilezas –cosa, por otro lado que me imagino totalmente improbable en mi Gestor-).
Otra cuestión a destacar en este destajista del trabajo “a toda pastilla” es su facilidad para los chistes rápidos y desternillantes. Yo, particularmente, debo confesar que en ocasiones me río por contagio irremediable: Me explico. Con su gesto ya riente –seguramente pensando en lo que nos va a contar- nos suelta uno de sus chascarrillos rápidos: Con la última palabra, él mismo, el tío, ya está doblado por la risa que aunque sin estridencias aún da más color a su rostro. Lo siento, querido Gestor, pero, aunque pocas, he tenido ocasiones en las que me he reído contagiado de tu espasmo, porque, sigo sintiéndolo, tu velocidad en la corta narración, no me ha dejado captar “el quid” del contenido.
El tipo este también es bastante gourmet, y así, cuando le da, convoca una minúscula reunión y trae vino de categoría y unos platos de charcutería o preparados por él… Entonces es cuando, por primera vez en la mañana, Lancelot suelta su frase favorita: “Si es que el mundo es para cuatro… (M.Ángeles, El Gestor, Lancelot mismo y yo)”.
Es importante decir que en estos momentos, no es que desconecte su móvil, sino que lo pone en el modo “silencio” (siempre su educación), porque de lo contrario su compañía sería como siempre: no te da ni tiempo a decirle un “hola, Gestor,” en toda regla: su móvil lo obliga a salir: conversación cortada y vinillo sin terminar… Todo un personaje, xe.
Mientras tanto, Lancelot observa, oye y, de vez en vez, suelta alguna de las suyas, que éstas sí las entiendo siempre y, en ocasiones, me atraganta el sorbo de vino o cerveza.
María Ángeles siempre sonriente –o con risa abierta-, junto con nosotros si el trabajo le permite el descanso y fumarse algún cigarrillo con tranquilidad.
Más o menos, y siempre según mi subjetivo captar, éste es el ambiente, en tanto dura mi pequeño bocata y mis dos chupitos o hasta allá las 12 del mediodía.
Dentro de un rato, hacia las 13,30 (p.m. -hay que seguir con la estupidez-) bajaré posiblemente de nuevo –aunque hay días en los que fallo- a por una cerveza- observar, no hablar mucho y tratar de transmitirles a los amables lectores que les de por asomarse a este blog otro diferente y, sin embargo, parecido aliento. Los personajes cambiamos poco o nada. Pero sí aparecen en escena nuevos –nuevos en este relato; más antiguos que yo en el local bastantes de ellos-.
Au, hasta luego.

* * * * * * * *

Nada más servirme M.Ángeles la cerveza, ya sola, sin ayuda a estas horas, puede aparecer por la puerta, Miguel, El Vera, torero de plata medio retirado, aunque no deja de vestirse de vez en cuando con algún novillero neófito y, si se presenta, con un torero de alternativa. Está en forma y ágil, el tío.
Este torero fraguó casi toda su carrera profesional por tierras catalanas. Está ahora afincado en Valencia y es granadino, me parece que de Las Alpujarras, cuyo acento de esas hermosas y bravas serranías no se le ha caído de su parla y donde manifiesta tener un pequeño o mediano cortijo. O grande, no lo sé. Dado que se mantiene el tipo tieso, alto y fuerte, con andares largos y seguros y, si lo observas de lejos –al menos yo, influido o no por conocer su media historia-, inmediatamente lo imagino vestido de de palo rosa y plata, de verde oliva y plata, de granate y plata… lo que sea…, con su chaquetilla chula, su taleguilla ceñida marcando paquete, su capote desplegado, su danza masculina y femenina a un tiempo para llevar al susto negro zaíno con cuernos astifinos adonde el maestro le ha pedido, pero sus andares, con vaqueros y un suéter casi gritan pidiendo sustitución por un vestido acorde con su apostura de torero en toda regla (debo aclarar para quien no me haya seguido desde el principio en este blog, que ya declaré mi amor enamorado de los Toros y mis cerca de 25 años abonado en la Plaza de Valencia. Vale con esto, no se esfuerce nadie, hay que irse bastante hacia atrás. Ahí está bien explicado el porqué de que hoy en día ya no acuda a las corridas de toros, aunque siga sintiéndolas como uno de los ritos, de vida y muerte, más bellos y hondos del mundo).
Este hombre, claro, más alto que yo, más joven y, por supuesto con más figura que la mía –arrugada sobre un taburete sorbiendo de una cerveza-, nada más entrar, después de saludar, le dice a M.A. al tiempo que señala mi lugar en la barra y estirando un dedo índice larguísimo: “A ver, ponle a este amigo otra cerveza” (Siempre me han llamado la atención, además de todo él, los dedos larguísimos de El Vera. Antes se decía que éstos eran dedos de pianista; yo, en él, digo que son dedos de buen coger y clavar los palitroques, esas banderillas que quedan en lo alto, cuadrando ante la cara del toro, y dejan al morlaco como asombrado viendo irse con donaire, rápido o garboso, al que le ha infligido esos picotazos que siente en su morrillo.
De este Miguel Vera, “El Vera” , poco tengo que contar –lo trato menos-; sólo que me parece un tipo honesto, claro y directo, eso sí, macho, macho, machista, y que disfruto cuando entra y nos enredamos a largar de toros y toreros. Como profesional metido entre bambalinas de la fiesta sabe mil historias de toreros, recatadas, íntimas u ocultas que me cuenta. Yo sólo puedo meter baza en cuanto sale el arte o las formas toreras de este o aquel maestro, figura o figurita. Pero paso un rato maravilloso rememorando mi afición robada por el mundo podrido que se incrusta en cualquier medio y acabó por perderle el respeto al animal más bello del mundo –El Toro- en beneficio de unos cuantos euros más por corrida.
No más un problema: que la charla con El Vera me entusiasma, pero también, por el otro lado andan Lancelot y El Gestor con risas y bromas, que tanto necesito. En ocasiones me parece sentir como si mis orejas se separaran de mi cabezota y cada una fuese al centro de conversación de cada grupo. Y es que todos me interesan. De todos puedo aprender, siempre.
Cuando no tiene trabajo, también aparece a estas horas Carlos, El Abogado bohemio, pero… me está doliendo la espalda, y preveo que con Carlos y alguien más suelto que me queda, necesito más tiempo de lo que el puto dolor me va a permitir, así que… hasta luego, hasta mañana…¡o yo qué sé cuándo!
No vemos, gente amable.
Decía yo que de vez en vez aparece Carlos, El Abogado bohemio. Lo llamo así porque primero, realmente es Abogado, pero más cierto es que lo suyo es el arte vanguardista y la noche –sin que esto último suene a libelo-. Carlos, literalmente ama la fotografía y toda la pintura que sueña podría pintar. Pertenece, o se puede incluir, en un grupo seudointelectual o, sin más, intelectual, que hacían sus reuniones, libaciones, sesudas reflexiones y discusiones y fiestorros, por los años 70/80 en Valencia (no voy a explicar nada para toda persona que aquí se asome sobre el cierto agitado ambiente cultural que la Valencia de entonces se reunía, casi exclusivamente, en dos lúdicos y culturales locales: Cafetería Madrid y Café Malvarrosa, ubicados uno muy cerca del otro en el mismo centro de Valencia, cerca de lo que en estas capitales se suele tomar como kilómetro cero (en Valencia, la Plaza de la Reina). El amigo Carlos se enrolaba, y con ellos quedó enrolado, aunque durante largo tiempo han permanecido sin apenas haberse visto y tenido contacto, en los de La Malvarrosa (al menos en el nombre, más valenciano, más “sorollista y blasquiano”).
(Hace muy poco, en otro lugar de Valencia, el Café Malvarrosa, cual Ave Fénix, ha renacido con un local agradable en el que conviven, sin apenas distancia y menos separación, lo lúdico del buen trago con seriedades/alegres literaturas, fotografías y pinturas, eso sí, dominando las vanguardias. Ahí casi todas las semanas tienen una programación de presentación de libros, exposiciones de pintura o fotografía, lecturas de poemas, etc., etc. En fin, para mí, amable y atractivo)
En una de las primeras conversaciones de mediano/largo recorrido que mantuve con Carlos, ante vasos de cervezas, cuyo rubianco contenido, como por arte de magia, se iba renovando en cuanto bajaba el nivel, surgió el choque vocacional de nuestras sendas inclinaciones. Y es que el único problema intelectual que nos separa un pelín es que Carlos Gisbert, con apellido y todo, tal como es conocido en el mundo/mundillo intelectual de Valencia, es nuestra predilección por las expresiones del arte. Yo, no lo puedo remediar, soy bastante figurativo aunque sin llegar al realismo o hiperrealismo; Carlos, aunque también admira esto, se decide siempre por lo “raro”, la “sorpresa” que desde una fotografía o una pintura te lanza un artista a la cara y que debes tardar un rato, pequeño o grande, en entender la obra o identificar su contenido o su mensaje o su literalidad; en definitiva, él tira mucho a las vanguardias –a veces “muy vanguardistas”-; yo no. No obstante esto, su cultura y formación siempre prevalecen y las conversaciones con él me llenan, me llevan a un mundo en el que quise entrar y no pude. En estos días Carlos está trabajando, como Abogado, claro, en un centro hospitalario de la Comunidad pero alejado de Valencia. Apenas nos vemos. Y, en ocasiones, lo echo de menos, porque, entre otras cosas ya apuntadas, tampoco carece del buen humor socarrón del auténtico y buen valenciano.
Hoy, he visto a la lectora ya anteriormente nombrada, cuyo nombre ya sé: Amparo. Nombre muy valenciano y que corresponde con su hablar cerrado en este idioma.
Algunos viernes aparece, un poco más allá de estas horas, Fernando. La crisis y sus consecuencia lo llevó lejos del barrio. Es un currante de corbata, viajero y peleón con la vida que no olvida el bar de mi esquina. No puedo andar con remilgos, este hombre, de un carácter excelente, lleva encima, siempre un humor y alegría extraordinarios (como diría un castizo: como darle por el culo a los embates de este perra vida) Con éste tampoco puedo disimular, el tipo es gordo sin paliativo, con poblada barba ceniza, algo coloradote y, por todo este entramado, saliéndole siempre la sonrisa, el gesto amable. Ocurre con él que no es gordo “blandón”, de carnes sueltas y bailonas. Sólo tocándole el brazo uno ya sabe que el resto es magra pura y ejercitada. De hecho, juega al frontón todas las semanas. En mis buenos tiempos (¿cuándo fue eso?) yo he llegado a jugar al frontón con gente corpulenta como mi Fernando. La verdad, esta clase de gente, no sé qué narices de ciencia tienen que, por lo visto, para no tener que mover mucho su corpachón, tienen la sabia ciencia de estar siempre colocados en la pìsta en el lugar perfecto. Sin apenas moverse, te devuelven las pelotas y hacen sofocarse de firme a “los delgaditos” que contra ellos juegan. No lo sé, no lo he visto jugar. Pero aseguraría que no me equivoco.

En un momento dado, a estas horas, entra Paco, con su bolsa, su bocadillo pequeño, su –quiera o no- aire pícaro, su muy agradable humanidad, su… su entrañable presencia. A veces aún tengo tiempo de charlar un rato con él. Otras, casi me tengo que ir ya.

La sonrisa, el calor en el corazón y el buen ánimo me duran un rato. Vuelvo hacia mi asumida cotidianidad… La bonanza del aliento del bar de mi esquina me dura hasta poco después de comer, cuando empiezo a dar cabezadas en el momento en el que los telediarios te escupen frases y noticias de nuestra nefasta clase política…
Sólo me queda entrar en un forzado duermevela y esperar a que, al día siguiente, pueda respirar de nuevo el aliento del bar de mi esquina.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.












sábado, 13 de noviembre de 2010

COMENTARIOS A COMENTARIOS.


ABRIL DE 2008 - MI CALLE, EN VALENCIA.


Mil pecados rodando sobre ruedas,
unos cientos soportados por piernas,
que andan.
De vez en cuando, un ser puro
(se lo ve porque aunque no pasen coches,
él aguarda paciente, el verde del samáforo)
Cuánta vida, Dios y diosecillos,
reventando, ya pasada y olvidada,
en esos verdes que rebosan mi balcón.
Cuánta vida, Dios y diosecillos,
oculta y ¿olvidada?
de esos colgantes verdes hacia adentro,
impregnando muebles y paredes
de vida,
(¿mal vivida,
bien vivida,
gozada,
sufrida...?
El frío o la calidez
de los recuerdos de ese día,
ya te dirán.
Mirad y pensad, gente amiga,
¡cuánto pesa, cómo pesa el pasado
cuando mucho tiempo
en una misma calle has vivido.




Bien, querido Arellanos "andante caballero de montes y veredas, do lo veréis arrastrando, hoy por hoy, su chula pata", supongo supondrías que a ésta si que iba a darle digno comentario -con mi escora, claro-, aunque como siempre, con "LA X" renacida evitando la "acritú".


(De paso le daremos carnaza a Débil Fortaleza que tal parece se relame con nuestras justas)


Empezaré por, para mí, lo más importante: JAMÁS, ni antes ni ahora ni nunca ha estado o he practicado la mofa hacia cualquier idea religiosa. Lógicamente, menos que ninguna la Católica en cuanto a su Idea principal, DIOS, por la tonta y sencilla razón de que en ella he estado, es decir la que más conozco y cerca me ha tocado. Pero mucho ojo, allá el imbécil que se burle de quien crea en Dios, en Alá (viene a ser lo mismo) o en quien les salga de sus entrañas. (Algo voy leyendo sobre el islam y va y parece ser que la "yihad" ni se acerca a lo que se ha dado por entender entre los occidentales, sino que su principal ideario persigue, sí, con fuerza, la máxima puereza y autenticidad en sus seguidores... y más cosas que no sé muy bien. Lo que sí es seguro es que no trata de proselitismos por la fuerza de espadazos y bombas y muerte al infiel... (Cuando sepa más, ya hablaré).


Ahora bien, lo que sí me atrevería a afirmar es que Dios no tiene nada que ver con el folclore humano que bajo su amparo se han montado los humanos.Se podría empezar por tener bien claro de que hay que desterrar aquello de "tú eres Pedro -PIEDRA- y sobre ti..." No. La Iglesia, o sea, la explotación humana de una idea divina surgió de la cabezota de Saulo, el llamado San Pablo, recaudador y perseguidor de cristianos, después del tremendo trompazo que se arreó al caer del caballo. Algo vio muy claro en el filón que podía existir en la enorme fuerza movilizadora de ya incontables masas de seres movidos por una idea nueva (ya se encargaría él de amoldar esa idea a lo terreno).


Conclusión, si alguien de parecida intención a la mía se burla, hace chiste o, peor, le cabrea soberanamente algo, en absoluto es DIOS (no creo que haya nadie ni que sepa ni pueda explicar a DIOS, y menos que nadie esos sabios de negros ropajes, enorme cinta a la cintura y boinita, estos dos últimos adornos, púrpura; más un enorme crucifijo con cadena de gruesos eslabones, que no bajará, seguro, de la calidad de la plata, que cuelgan sobre sus pechos y que no sé cómo no les ha dislocado ya a todos las cervicales. Lo único que, a veces, me subleva es la llamada FE DEL CARBONERO. Con respeto, buen cerebro y educación siempre, siempre se podrá hablar y discutir y cambiar impresiones de y sobre Dios, la Biblia, y nunca, pero nunca aceptaré que se pueda acatar, para mí de manera tan tonta y analfabeta, lo que llaman infaliblidad de un ser humano como yo, que en unos siglos le da por inventarse la virginidad de una madre y otro que esa madre, al morir, se fue a la eternidad en cuerpo y alma... NO. De Todo eso se puede, y... a veces creo que se debe, hablar y razonar, porque si no podemos razonar, amigos, permitidme un exhabrupto, ¡para qué coño nos dotan de inteligencia, si para algunas cosas que ellos dicen, mutis y callosa!.


Y a todo lo dicho (que me he cortado, conste, porque me enrollo como las persianas) puede unirse el que se pueda considerar la figura del Papa como algo "rentable" o reclamo turístico (Recordemos siempre los latigazos de Jesús a los mercaderes). También, literalmente, me sacan de quicio esas auténticas y desaforadas histerias de la gente "sólo por ver o estar 'cerca' del Papa"... ¡Por su Dios, qué espectáculos! Talmente una masa de veinteañeras o quinceañeras llorando a moco tendido y gritando como poseídas, agitando sus braguitas en la mano, ante cualquier grupo musical de última moda o... Eso. Pero en fin, esto último, a mí, sólo a mí, se me ocurre que no más puede ser producto de deficientes educación y formación.


Por último del tema del dichoso Papa. Sí, de acuerdo en que es un Jefe de Estado, pero... ¿qué es antes, representante de Dios en la Tierra o Jefe de un estadito -eso sí, riquísimo-. La que armarían muchos de los que forman su clec si de pronto los presidentes de estados occidentales tuvieran palacios mínimamente parecidos al Vaticano, o los botones de sus chaquetas fueran de oro, o...o...


Una de las últimas críticas recibidas sobre todo el follón que ha organizado la visita de este señor, la he recibido por correo. Trata del espinoso tema del feminismo y la mujer, su consideración -la de la mujer- para estos hombres vestidos con faldas o faldones. (Si acierto con la técnica, os lo paso directo): Queda claro que no he podido y casi cago todo lo escrito. Lo describo brevemente: Se trata de las 4 monjas que salieron a limpiar de aceites y otras sustancias la gran mesa o altar sobre la que el Papa había derramado todo eso. Ellas allí al medio, entre cientos de señores con las palmas juntas apuntando con los dedos al techo -o al cielo- que observaban su trabajo. A mi me pareció, en directo o en el telediario, ya no me acuerdo, pelín humillante, aunque iba en consonancia con el papel que el Papa dejó entrever que quiere para las mujeres en España. (Os lo pasaré por correo).

VALE, CURAS Y CURIA, COLOR TIRANDO A PÚRPURA.

POLÍTICA: NEGRO CATAFALCO.

Mire, querido Arellanos , me da a mí que sufre Vd. cierta perversión masoca con estos temas.

"0" comentario (aunque sepa con las que comulgamos en conjunto y otras con las que nos podemos -si pudiéramos con él- tirarnos el botafumeiro a la cabeza. Pues eso, nada de nada que comentar. Bueno, espere que trague este último trozo de tortilla del almuerzo y le digo... A ver, aclaremos con un sorbete de tinto... Ahí va: Otra razón para no querer hablar en absoluto del asunto: Usted sabe que soy gafudo, bueno, pues creo que ni siquiera con 20 ojos podría ver o encontrar en España, mi querida España, algo parecido a lo que se dice que "es" o "debe ser" un político. En consecuencia, si no hay "POLÍTICOS" ¿cómo se puede hablar de la práctica de la política?

Y si hablo de texano Bush -éste no merece ni comillas ni cursiva- es porque, como siempre, me aterra que pueda utilizar su disfraz de persona humana y en algún momento le entre un mal aire en el vacío de cerebro de omínido en formación y no es que la llegue a cagar sino que se cargue de una vez el mundo entero.

Aparte, querido "patachula", con la globalización y los medios y las medias, hoy no existe nada lejos. ¿Es Vd. consciente de que en cualquier momento el memo este puede llamar a su puerta con un misil bajo del brazo... En fin.

Ya más serio, muy serio: Por favor, no caiga Vd. también, mi querido "almorzante" en esa vulgaridad que ha inundado parte de España, pequeña por cierto, de "contar muertos". El GAL era una panda de asesinos y encima burros y chuloputas. Pero Vd. nombra un número de víctimas que se queda muy corto al tremendo daño causado por los descerebrados del norte. Y termino con el tema diciéndole que si es verdad -¡SI ES VERDAD!- lo que el famoso señor "X" cuenta en su entrevista al escritor Millás, pues oiga, mire, pueda que fuera una de las decisiones honradas y decentes que, si tuvo alguna más, le cuenten a su favor si lo mandan a presentarse a San Pedro. Esto pienso y mantengo: El terrorismo de estado -incluya Vd. dictaduras de todo signo- es el peor de los que puede afectar al llamado ser inteligente.

CÁRITAS: Poco tengo que decir, porque cierto es que de las Oenegés que en España son, sí, quizás sea de las más eficaces. Pero debemos tener bien claro que su financiación proviene: de lo que la propia Iglesia le da; de la parte que el estado destina a las ONG; de los que ponen la "x" en el sitio que la Iglesia quiere; y también, y mucho, del esfuerzo de particulares, tanto en dinero como en voluntariado y que pueden o no ser católicos o hasta no creyentes. Y, amigo, ¡lo de que da de comer a 5 millones de personas! (Lo que da de sí el cabrero que se cae en el papel...).

EL MIEDO: Creo que es una de las sensaciones más humanas que existen. Aparte de que en primer punto, jamás se me ocurrirá burlarme de ningún creyente del Islam, sí, podría hacer mofa del tal "Bin Laden" y sus adláteres y miles de seguidores fundamentalistas. Pero, parto de que asumo que da realmente miedo, es que para paliar esas caguetas, no tengo suficientes euros para rodearme de una seguridad muy, muy segura.

Los fundamentalismos o extremismos, a mí al menos, siempre me han causado temor: vaya Vd. contando, islámicos normales, sufís, suníes, indúes, budistas (aquí apenas hay), nuestros famosos guerrilleros de Cristo Rey, los movimientos jóvenes fascistas, pelados, botas de hierro y con palos de béisbol... ¿Sabe qué, oiga? Yo quiero seguir almorzando. Si Vd. quiere se mete con ellos. Au.

Bueno, gente. Estoy levemente cansadito. Espero tengan Vd. suficiente.

DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano
























miércoles, 10 de noviembre de 2010

ESCATOLOGÍAS... INDUCIDAS.


Fotografía de Marzo de 2010.

HUMANOS.

Hace ya un tiempo que no nombro al establecimiento en el que muy a menudo suelo almorzar, yo solo con mis pensamientos y mis observaciones y escuchas de conversaciones que de las mesas cercanas y lejanas me llegan y veo (“Carmen de Ronda”, claro; el buenazo que me haya seguido un poquito ya habrá adivinado qué local era).

A raíz de una mayúscula imbecilidad que hoy se ha colado por mis oídos, se han acumulado en mi maltratada testa montones de cosas que rechaza, hasta físicamente, mi intolerancia –si, señores, la intolerancia debe existir y preservarse todavía, no sé por cuántos años dada la cantidad de idiotez que inunda las masas cerebrales de nuestros congéneres y que, en momentos de serena reflexión, uno nota que no sigue su ritmo, que la estulticia general lo adelanta y lo deja atrás y se siente como un tonto por no saber discernir si es él el equivocado, el tontarras sin espabilar o, por el contrario, va y resulta que es uno de esos que siglos más tarde la historia denunciará como un clarividente… En fin, ¡quién, realmente, sabe de esto!

El episodio es éste: Yo estaba en mitad de mi almuerzo. Por delante de mi mesa han pasado tres individuos. Sólo uno de ellos era joven. Todos trajeados y encorbatados (martirio ya olvidado por mí. Pobres, serían ejecutivos y, lo peor de todo, creyendo que “ejecutaban” algo en este mundo ya ejecutado). Se han aposentado en una mesa muy cercana a la mía. No los entendía mucho, pero su conversación, su tono, para mí, sobrepasaba las reglas de urbanidad para un local público (no es nada raro esto. En España –todavía nadie me ha explicado la razón- reina en las conversaciones un tono de grito de ópera pero sin ninguna belleza ni armonía, no más el tono estridente y elevado porque sí, sin más)-. En cuanto se han aposentado y ha venido a atenderles Laura (bonita y muy educada camarera que merecería ser más hermosa), uno de ellos, de esos tres, fondón, bajito, calvo y con gafas (no recuerdo si tenía algo más de adorno), sin más, se ha creído en la obligación de “hacer” o “decir” la “graçieta” española de los bien adornados y trajeados pero sin fondo ni formación ni educación alguna, y sin bajar su tono de voz, le ha dicho a Laura:
- ¿Cómo tenéis los bocadillos, de albañiles o normales, de seres humanos?
El trombo que ha invadido mi cabeza me ha impedido escuchar más.
Veamos: ¿A este personaje que por su frase se deduce que es totalmente gilipollas, alguien, en su niñez lo ha llevado a la escuela; ha visto televisión (malo, pero algo forma); ha leído (seguro que nada); alguien le ha dicho lo que tiene gracia y lo que no… ¡alguien le ha dicho el grado de imbecilidad que lo inunda!? Por un momento he sentido la rabia de no ser un fuerte y grande albañil para tumbarlo, sin decir palabra alguna, de un fuerte guantazo y dejarlo sin dientes para poder masticar su “humano” bocata.
No comento nada más. Allá cada cuál que saque sus conclusiones.


POLÍTICO.

Podía haberlo roturado como “tonto”, “estúpido”, “sin pizca de masa gris…”, no sé. De momento, después de “político” no se me ocurre nada más fuerte que “INSULTANTE” y el pensar en la enorme bondad, a pesar de todo, que inunda el mundo y que permite que un tipo, tipejo, como el protagonista que mueve mi comentario, siga pudiendo abrir la boca y lanzar, y no parar, venga de insultos contra la más precaria razón humana, si es que existe la razón humana:

Dice (lo refleja la prensa y yo lo escuché anoche por televisión, directamente de su boquita de mierda) un tal BUSH, presidente que fue del Imperio, hasta creerse que después de montar un nuevo INFIERNO (lejos de su tierra, claro), ¡lo había vencido!, digo, dijo, dice en sus memorias (hoy, a cualquier imbécil gilipollas que haya estado en un sitio alto –metafísico, se entiende, porque éste es un tipo más bien normal con brazos y piernas arqueados, brazos para sacar rápido las pistolas y piernas porque ni se enteró de cuándo, para gobernar, le quitaron el caballo de entre sus piernas-, cualquier editorial avispada pone unos cuantos “negros” a su disposición para que “escriba” sus memorias; luego repasan, eliminan las barbaridades más gordas que no repercuten en nada ni en nadie, y, por el contrario, dejan y exageran todo aquello de lo que la prensa y resto de medios se va a hacer eco para, cómo no, aumentar ventas de ejemplares, y… No sigo porque me voy a cagar en algo gordísimo que ni yo me perdonaría.
Pues resulta que va y el tipo este, el tal Bush, justifica en sus “memorias” el ensayo del fin del mundo que organizó en Irak (con palmaditas de dos o tres imbéciles más creídos también de su altura moral y destino crucial, “salvadores del mundo”, en la tierra), digo, decía, que este montón de mierda en forma de hombre, manifiesta en ese saco de estiércol que debe constituir sus “memorias”, que JUSTIFICA la tortura en su “cruzada” contra el terrorismo y se mantiene en que ante la evidencia de que las armas de destrucción masiva, na de na, él hizo lo que creía que debía hacer.
Hay un pasaje de “oscar cinematográfico” cuando el presentador/preguntador de la correspondiente cadena de televisión norteamericana le inquiere para que dé su opinión sobre “qué pensaría si a SUS soldados les hubieran practicado las mismas torturas”… Primero -y merecedor de una bala de Clint Eastwod, del 45, entre ceja y ceja- “¡sonríe”! ¡Pero, so cabrón, de qué sonríes ante tan tremenda pregunta! Luego, con la mayor y más cínica tranquilidad del mundo suelta que “él no está para hacer comparaciones” y añade, más o menos, que “esas torturas salvaron muchas vidas americanas… Entonces ya uno se desembrida y grita y se desgañita: ¡PERO VAQUERO Y PISTOLERO DE LOS COJONES, QUÉ TIENEN LAS VIDAS AMERICANAS MÁS QUE LAS DEL RESTO DEL MUNDO!...

Ahora escucho como una voz de mis adentros que me grita, y casi me ordena, que deje el tema, no sea que me vaya a afectar de manera grave a mí y el tipo causante, lógico, se va a quedar igual…
Pues sí, mis adentros tienen razón. Aunque sé que vendrán cosas y más cosas que desbocarán mis dedos cabalgando por este negro teclado.

Un consejo: Si quieren dormir tranquilos, no vean los telediarios ni escuchen emisoras de radio trasnochadoras…

Buenas.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

viernes, 5 de noviembre de 2010

ESTOCADA CORTA... Y HONDA


Autoconcediéndome el permiso
de EL ROTO saco aquí su viñeta de hoy mismo en EL PAÍS.
EL ROTO bajo mi exclusivo y particular criterio es el mejor periodista gráfico de la actualidad (ojo, dibujante; no confundir con fotógrafo)
Una viñeta, una sola, de este señor puede ahorrarte la lectura del peródico entero. Más de lo que él "dice" no lo pueden decir actículos de muchas palabras.
Creo que por varias entradas anteriores -ya casi antiguas- al día de hoy está claro mi pensamiento prácticamente agnóstico de cualquier religión y, por encima de todas, la que venden y expanden desde el Vaticano aurífero.
Si ya resulta dificilísimo dar con Dios, encontrarlo, sólo nos falta que la Persona más cercana al humano, aquél que fue Hombre y que, justo por querer ser un aténtico Hombre, se lo cargaron con crueldad y sin contemplaciones, no pueda más con las patochadas, frivolidades, tonterías y revolcones sobre alfombrados de miles y millones de euros, pésimamente gastados, de olor pestilente, se largue, se vaya... se retire a un lugar solitario, al desierto. Me parece que necesita meditar muy en serio: "¿Vale la pena seguir con esta gentecita?
Extenderme más sería imitar homilías de Papas, obispos, arzobispos y algún párroco con ínfulas, tontería tras tontería hasta que empieza a oler mal.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

EN EL CAFÉ/BAR DE MI ESQUINA.

Fotografía de Octubre de 2010
CUENTO TAN REAL QUE SUENA A FICCIÓN


Una de las estrechas hojas batientes de la entrada, acristaladas y enmarcadas de madera, se abre: Entra Paco con su pequeña bolsa de plástico.

(Antes de seguir, debo pedir humildemente disculpas: Mi personaje, la mayoría de las ocasiones, larga sus parrafadas en catalán/valenciano o valenciano/catalán –que nadie coja un empute. No es lugar para soltar mi idea al respecto- Es decir, es muy posible que, a veces, intente escribir en esta lengua de entre las varias de España y, sencillamente la cague. Allá cada buen lector con su benevolencia. Otras ocasiones, aunque yo transfiera aquí frases de PACO en español, pueden imaginarlas perfectamente con el sonido de una variante del ampurdanés/valenciano/catalán/mallorquín o lo que cada cuál tenga a bien decidir).


Lo primero que hace Paco, nada más entrar, sin adelantar ni un paso, es soltar:
- ¡Yeee, bon día!
Algunos están enfrascados en conversaciones, normalmente de humor, hasta contando algún chiste. Otro puede estar como caído dentro de su cerveza, cuya espuma mira ensimismado (¿en qué pensará? Porque reír, no ríe). Quizás algún otro charle con la propietaria, la encantadora María Ángeles. Allá en una de las esquinas del pequeño local, quizás esté hoy también una delgada muchacha, cliente habitual de café o café con leche –no he investigado-, con un libro entre sus manos, abierto. No hemos podido averiguar si lee o nos escucha a nosotros, casi siempre bromeando, porque su sonrisa es permanente, desde que entra, lee y hasta que se va, dedicándonos su sonreír. (Ya, quizás luego u otro día, soltaré mi estampa subjetiva de otros habituales del pequeño y limpísimo y sano pequeño café/bar de mi esquina). Es el caso que nadie se ha enterado de la llegada de Paco.
Paco, sin moverse, y “mirando al tendido”, eleva el tono de su voz:
- Yeee, collons, c’adit bon dìa.
Sólo entonces, “el tendido” se percata de que ha llegado, a su hora, rondando la una de la tarde, el hombre delgado y enjuto, algo encorvado o con un apunte de joroba, como se quiera, con ojos azules convertidos casi en una raya brillante por el cansancio de tanto mirar y ver y el peso de los años en sus párpados, ralo pelo rubio, liso y fino y peinado, pequeño bigote bien recortado y rubio y, eso sí, su eterna mueca de sarcasmo, incluida la sonrisa. Debió tener este Paco guapo careto y hasta atractivo, vaya que sí.
Enseguida suenan varios saludos: “Xe, Paco, bona tarda”; “Hombre, Paco, llegas más tarde, hoy”; “Paquiiiito, buenas tardes”; “Hola, Paco, vienes hoy hasta guapetón”.
- Aixo està millor. ¿Puc asentarme?
Paco se encarama en algún taburete, cerca del rincón, donde –con perdón por las envidias- estamos los buenos del local. A veces se dirige a mí:
-Xe, estic acabat, fet una merda.
Intenta poner algo de expresión dramática en su rostro. A lo sencillo: no puede. Es un hombre que irradia vitalidad y ganas de vivir y, en estas horas, interés por pasar su rato de “recreo” lo mejor posible.
Le habla a María Ángeles:
-Oiga, usted: Hace media hora que he llegado y no me ha dicho ni buenas, ni me ha calentado ésto, ni me ha puesto el vino.
Ella se vuelve sonriendo hacia él:
-Qué, Paco, ¿ganas de guerra hoy? A ver qué llevas, qué te han puesto.
María Ángeles le coge el pequeño bocadillo que Paco saca de su bolsa y se lo aplasta en la plancha (¿sobrasada, queso…? Da igual) La propietaria suele decirle: “Buen bocadillo te ha preparado tu hija”.

(Paco normalmente se levanta pronto. Desayuna y se cuida de su mujer, inválida. La lava, la cambia, la levanta, la asea y, como él dice: “La dejo sentada y arregladita; ¿ay, c’a de fer?”, dice, a veces. En ocasiones, fingiendo –o realmente escapándosele su infinito cansancio- me suelta: “Hay mañanas que no me deja, xe, venga y venga de reclamarme a su lado o la cama”… hace un alto y queda callado, mirándome pícaro con el tremendo brillante turquesa de la raya de sus ojos, hasta que explota sin dejar de mirarme y darle suelta a su texto y su amplia sonrisa rubia: “¡Xe, Paco, que vulc anar al retrete!” Queda examinando mi rostro hasta que en él aparece mi risa, que siempre espero que él note auténtica, real y nada tierna, ni comprensiva ni compasiva).

-Oiga usted –se dirige Paco a María Ángeles-, que seguís sense ferme cas, ¿Asó que vol dir, xe? ¿Tindrè c’anarmen a un altre puesto?
-Trae de una vez –le contesta ella- ¿Qué vienes en plan puñetero hoy?
-¡Home, no; pero som o no som res, collons! (Todo sin que la pícara sonrisa le caiga de los ojos ni de los labios).

Paco, sí, se levanta pronto para cuidar y arreglar a su mujer que lo necesita. Desayuna y se dedica a atender a su esposa de no sé cuántos años. Con su lentitud y las escasas fuerzas que le quedan se le pasan las horas en este trabajo de puro amor (del que se quiera, me da igual: ¡amor!) Al parecer, a una determinada hora, una hija aparece por su casa, le prepara un pequeño bocadillo para que almuerce y, de paso, compre alguna cosa que falta en la cocina, en el supermercado. Es decir, lo que los españoles llamamos almuerzo y nos lo liquidamos hacia las 10 ó 10,30 de la mañana, el bueno de Paco se lo cepilla, y a fe que con buen apetito, hacia las 13 horas…
-¡Ay, si no’a tingut temps hasta ara! Allá les cinq de la vesprada mencharé algo, un poquet después de que puche con la compra encarregada…

Paco, con buenos bocados a su pequeño “bocata” y sorbetes al vaso de tinto, larga algunos comentarios que siempre intenta sean de chanza o alegres. A veces me dice: “Xe, nom queda res”. ¡Paco, xe, si ya te lo has jalado todo”, le digo. “Ay, per aixo non queda res” Me mira, y ríe con tal claridad, luz y vida que me desarma, y yo río, y no me cuido de cómo me salga esta risa, es de puro cariño hacia un hombre que apenas sé quién es, pero al que veo como uno de los pocos seres vencedores de esta puta vida… ¡Paco!

Paco, hasta ahora –y deseo que dure- ha tenido una variada e intensa vida, aunque él no presume ni de batallas ni avatares ni de curtido ni nada de nada. Solamente presume de que le siguen “gustando les dones; ¡xe, es que estàn bones totes, caguentot!”. Para él su, sus vidas han sido consecuencia de lo que el tiempo le iba trayendo en cada momento. Así, y sin pretender orden cronológico alguno, ha sido, hecho o estado o vivido: Vivió en el Grao de Valencia, que yo tanto conozco y quiero pues allí me crié desde los 4 años hasta los 16 (¡coño, qué mala edad!). De esta época de Paco, contaré las vivencias que él me cuenta, los envoltorios el que no los conozca, pues… ¡haber vivido en El Grao o que los busque! Trabajó en un tiempo que ahora me asemeja mil años atrás, en los Astilleros Lacomba, en la Playa de la Malvarrosa, casi junto a “Las Arenas”, dedicados –y con mucho trabajo- a la construcción de barcos de pesca de madera, en especial de pesca de bajura –aunque de vez en cuando se los veía crear alguno de mayor eslora-. (Dejaron de existir estos astilleros hace bastantes años). Paco cuenta que tenía …”xe, un jefe molt bo…”.
También anduvo embarcado en uno de estos barcos. Paco no gasta ni ha usado nunca gafas para rectificar la buena vista de su azul mirar. Así, me cuenta, que el patrón (recordemos: pesca de bajura) lo encargaba, llegado el momento de la vuelta a puerto, de distinguir entre nubes, estrellas y oscuridad determinada luz del negro horizonte que brillaba especialmente en la noche y pertenecía a no recuerdo qué faro o población de la costa castellonense. Paco gritaba: ¡¡Yeee, cap allá, ¿la veu?!! La cabalgada del barco sobre las olas ponía proa hacia donde Paco había señalado. Luego, ya más cerca, distinguiendo más la costa, iban rectificando el rumbo hacia el puerto de Valencia. Lo del naufragio me lo ha contado muy entrecortado y difuso. No sabría ahora precisar sus palabras, pero lo tuvo: “¡Mare de Deu, quines oles, la mare que la parit! Bach estar un bon temps a remull, agarrat, crec, a un tros de fusta!”.

Siendo muy joven, le tocó la guerra española, claro. Paco me dice que él era comunista, pero yo quiero adivinar que eso no sabía ni lo que significaba, era algo de los trabajadores y él era eso, y au. Una de sus anécdotas de guerra es la de que una noche determinada iba él en la cabina de un camión, transportando tropas o ya ni se acuerda. Les soltaron un bombazo que sin darles de lleno… “¡Collons, mos llançà a fer puñetes per un terraplen fosc y fondo”. Me sigue contando que él, entonces, “veches tù”, llevaba al menos un brazo tatuado. Y, sigue, que con todo aún tuvieron suerte pues en el barranco fueron a parar sobre una enorme extensión de zarzas (jodido pero al fin y al cabo, amortiguador de la caída). Salió Paco por los aires para caer sobre las zarzas. Cuando pudo salir y llegar arriba… “¡Caguen dena, tù, tot sang, pero de tatuajes res, nom quedaba ni u, tots desapareguts”, y sigue, siempre con la pícara sonrisa: “Mira, m’ahorraren la faena de llevarmelos antes de vorelos m’a mare”.
Terminada la idiota y cruel guerra, Paco tuvo algún problema por su militancia con “los rojos” y su carnet de comunista. Un “curota” (igual se podría escribir “carota” y muy peores cosas, yo llegué a conocerlo en el Grao de Valencia) que pesaba tanto en físico como en influencias, le hizo uno de aquellos nefastos y famosos avales; entre esto y alguna ayuda más se libró de ser despenado en el cuartel de la Guardia Civil, en, creo, el de Arrancapinos (creo situado en la actual calle Ángel Guimerá, y del cual, por fortuna, no queda ni rastro. Esta calle, hoy, está civilizada).

El amigo Paco, también, en plena e inmediata posguerra, no sé cómo, metido estuvo en el cuerpo de carabineros del puerto de Valencia. Su anécdota de este tiempo muestra toda la grandeza que puede tener una persona, aún siendo todavía joven pero, como el que dice, vivido y “viendo” la vida en la que andaba metido. Carabinero, cuerpo policial y armado en un puerto de un país donde la locura se había adueñado de unos y otros y habían sembrado España de muertos, sangre, huérfanos, parejas rotas y familias ferozmente divididas… y hambre, y miseria, y… Al puerto de Valencia, aunque con marineros españoles, casi todos los enrolados valencianos, solían atracar barcos con marinería del mismo Grao de Valencia (Tuve un gran amigo en mi niñez, hijo de un carabinero, él y su esposa, madre de mi amigo, bellísimas personas). Se dirigían al bueno de Paco: “Mira, tú, Paco, es que traemos…”. “Xe, non fotes, ¿mos vas a dir que no podem traurelo?”. Me imagino la expresión algo cachonda de Paco cuando les contestaba: “Mira, a mi me sol donar un apretó de tripa per estes hores; pot ser que en res tinga c’anar al retrete; conta un cuart d’hora hasta que solte tot… ¡Xe, i diseume en pau, collons!”
Cuando Paco volvía de “descargar”, o no (él les daba la excusa para no estar delante y… ¿se entiende, no?), aunque él no me lo haya dicho jamás, esto es imaginación mía, porque lo veía en casa de mi amigo de la niñez, siempre tendría algún paquetito para él, en especial de lo que en aquella España ni se olía: mantequilla en lata, mantequilla auténtica; leche en bote, en polvo o condensada que va y sabía a leche; café cuyo aroma te hacia vivir un día entero y no achicoria… Cosas que yo recuerdo que la madre de mi amigo de la niñez me daba en cuanto por el deslunado me llamada. “¡Baja a desayunar!”. Y Paco sorbe un trago de vino, y muerde su bocadillo, y sigue… “¿Y que tenía que fer? ¿Tú saps la fam que había açi? ¿Y qué collons m’importaba si tambe pasaben tabaco pa revender? ¡Caguen la puta, tenien que viure, ells y els seus nanos y la seua dona! A la merda, home, c’anaben a dirme a mì, xe!.

Alguna o algunas anécdotas más de la vida de Paco puede que se me escapen. Sólo diré que para mí, el tiempo de una o dos cervezas en tanto estoy con él, me contagia su vitalidad y me cuenta sus cosas, no sé, es mucho, mucho… A veces hasta se reblandece mi escepticismo por esta mierda de vida en la que nos han dejado caer sin ni siquiera consultarnos… La suerte es que nos quedan “pacos”.

El genial y único Paco, tiene 89 años con una vitalidad y claridad de funcionamiento de su masa gris que acojona y mueve a la envidia por el futuro de cada uno que lo conocemos y escuchamos. En cuanto acaba su vino y bocadillo, le habla a María Ángeles: “Yeee, señorita, fa un hora c’acabat, ¿Qué no tenim café u que?
Atención: 89 años, bocata, vaso de vino, café y buen humor para hablar con “sus amigos” del bar, el bar de mi esquina que yo juraría que es su único rato de divertida libertad al día… ¡y que para nada le asoman los restos, nadie sabe de qué tono de oscuros, de lo que vive cada día!
Me parece que en el próximo Marzo cumple los 90. Ya le ha dicho varias veces a María Ángeles que “ye, que no pot faltar de res, champan, pernil del bo, xe, de tot…” Después nos mira a los 4 ó 5 habituales o que más hablamos con él: “Ye, vindreu, ¿no? Ah, el que no vinga allá ell, s’apañara, seu pedra tot… ¡Collons, que son 90, eh!

Querido Paco, ¡quién llegara a tener estos tus 89 años!
¡¡NO TE MUERAS NUNCA, JODER!!

(Coda: Tal como dicen que deben hacer los buenos periodistas, aunque yo no sea ni bueno ni periodista, ME CONFIESO : he contado lo que mi mala memoria me ha dictado con la sana intención de que todo fuera la verdad escuchada de PACO. Algo puede estar empequeñecido. Otras cosas, exageradas. Lo que sí aseguro que en nada está distorsionado, es lo enorme PERSONAJE que este PACO es.)

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano



viernes, 22 de octubre de 2010

TODO TIENE SU LÍMITE


Fotografía de Mayo de 1995: ¡ESPAÑA!
España huele a borrasca de barro. Borrasca que cuando descarga deja coches aparcados en la calle llenos de mierda, de marrón. Por lo visto eso es lo evaporamos en nuestro suelo para que luego las nubes, hartas de esa molestísima sensación de náusea, nos lo vomiten encima, con goterones marrones y malolientes.
La bella VALLADOLID, una de las cunas de España y hacedora de nuestro idioma español, ha parido unas gentes castellanas, recias y de una parla purísima castellana (para todos los gustos, se puede citar a esa "muchachita de Valladolid", Concha Velasco -su vida privada me importa una mierda- simpática siempre y trabajadora aún en activo. Cómo no, a nuestro gran Miguel Delibes, grande de nuestra literatura... Y además, por allí pasa el Pisuerga.
Pero, ay, ¿quién se libra de la garrapata?
(Soy consciente de que esta entrada me puede costar un disgusto, pero... ¡ya está bien!. Mis deseos de paz y de mantener cariños y amistades me hacen asentir, sonreír, callar. Se crecen y se crecen ante mi pacifismo pazguato, como carente de argumentos, como... como un imbécil. Mi único y gran argumento es: Mira, oye, analiza... Los temas particulares, jamás una cabeza bien armada los puede cargar a nadie en particular ni a ningún grupo de casi facinerosos que se ha agrupado para formar un partido político y "salvar a la patria". Uno, aunque parezca que no, sí que oye DE TODO, pero una cosa es escucharlo en un "medio" y otra, casi repetido, en boca del o los que atacan. No. Se acabó. Yo tiro a izquierdas. Los demás pueden tirar a derechas o lanzarse del puente al río. Pero no vuelvan a repetirme éste, aquél o el otro de allá. Porque, definitivamente tengo que dejar claro mi pensamiento: si la izquierda, hasta ahora, formada en una cosa que se llama PSOE, lo está hacienco fatal, la derecha, que dice llamarse PP, hoy por hoy es la mierda más grande y apestosa de corrupción y olor a mierda de moscas que puedo recordar).
Decía, Valladolid ha tenido la desgracia de que le salga un reptil asqueroso, que en absoluto se merece el nombre de León, un bicho repugnante de lengua bífida, que con eufemismos cobardes y sibilinos llama a una ministra "puta chupona" (los no nacidos en Valladolid también conocemos el idioma). ¿Qué "león" en usted, idiota de los cojones? ¿Por qué no se lo dice a ella, en su cara y claro? Ahora bien, parece que esta cosa que anda a dos patas pero no se sabe si con cerebro, tiene antecedentes de otras lindezas por el estilo.
(Esta misma mañana una "civilizado" de derechas me ha comentado: "Ese tipo, en otro país estaría en su casa desde ayer... o en chirona")
Y como ya el hartazgo me ahoga, a ver, señor registrador del frenillo en la lengua, ¿Ud. qué coño de líder o jefe es? Ahora que recordando historia no muy antigua también le da igual que la señorita "noble" (¿o es señora, ¡Dios, quién habrá cargado con esta bruja!) le diga a un compañero "hijo de puta", escuchado por toda España y a su señoría se la sople, pues bueno, eso es Vd.: "A ver si haciéndome el loco con el follón del patio de mi colegio y diciendo que NO a todo, llego a la poltrona... ¡Pero vamos a ver, gilipollas, ¿cuándo se ha visto que un tipo que aspira al poder no haga públicas sus intenciones, que dice que no tiene el por qué hasta que ya está apoltronado?! ¡¡Es que suena de memo e idiota y tonto como ni usted se ha dado cuenta!! ¡¿Qué coño de programa quiere que le voten si no lo dice, cuatro ojos?! O que la Comunidad Valenciana, desde Castellón, Valencia hasta Alicante tenga a todos sus altos cargos imputados por la justicia...¡¿y qué, passsa, tío?! ¡esos vuelven a las listas de las elecciones!
Bien, esto no es propio de mí... Pero, ¡es mucho aguantar! ¡Buscar una paz imposible en este país de intranquilos pensadores! El que quiera puede irse cagando con Zapatero todo lo que tenga adentro, pero ojo con pasarse porque se acabó la pose de pacífico: No aguanto ninguna imbecilidad más. Al menos hasta que no vea por televisión al impresentable ese de Valladolid encerrado o destituido y hacienco bolillos en su casa.
¡Que ya está bien, cojones!
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ENFERMEDADES



Fotografía de Agosto de 1994.
(IBIZA)
Uno está enfermo de muslos,
algo así como sufrir de lupus...
(¡vaya, hombre, última vocal,
de última sílaba, "o" y "u",
mierda,
me han jodido la rima!
¿De las palabras su música?)
Morenos,
tostados,
aceitunos,
tanto da...
¡pero robustos, redondos!
¿No te van blancos?
¡¿Y quién pone reparos?!
Si con azules líneas veteados,
mejor.
Uno está enfermo de pechugas.
¿Tostadas, rustidas, algo duras?
NO, tiernas;
y siempre temblonas.
Uno está enfermo de vencidos
y agradecidos mirares,
que suplican y se entregan,
por entrecerrados párpados
de su realidad soñadores.
Uno está enfermo de labios,
abiertos,
de lengua brillante y dientes adentro.
No suenan los dientes como teclado de piano,
pero, ¡qué misterio!
Te suena el tacto
del rastrear de esa lengua
en tu boca enferma,
hambrienta.
Y al rato,
el abrazo, la mirada, la sonrisa,
todo antes atento, tenso...
Ahora, agradecido.
Uno está enfermo, al fin,
de húmedas selvas,
intrincadas,
tan conocidas
y... ¡cada vez inexploradas!
Aventuras nuevas,
excitante curiosidad...
¿Yo he estado aquí?
¡Tú verás, enfermo!
Poco me importa.
Si he estado o no, tanto me da.
¡Se nota todo tan nuevo, tan de sorpresa!
Suena una voz, potente, oscura:
¡Entérate: Si después de visiteos,
como una ignorancia enciende tu ardor,
no lo dudes, sigues con amor!
Otra voz, indudable prosa, chillona,
se burla...
¡Chaval! ¿No será todo hambruna?
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano