sábado, 13 de noviembre de 2010

COMENTARIOS A COMENTARIOS.


ABRIL DE 2008 - MI CALLE, EN VALENCIA.


Mil pecados rodando sobre ruedas,
unos cientos soportados por piernas,
que andan.
De vez en cuando, un ser puro
(se lo ve porque aunque no pasen coches,
él aguarda paciente, el verde del samáforo)
Cuánta vida, Dios y diosecillos,
reventando, ya pasada y olvidada,
en esos verdes que rebosan mi balcón.
Cuánta vida, Dios y diosecillos,
oculta y ¿olvidada?
de esos colgantes verdes hacia adentro,
impregnando muebles y paredes
de vida,
(¿mal vivida,
bien vivida,
gozada,
sufrida...?
El frío o la calidez
de los recuerdos de ese día,
ya te dirán.
Mirad y pensad, gente amiga,
¡cuánto pesa, cómo pesa el pasado
cuando mucho tiempo
en una misma calle has vivido.




Bien, querido Arellanos "andante caballero de montes y veredas, do lo veréis arrastrando, hoy por hoy, su chula pata", supongo supondrías que a ésta si que iba a darle digno comentario -con mi escora, claro-, aunque como siempre, con "LA X" renacida evitando la "acritú".


(De paso le daremos carnaza a Débil Fortaleza que tal parece se relame con nuestras justas)


Empezaré por, para mí, lo más importante: JAMÁS, ni antes ni ahora ni nunca ha estado o he practicado la mofa hacia cualquier idea religiosa. Lógicamente, menos que ninguna la Católica en cuanto a su Idea principal, DIOS, por la tonta y sencilla razón de que en ella he estado, es decir la que más conozco y cerca me ha tocado. Pero mucho ojo, allá el imbécil que se burle de quien crea en Dios, en Alá (viene a ser lo mismo) o en quien les salga de sus entrañas. (Algo voy leyendo sobre el islam y va y parece ser que la "yihad" ni se acerca a lo que se ha dado por entender entre los occidentales, sino que su principal ideario persigue, sí, con fuerza, la máxima puereza y autenticidad en sus seguidores... y más cosas que no sé muy bien. Lo que sí es seguro es que no trata de proselitismos por la fuerza de espadazos y bombas y muerte al infiel... (Cuando sepa más, ya hablaré).


Ahora bien, lo que sí me atrevería a afirmar es que Dios no tiene nada que ver con el folclore humano que bajo su amparo se han montado los humanos.Se podría empezar por tener bien claro de que hay que desterrar aquello de "tú eres Pedro -PIEDRA- y sobre ti..." No. La Iglesia, o sea, la explotación humana de una idea divina surgió de la cabezota de Saulo, el llamado San Pablo, recaudador y perseguidor de cristianos, después del tremendo trompazo que se arreó al caer del caballo. Algo vio muy claro en el filón que podía existir en la enorme fuerza movilizadora de ya incontables masas de seres movidos por una idea nueva (ya se encargaría él de amoldar esa idea a lo terreno).


Conclusión, si alguien de parecida intención a la mía se burla, hace chiste o, peor, le cabrea soberanamente algo, en absoluto es DIOS (no creo que haya nadie ni que sepa ni pueda explicar a DIOS, y menos que nadie esos sabios de negros ropajes, enorme cinta a la cintura y boinita, estos dos últimos adornos, púrpura; más un enorme crucifijo con cadena de gruesos eslabones, que no bajará, seguro, de la calidad de la plata, que cuelgan sobre sus pechos y que no sé cómo no les ha dislocado ya a todos las cervicales. Lo único que, a veces, me subleva es la llamada FE DEL CARBONERO. Con respeto, buen cerebro y educación siempre, siempre se podrá hablar y discutir y cambiar impresiones de y sobre Dios, la Biblia, y nunca, pero nunca aceptaré que se pueda acatar, para mí de manera tan tonta y analfabeta, lo que llaman infaliblidad de un ser humano como yo, que en unos siglos le da por inventarse la virginidad de una madre y otro que esa madre, al morir, se fue a la eternidad en cuerpo y alma... NO. De Todo eso se puede, y... a veces creo que se debe, hablar y razonar, porque si no podemos razonar, amigos, permitidme un exhabrupto, ¡para qué coño nos dotan de inteligencia, si para algunas cosas que ellos dicen, mutis y callosa!.


Y a todo lo dicho (que me he cortado, conste, porque me enrollo como las persianas) puede unirse el que se pueda considerar la figura del Papa como algo "rentable" o reclamo turístico (Recordemos siempre los latigazos de Jesús a los mercaderes). También, literalmente, me sacan de quicio esas auténticas y desaforadas histerias de la gente "sólo por ver o estar 'cerca' del Papa"... ¡Por su Dios, qué espectáculos! Talmente una masa de veinteañeras o quinceañeras llorando a moco tendido y gritando como poseídas, agitando sus braguitas en la mano, ante cualquier grupo musical de última moda o... Eso. Pero en fin, esto último, a mí, sólo a mí, se me ocurre que no más puede ser producto de deficientes educación y formación.


Por último del tema del dichoso Papa. Sí, de acuerdo en que es un Jefe de Estado, pero... ¿qué es antes, representante de Dios en la Tierra o Jefe de un estadito -eso sí, riquísimo-. La que armarían muchos de los que forman su clec si de pronto los presidentes de estados occidentales tuvieran palacios mínimamente parecidos al Vaticano, o los botones de sus chaquetas fueran de oro, o...o...


Una de las últimas críticas recibidas sobre todo el follón que ha organizado la visita de este señor, la he recibido por correo. Trata del espinoso tema del feminismo y la mujer, su consideración -la de la mujer- para estos hombres vestidos con faldas o faldones. (Si acierto con la técnica, os lo paso directo): Queda claro que no he podido y casi cago todo lo escrito. Lo describo brevemente: Se trata de las 4 monjas que salieron a limpiar de aceites y otras sustancias la gran mesa o altar sobre la que el Papa había derramado todo eso. Ellas allí al medio, entre cientos de señores con las palmas juntas apuntando con los dedos al techo -o al cielo- que observaban su trabajo. A mi me pareció, en directo o en el telediario, ya no me acuerdo, pelín humillante, aunque iba en consonancia con el papel que el Papa dejó entrever que quiere para las mujeres en España. (Os lo pasaré por correo).

VALE, CURAS Y CURIA, COLOR TIRANDO A PÚRPURA.

POLÍTICA: NEGRO CATAFALCO.

Mire, querido Arellanos , me da a mí que sufre Vd. cierta perversión masoca con estos temas.

"0" comentario (aunque sepa con las que comulgamos en conjunto y otras con las que nos podemos -si pudiéramos con él- tirarnos el botafumeiro a la cabeza. Pues eso, nada de nada que comentar. Bueno, espere que trague este último trozo de tortilla del almuerzo y le digo... A ver, aclaremos con un sorbete de tinto... Ahí va: Otra razón para no querer hablar en absoluto del asunto: Usted sabe que soy gafudo, bueno, pues creo que ni siquiera con 20 ojos podría ver o encontrar en España, mi querida España, algo parecido a lo que se dice que "es" o "debe ser" un político. En consecuencia, si no hay "POLÍTICOS" ¿cómo se puede hablar de la práctica de la política?

Y si hablo de texano Bush -éste no merece ni comillas ni cursiva- es porque, como siempre, me aterra que pueda utilizar su disfraz de persona humana y en algún momento le entre un mal aire en el vacío de cerebro de omínido en formación y no es que la llegue a cagar sino que se cargue de una vez el mundo entero.

Aparte, querido "patachula", con la globalización y los medios y las medias, hoy no existe nada lejos. ¿Es Vd. consciente de que en cualquier momento el memo este puede llamar a su puerta con un misil bajo del brazo... En fin.

Ya más serio, muy serio: Por favor, no caiga Vd. también, mi querido "almorzante" en esa vulgaridad que ha inundado parte de España, pequeña por cierto, de "contar muertos". El GAL era una panda de asesinos y encima burros y chuloputas. Pero Vd. nombra un número de víctimas que se queda muy corto al tremendo daño causado por los descerebrados del norte. Y termino con el tema diciéndole que si es verdad -¡SI ES VERDAD!- lo que el famoso señor "X" cuenta en su entrevista al escritor Millás, pues oiga, mire, pueda que fuera una de las decisiones honradas y decentes que, si tuvo alguna más, le cuenten a su favor si lo mandan a presentarse a San Pedro. Esto pienso y mantengo: El terrorismo de estado -incluya Vd. dictaduras de todo signo- es el peor de los que puede afectar al llamado ser inteligente.

CÁRITAS: Poco tengo que decir, porque cierto es que de las Oenegés que en España son, sí, quizás sea de las más eficaces. Pero debemos tener bien claro que su financiación proviene: de lo que la propia Iglesia le da; de la parte que el estado destina a las ONG; de los que ponen la "x" en el sitio que la Iglesia quiere; y también, y mucho, del esfuerzo de particulares, tanto en dinero como en voluntariado y que pueden o no ser católicos o hasta no creyentes. Y, amigo, ¡lo de que da de comer a 5 millones de personas! (Lo que da de sí el cabrero que se cae en el papel...).

EL MIEDO: Creo que es una de las sensaciones más humanas que existen. Aparte de que en primer punto, jamás se me ocurrirá burlarme de ningún creyente del Islam, sí, podría hacer mofa del tal "Bin Laden" y sus adláteres y miles de seguidores fundamentalistas. Pero, parto de que asumo que da realmente miedo, es que para paliar esas caguetas, no tengo suficientes euros para rodearme de una seguridad muy, muy segura.

Los fundamentalismos o extremismos, a mí al menos, siempre me han causado temor: vaya Vd. contando, islámicos normales, sufís, suníes, indúes, budistas (aquí apenas hay), nuestros famosos guerrilleros de Cristo Rey, los movimientos jóvenes fascistas, pelados, botas de hierro y con palos de béisbol... ¿Sabe qué, oiga? Yo quiero seguir almorzando. Si Vd. quiere se mete con ellos. Au.

Bueno, gente. Estoy levemente cansadito. Espero tengan Vd. suficiente.

DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano
























miércoles, 10 de noviembre de 2010

ESCATOLOGÍAS... INDUCIDAS.


Fotografía de Marzo de 2010.

HUMANOS.

Hace ya un tiempo que no nombro al establecimiento en el que muy a menudo suelo almorzar, yo solo con mis pensamientos y mis observaciones y escuchas de conversaciones que de las mesas cercanas y lejanas me llegan y veo (“Carmen de Ronda”, claro; el buenazo que me haya seguido un poquito ya habrá adivinado qué local era).

A raíz de una mayúscula imbecilidad que hoy se ha colado por mis oídos, se han acumulado en mi maltratada testa montones de cosas que rechaza, hasta físicamente, mi intolerancia –si, señores, la intolerancia debe existir y preservarse todavía, no sé por cuántos años dada la cantidad de idiotez que inunda las masas cerebrales de nuestros congéneres y que, en momentos de serena reflexión, uno nota que no sigue su ritmo, que la estulticia general lo adelanta y lo deja atrás y se siente como un tonto por no saber discernir si es él el equivocado, el tontarras sin espabilar o, por el contrario, va y resulta que es uno de esos que siglos más tarde la historia denunciará como un clarividente… En fin, ¡quién, realmente, sabe de esto!

El episodio es éste: Yo estaba en mitad de mi almuerzo. Por delante de mi mesa han pasado tres individuos. Sólo uno de ellos era joven. Todos trajeados y encorbatados (martirio ya olvidado por mí. Pobres, serían ejecutivos y, lo peor de todo, creyendo que “ejecutaban” algo en este mundo ya ejecutado). Se han aposentado en una mesa muy cercana a la mía. No los entendía mucho, pero su conversación, su tono, para mí, sobrepasaba las reglas de urbanidad para un local público (no es nada raro esto. En España –todavía nadie me ha explicado la razón- reina en las conversaciones un tono de grito de ópera pero sin ninguna belleza ni armonía, no más el tono estridente y elevado porque sí, sin más)-. En cuanto se han aposentado y ha venido a atenderles Laura (bonita y muy educada camarera que merecería ser más hermosa), uno de ellos, de esos tres, fondón, bajito, calvo y con gafas (no recuerdo si tenía algo más de adorno), sin más, se ha creído en la obligación de “hacer” o “decir” la “graçieta” española de los bien adornados y trajeados pero sin fondo ni formación ni educación alguna, y sin bajar su tono de voz, le ha dicho a Laura:
- ¿Cómo tenéis los bocadillos, de albañiles o normales, de seres humanos?
El trombo que ha invadido mi cabeza me ha impedido escuchar más.
Veamos: ¿A este personaje que por su frase se deduce que es totalmente gilipollas, alguien, en su niñez lo ha llevado a la escuela; ha visto televisión (malo, pero algo forma); ha leído (seguro que nada); alguien le ha dicho lo que tiene gracia y lo que no… ¡alguien le ha dicho el grado de imbecilidad que lo inunda!? Por un momento he sentido la rabia de no ser un fuerte y grande albañil para tumbarlo, sin decir palabra alguna, de un fuerte guantazo y dejarlo sin dientes para poder masticar su “humano” bocata.
No comento nada más. Allá cada cuál que saque sus conclusiones.


POLÍTICO.

Podía haberlo roturado como “tonto”, “estúpido”, “sin pizca de masa gris…”, no sé. De momento, después de “político” no se me ocurre nada más fuerte que “INSULTANTE” y el pensar en la enorme bondad, a pesar de todo, que inunda el mundo y que permite que un tipo, tipejo, como el protagonista que mueve mi comentario, siga pudiendo abrir la boca y lanzar, y no parar, venga de insultos contra la más precaria razón humana, si es que existe la razón humana:

Dice (lo refleja la prensa y yo lo escuché anoche por televisión, directamente de su boquita de mierda) un tal BUSH, presidente que fue del Imperio, hasta creerse que después de montar un nuevo INFIERNO (lejos de su tierra, claro), ¡lo había vencido!, digo, dijo, dice en sus memorias (hoy, a cualquier imbécil gilipollas que haya estado en un sitio alto –metafísico, se entiende, porque éste es un tipo más bien normal con brazos y piernas arqueados, brazos para sacar rápido las pistolas y piernas porque ni se enteró de cuándo, para gobernar, le quitaron el caballo de entre sus piernas-, cualquier editorial avispada pone unos cuantos “negros” a su disposición para que “escriba” sus memorias; luego repasan, eliminan las barbaridades más gordas que no repercuten en nada ni en nadie, y, por el contrario, dejan y exageran todo aquello de lo que la prensa y resto de medios se va a hacer eco para, cómo no, aumentar ventas de ejemplares, y… No sigo porque me voy a cagar en algo gordísimo que ni yo me perdonaría.
Pues resulta que va y el tipo este, el tal Bush, justifica en sus “memorias” el ensayo del fin del mundo que organizó en Irak (con palmaditas de dos o tres imbéciles más creídos también de su altura moral y destino crucial, “salvadores del mundo”, en la tierra), digo, decía, que este montón de mierda en forma de hombre, manifiesta en ese saco de estiércol que debe constituir sus “memorias”, que JUSTIFICA la tortura en su “cruzada” contra el terrorismo y se mantiene en que ante la evidencia de que las armas de destrucción masiva, na de na, él hizo lo que creía que debía hacer.
Hay un pasaje de “oscar cinematográfico” cuando el presentador/preguntador de la correspondiente cadena de televisión norteamericana le inquiere para que dé su opinión sobre “qué pensaría si a SUS soldados les hubieran practicado las mismas torturas”… Primero -y merecedor de una bala de Clint Eastwod, del 45, entre ceja y ceja- “¡sonríe”! ¡Pero, so cabrón, de qué sonríes ante tan tremenda pregunta! Luego, con la mayor y más cínica tranquilidad del mundo suelta que “él no está para hacer comparaciones” y añade, más o menos, que “esas torturas salvaron muchas vidas americanas… Entonces ya uno se desembrida y grita y se desgañita: ¡PERO VAQUERO Y PISTOLERO DE LOS COJONES, QUÉ TIENEN LAS VIDAS AMERICANAS MÁS QUE LAS DEL RESTO DEL MUNDO!...

Ahora escucho como una voz de mis adentros que me grita, y casi me ordena, que deje el tema, no sea que me vaya a afectar de manera grave a mí y el tipo causante, lógico, se va a quedar igual…
Pues sí, mis adentros tienen razón. Aunque sé que vendrán cosas y más cosas que desbocarán mis dedos cabalgando por este negro teclado.

Un consejo: Si quieren dormir tranquilos, no vean los telediarios ni escuchen emisoras de radio trasnochadoras…

Buenas.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

viernes, 5 de noviembre de 2010

ESTOCADA CORTA... Y HONDA


Autoconcediéndome el permiso
de EL ROTO saco aquí su viñeta de hoy mismo en EL PAÍS.
EL ROTO bajo mi exclusivo y particular criterio es el mejor periodista gráfico de la actualidad (ojo, dibujante; no confundir con fotógrafo)
Una viñeta, una sola, de este señor puede ahorrarte la lectura del peródico entero. Más de lo que él "dice" no lo pueden decir actículos de muchas palabras.
Creo que por varias entradas anteriores -ya casi antiguas- al día de hoy está claro mi pensamiento prácticamente agnóstico de cualquier religión y, por encima de todas, la que venden y expanden desde el Vaticano aurífero.
Si ya resulta dificilísimo dar con Dios, encontrarlo, sólo nos falta que la Persona más cercana al humano, aquél que fue Hombre y que, justo por querer ser un aténtico Hombre, se lo cargaron con crueldad y sin contemplaciones, no pueda más con las patochadas, frivolidades, tonterías y revolcones sobre alfombrados de miles y millones de euros, pésimamente gastados, de olor pestilente, se largue, se vaya... se retire a un lugar solitario, al desierto. Me parece que necesita meditar muy en serio: "¿Vale la pena seguir con esta gentecita?
Extenderme más sería imitar homilías de Papas, obispos, arzobispos y algún párroco con ínfulas, tontería tras tontería hasta que empieza a oler mal.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

EN EL CAFÉ/BAR DE MI ESQUINA.

Fotografía de Octubre de 2010
CUENTO TAN REAL QUE SUENA A FICCIÓN


Una de las estrechas hojas batientes de la entrada, acristaladas y enmarcadas de madera, se abre: Entra Paco con su pequeña bolsa de plástico.

(Antes de seguir, debo pedir humildemente disculpas: Mi personaje, la mayoría de las ocasiones, larga sus parrafadas en catalán/valenciano o valenciano/catalán –que nadie coja un empute. No es lugar para soltar mi idea al respecto- Es decir, es muy posible que, a veces, intente escribir en esta lengua de entre las varias de España y, sencillamente la cague. Allá cada buen lector con su benevolencia. Otras ocasiones, aunque yo transfiera aquí frases de PACO en español, pueden imaginarlas perfectamente con el sonido de una variante del ampurdanés/valenciano/catalán/mallorquín o lo que cada cuál tenga a bien decidir).


Lo primero que hace Paco, nada más entrar, sin adelantar ni un paso, es soltar:
- ¡Yeee, bon día!
Algunos están enfrascados en conversaciones, normalmente de humor, hasta contando algún chiste. Otro puede estar como caído dentro de su cerveza, cuya espuma mira ensimismado (¿en qué pensará? Porque reír, no ríe). Quizás algún otro charle con la propietaria, la encantadora María Ángeles. Allá en una de las esquinas del pequeño local, quizás esté hoy también una delgada muchacha, cliente habitual de café o café con leche –no he investigado-, con un libro entre sus manos, abierto. No hemos podido averiguar si lee o nos escucha a nosotros, casi siempre bromeando, porque su sonrisa es permanente, desde que entra, lee y hasta que se va, dedicándonos su sonreír. (Ya, quizás luego u otro día, soltaré mi estampa subjetiva de otros habituales del pequeño y limpísimo y sano pequeño café/bar de mi esquina). Es el caso que nadie se ha enterado de la llegada de Paco.
Paco, sin moverse, y “mirando al tendido”, eleva el tono de su voz:
- Yeee, collons, c’adit bon dìa.
Sólo entonces, “el tendido” se percata de que ha llegado, a su hora, rondando la una de la tarde, el hombre delgado y enjuto, algo encorvado o con un apunte de joroba, como se quiera, con ojos azules convertidos casi en una raya brillante por el cansancio de tanto mirar y ver y el peso de los años en sus párpados, ralo pelo rubio, liso y fino y peinado, pequeño bigote bien recortado y rubio y, eso sí, su eterna mueca de sarcasmo, incluida la sonrisa. Debió tener este Paco guapo careto y hasta atractivo, vaya que sí.
Enseguida suenan varios saludos: “Xe, Paco, bona tarda”; “Hombre, Paco, llegas más tarde, hoy”; “Paquiiiito, buenas tardes”; “Hola, Paco, vienes hoy hasta guapetón”.
- Aixo està millor. ¿Puc asentarme?
Paco se encarama en algún taburete, cerca del rincón, donde –con perdón por las envidias- estamos los buenos del local. A veces se dirige a mí:
-Xe, estic acabat, fet una merda.
Intenta poner algo de expresión dramática en su rostro. A lo sencillo: no puede. Es un hombre que irradia vitalidad y ganas de vivir y, en estas horas, interés por pasar su rato de “recreo” lo mejor posible.
Le habla a María Ángeles:
-Oiga, usted: Hace media hora que he llegado y no me ha dicho ni buenas, ni me ha calentado ésto, ni me ha puesto el vino.
Ella se vuelve sonriendo hacia él:
-Qué, Paco, ¿ganas de guerra hoy? A ver qué llevas, qué te han puesto.
María Ángeles le coge el pequeño bocadillo que Paco saca de su bolsa y se lo aplasta en la plancha (¿sobrasada, queso…? Da igual) La propietaria suele decirle: “Buen bocadillo te ha preparado tu hija”.

(Paco normalmente se levanta pronto. Desayuna y se cuida de su mujer, inválida. La lava, la cambia, la levanta, la asea y, como él dice: “La dejo sentada y arregladita; ¿ay, c’a de fer?”, dice, a veces. En ocasiones, fingiendo –o realmente escapándosele su infinito cansancio- me suelta: “Hay mañanas que no me deja, xe, venga y venga de reclamarme a su lado o la cama”… hace un alto y queda callado, mirándome pícaro con el tremendo brillante turquesa de la raya de sus ojos, hasta que explota sin dejar de mirarme y darle suelta a su texto y su amplia sonrisa rubia: “¡Xe, Paco, que vulc anar al retrete!” Queda examinando mi rostro hasta que en él aparece mi risa, que siempre espero que él note auténtica, real y nada tierna, ni comprensiva ni compasiva).

-Oiga usted –se dirige Paco a María Ángeles-, que seguís sense ferme cas, ¿Asó que vol dir, xe? ¿Tindrè c’anarmen a un altre puesto?
-Trae de una vez –le contesta ella- ¿Qué vienes en plan puñetero hoy?
-¡Home, no; pero som o no som res, collons! (Todo sin que la pícara sonrisa le caiga de los ojos ni de los labios).

Paco, sí, se levanta pronto para cuidar y arreglar a su mujer que lo necesita. Desayuna y se dedica a atender a su esposa de no sé cuántos años. Con su lentitud y las escasas fuerzas que le quedan se le pasan las horas en este trabajo de puro amor (del que se quiera, me da igual: ¡amor!) Al parecer, a una determinada hora, una hija aparece por su casa, le prepara un pequeño bocadillo para que almuerce y, de paso, compre alguna cosa que falta en la cocina, en el supermercado. Es decir, lo que los españoles llamamos almuerzo y nos lo liquidamos hacia las 10 ó 10,30 de la mañana, el bueno de Paco se lo cepilla, y a fe que con buen apetito, hacia las 13 horas…
-¡Ay, si no’a tingut temps hasta ara! Allá les cinq de la vesprada mencharé algo, un poquet después de que puche con la compra encarregada…

Paco, con buenos bocados a su pequeño “bocata” y sorbetes al vaso de tinto, larga algunos comentarios que siempre intenta sean de chanza o alegres. A veces me dice: “Xe, nom queda res”. ¡Paco, xe, si ya te lo has jalado todo”, le digo. “Ay, per aixo non queda res” Me mira, y ríe con tal claridad, luz y vida que me desarma, y yo río, y no me cuido de cómo me salga esta risa, es de puro cariño hacia un hombre que apenas sé quién es, pero al que veo como uno de los pocos seres vencedores de esta puta vida… ¡Paco!

Paco, hasta ahora –y deseo que dure- ha tenido una variada e intensa vida, aunque él no presume ni de batallas ni avatares ni de curtido ni nada de nada. Solamente presume de que le siguen “gustando les dones; ¡xe, es que estàn bones totes, caguentot!”. Para él su, sus vidas han sido consecuencia de lo que el tiempo le iba trayendo en cada momento. Así, y sin pretender orden cronológico alguno, ha sido, hecho o estado o vivido: Vivió en el Grao de Valencia, que yo tanto conozco y quiero pues allí me crié desde los 4 años hasta los 16 (¡coño, qué mala edad!). De esta época de Paco, contaré las vivencias que él me cuenta, los envoltorios el que no los conozca, pues… ¡haber vivido en El Grao o que los busque! Trabajó en un tiempo que ahora me asemeja mil años atrás, en los Astilleros Lacomba, en la Playa de la Malvarrosa, casi junto a “Las Arenas”, dedicados –y con mucho trabajo- a la construcción de barcos de pesca de madera, en especial de pesca de bajura –aunque de vez en cuando se los veía crear alguno de mayor eslora-. (Dejaron de existir estos astilleros hace bastantes años). Paco cuenta que tenía …”xe, un jefe molt bo…”.
También anduvo embarcado en uno de estos barcos. Paco no gasta ni ha usado nunca gafas para rectificar la buena vista de su azul mirar. Así, me cuenta, que el patrón (recordemos: pesca de bajura) lo encargaba, llegado el momento de la vuelta a puerto, de distinguir entre nubes, estrellas y oscuridad determinada luz del negro horizonte que brillaba especialmente en la noche y pertenecía a no recuerdo qué faro o población de la costa castellonense. Paco gritaba: ¡¡Yeee, cap allá, ¿la veu?!! La cabalgada del barco sobre las olas ponía proa hacia donde Paco había señalado. Luego, ya más cerca, distinguiendo más la costa, iban rectificando el rumbo hacia el puerto de Valencia. Lo del naufragio me lo ha contado muy entrecortado y difuso. No sabría ahora precisar sus palabras, pero lo tuvo: “¡Mare de Deu, quines oles, la mare que la parit! Bach estar un bon temps a remull, agarrat, crec, a un tros de fusta!”.

Siendo muy joven, le tocó la guerra española, claro. Paco me dice que él era comunista, pero yo quiero adivinar que eso no sabía ni lo que significaba, era algo de los trabajadores y él era eso, y au. Una de sus anécdotas de guerra es la de que una noche determinada iba él en la cabina de un camión, transportando tropas o ya ni se acuerda. Les soltaron un bombazo que sin darles de lleno… “¡Collons, mos llançà a fer puñetes per un terraplen fosc y fondo”. Me sigue contando que él, entonces, “veches tù”, llevaba al menos un brazo tatuado. Y, sigue, que con todo aún tuvieron suerte pues en el barranco fueron a parar sobre una enorme extensión de zarzas (jodido pero al fin y al cabo, amortiguador de la caída). Salió Paco por los aires para caer sobre las zarzas. Cuando pudo salir y llegar arriba… “¡Caguen dena, tù, tot sang, pero de tatuajes res, nom quedaba ni u, tots desapareguts”, y sigue, siempre con la pícara sonrisa: “Mira, m’ahorraren la faena de llevarmelos antes de vorelos m’a mare”.
Terminada la idiota y cruel guerra, Paco tuvo algún problema por su militancia con “los rojos” y su carnet de comunista. Un “curota” (igual se podría escribir “carota” y muy peores cosas, yo llegué a conocerlo en el Grao de Valencia) que pesaba tanto en físico como en influencias, le hizo uno de aquellos nefastos y famosos avales; entre esto y alguna ayuda más se libró de ser despenado en el cuartel de la Guardia Civil, en, creo, el de Arrancapinos (creo situado en la actual calle Ángel Guimerá, y del cual, por fortuna, no queda ni rastro. Esta calle, hoy, está civilizada).

El amigo Paco, también, en plena e inmediata posguerra, no sé cómo, metido estuvo en el cuerpo de carabineros del puerto de Valencia. Su anécdota de este tiempo muestra toda la grandeza que puede tener una persona, aún siendo todavía joven pero, como el que dice, vivido y “viendo” la vida en la que andaba metido. Carabinero, cuerpo policial y armado en un puerto de un país donde la locura se había adueñado de unos y otros y habían sembrado España de muertos, sangre, huérfanos, parejas rotas y familias ferozmente divididas… y hambre, y miseria, y… Al puerto de Valencia, aunque con marineros españoles, casi todos los enrolados valencianos, solían atracar barcos con marinería del mismo Grao de Valencia (Tuve un gran amigo en mi niñez, hijo de un carabinero, él y su esposa, madre de mi amigo, bellísimas personas). Se dirigían al bueno de Paco: “Mira, tú, Paco, es que traemos…”. “Xe, non fotes, ¿mos vas a dir que no podem traurelo?”. Me imagino la expresión algo cachonda de Paco cuando les contestaba: “Mira, a mi me sol donar un apretó de tripa per estes hores; pot ser que en res tinga c’anar al retrete; conta un cuart d’hora hasta que solte tot… ¡Xe, i diseume en pau, collons!”
Cuando Paco volvía de “descargar”, o no (él les daba la excusa para no estar delante y… ¿se entiende, no?), aunque él no me lo haya dicho jamás, esto es imaginación mía, porque lo veía en casa de mi amigo de la niñez, siempre tendría algún paquetito para él, en especial de lo que en aquella España ni se olía: mantequilla en lata, mantequilla auténtica; leche en bote, en polvo o condensada que va y sabía a leche; café cuyo aroma te hacia vivir un día entero y no achicoria… Cosas que yo recuerdo que la madre de mi amigo de la niñez me daba en cuanto por el deslunado me llamada. “¡Baja a desayunar!”. Y Paco sorbe un trago de vino, y muerde su bocadillo, y sigue… “¿Y que tenía que fer? ¿Tú saps la fam que había açi? ¿Y qué collons m’importaba si tambe pasaben tabaco pa revender? ¡Caguen la puta, tenien que viure, ells y els seus nanos y la seua dona! A la merda, home, c’anaben a dirme a mì, xe!.

Alguna o algunas anécdotas más de la vida de Paco puede que se me escapen. Sólo diré que para mí, el tiempo de una o dos cervezas en tanto estoy con él, me contagia su vitalidad y me cuenta sus cosas, no sé, es mucho, mucho… A veces hasta se reblandece mi escepticismo por esta mierda de vida en la que nos han dejado caer sin ni siquiera consultarnos… La suerte es que nos quedan “pacos”.

El genial y único Paco, tiene 89 años con una vitalidad y claridad de funcionamiento de su masa gris que acojona y mueve a la envidia por el futuro de cada uno que lo conocemos y escuchamos. En cuanto acaba su vino y bocadillo, le habla a María Ángeles: “Yeee, señorita, fa un hora c’acabat, ¿Qué no tenim café u que?
Atención: 89 años, bocata, vaso de vino, café y buen humor para hablar con “sus amigos” del bar, el bar de mi esquina que yo juraría que es su único rato de divertida libertad al día… ¡y que para nada le asoman los restos, nadie sabe de qué tono de oscuros, de lo que vive cada día!
Me parece que en el próximo Marzo cumple los 90. Ya le ha dicho varias veces a María Ángeles que “ye, que no pot faltar de res, champan, pernil del bo, xe, de tot…” Después nos mira a los 4 ó 5 habituales o que más hablamos con él: “Ye, vindreu, ¿no? Ah, el que no vinga allá ell, s’apañara, seu pedra tot… ¡Collons, que son 90, eh!

Querido Paco, ¡quién llegara a tener estos tus 89 años!
¡¡NO TE MUERAS NUNCA, JODER!!

(Coda: Tal como dicen que deben hacer los buenos periodistas, aunque yo no sea ni bueno ni periodista, ME CONFIESO : he contado lo que mi mala memoria me ha dictado con la sana intención de que todo fuera la verdad escuchada de PACO. Algo puede estar empequeñecido. Otras cosas, exageradas. Lo que sí aseguro que en nada está distorsionado, es lo enorme PERSONAJE que este PACO es.)

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano