viernes, 30 de enero de 2015

Divagando, anhelando...


DIVAGANDO, ANHELANDO...
(Ya largué algo sobre la Tecnología)


(Fotografías de Dicbre. 2014 y Enero 2015)




Con imagen y rincón cálidas empiezo, me sosiego previamente por, seguro, alguna posible rabía que me reviente.
SÁNDOR MÁRAI  en su libro DIARIOS (Edit. Salamandra), cuya lectura estremece todos los adentros de uno, físicos y anímicos, escribe en un párrafo determinado:

Me irrito si no existe Dios, porque debería existir.
Me irrito si existe porque existiendo no hace nada.

Estoy totalmente de acuerdo con este magnífico pensador y escritor de origen húngaro -o mejor, de nacimiento; luego, por las convulsiones de esta zona casi centro de Europa, tuvo otras nacionalidades-. Creo que se suicidó de un tiro. (Hablo y he citado su frase de memoria, proceder del que ya me debería ir retirando y aprender a consultar antes de escribir, pero... ¡me da tanta pereza!)

Bien, comienzo gritando, aunque nadie me oiga ni menos me haga caso, que salvo el pequeñísimo porcentaje de gente -¿o gentuza?- que posee la mayor e inmensa riqueza y poder de todo el mundo frente a todo el ingente número de seres que apenas pueden vivir, comer, sanar, siquiera reír -se olvidaron de qué es eso-, niños y adultos que mueren diariamente por pura pobreza -todo según estadísticas que nos pasan los medios-, entre mucho de todo lo que se soporta como se puede y, lo peor, se asume como "normal", todavía nadie, ni país, ni estado, ni riquísimo magnate filántropo, ni quien coño tenga arrestos para acabar con el asunto, seguimos soportando en fin, y callando, ante las matanzas que la miserable ambición de las multinacionales farmacéuticas perpetran con los enfermos de Hepatitis C, a las que, además de someterse, siguen con actuación similar los gobiernos. Éste que me toca, el español, además como tratándonos de imbéciles, venga crear y formar comités, con descansos de mariscadas, para pensar y decidir qué se hace, que si hay o no hay dinero, que si los casos urgentes, que... ¡mierda! (Hace una o dos semanas, Wyoming, en su programa El Intermedio, ironizaba con el símil del caso de aquél que grita y grita porque se está ahogando en el mar y le contestan que espere un poco, que van a reunirse y discutir la mejor forma que puede haber para rescatarlo). Además, nuestros políticos, tienen la cochina manía o costumbre de, siempre, ir sonriendo por la vida, sin que nadie nos expliquemos de qué narices se ríen con las serias responsabilidades que cargan, y siguen yendo en coches oficiales con sus chóferes, sus móviles, sus carpetas, sus parafernalias pagadas por todos nosotros que, pienso yo que, si de pronto, de un minuto al siguiente, todo eso se ahorrara, y muchas más cosas que a cada cuál ahora se le ocurriría (por ej.: para las mierdas que deciden, qué pijo pintan tantos asesores cobrando una pasta gansa a costa de mis y vuestros impuestos), me pregunto: ¿a cuántos enfermos alcanzaría curar de ese mal bicho del hígado?
Mal empiezo, con semejante ira, pero es que... Quizás, ay, Dios, cuando acabe esta entrada, cuando más tarde, esta noche, me acueste, hayan MATADO a 4 ó 5 ó 6 más.
¡Y dormirán bien, "cagontodo"!

 Y ahora divago sobre estos nuevos de "PODEMOS". Mirad, gente con buena intención, aquí en España -conozco apenas el extranjero- hay formas y maneras que gustan a izquierdas, derechas y a lo que vosotros acabéis siendo, si algún día lo decís claro, pero bien claro ¿eh?, y nos enteramos todos. Y me refiero a ciertas "formas o formalidades". O sea que eso de descamisados, camisetas, cazadoras y pantalones vaqueros viejos, para los mítines, reuniones, salidas en las televisiones y entrevistas diversas, pues no, mirad: No. Ya es bastante, con eso aún tragamos, en abandonar las corbatas (cuarenta años he tenido yo que llevarla para ganar mi soldada, sé de sobra la incomodidad que esta tonta prenda te pone en la nuez). Pero tal como ahora os presentáis, sólo parecéis eso que ahora llaman "perros flauta". Miraos en el espejo, leche, que nada menos que aspiráis a ser el gobierno de una nación que para muchos españoles, todavía y por fortuna, nos es muy importante.
También deberíais tener en cuenta que para presentaros por adalides de la pureza, los sin mácula alguna de pecados ni pecadillos, id a confesar antes, hombre. Luego, como no sé lo que os creéis, os pasan cosas como lo del Sr. Monedero, al que ya hay quien lo llama "Sr. BILLETERO".
Y, por fin, Sr. IGLESIAS, no se me rebaje Vd. hasta la altura de algún que otro contertulio indeseable -al menos en mi opinión-, poniéndose, como en el recreo, en el patio del colegio, con eso de ..."tú, Pantuflas; tú, Coletas", y los dos como si estuvieran divertidos... ¡Venga, cojones!, ¿son ustedes críos o quieren aparentar y ser muy serios y responsables con nada menos que España entre las manos? ¡Qué espectáculo lamentable y asquerosito distéis! Estas "cositas" del "y tú más" son propias de los que a Vd. y al tal Monedero, o Billetero, les ha dado por llamar "casta", también quitan votos. Necesitáis con urgencia un buen Asesor de Imagen, que lo primero que tiene que hacer, en plan colega, Pablo, macho, es enseñarte a sentarte en público y que no te deje "desmayarte" en los sillones con los brazos abiertos y colgando los antebrazos por detrás del respaldo. Estás equivocado, amigo. !Ah, y las bromitas y picas al adversario político, también ensayalas; lo siento, te salen sin ninguna gracia.

Anhelo, con respecto a la Iglesia Católica Española, a la que hace tiempo que no incomodo, varias cosas:

1ª - A ver si alguien, el que tenga suficiente poder en ella, anula de una vez por todas, esa clausulita de esas "ceremonias de la Ilusión (¿?)" de "...hasta que la muerte os separe". Eso es una barbaridad sin nombre, amables jerarcas eclesiásticos. Seguro que eso no lo implantó Pablo de Tarso, aquel recaudador que vio el filón que prometía la masa enorme que seguía a JESÚS y acabó organizando y legislando la constitución de lo que sería LA IGLESIA CATÓLICA, la multinacional más poderosa y rica del mundo, mangoneando voluntades y espiritualidades -y materialidades-. Si él, Pablo, hubiera vislumbrado el negocio que genera cada bodorrio para la propia Iglesia y empresas que viven, casi, de ello (floristerías, fotógrafos, restauración, orquestas u orquestinas, alfombrados, coches de lujo y más que se me olvidan, hubiera dictado, según se le ocurrió a una concejala -o algo así- irlandesa, católica o protestante -no recuerdo qué-, el instaurar el matrimonio por periodos de SIETE años, al cabo de los cuales los agarrados por lazos tan firmes analizan lo pasado en común y lo que puede venir, y deciden o el "sanseacabó" o el renovar por igual período. ¿Sí o no? Se admiten adhesiones y discrepancias. Experiencias las hay para todos los gustos.

Ya, casi por último -por hoy- ya no anhelo sino que puedo exigir como ciudadano y contribuyente honrado -no tengo, por lo visto, categoría para que intente nadie corromperme- el que alguien me explique de forma convincente la razón de que todos los facinerosos rastreros que han saqueado, con una cara más dura que el metal por descubrir todavía, CAJA MADRID y BANKIA, cuando resulta que ya existían dictámenes calificando de inadecuado y podrido el producto llamado PREFERENTES y que endosaron -mira tú, preferentemente- al grupo de población más débil y apropiado para el saqueo, para el robo, decía, ¿por qué no están ya enchironados desde hace tiempo, si no hacía falta ni juicio, si los cogieron vendiendo y haciendo vender a su personal productos nada financieros, sino humo, botes de gases lacrimógenos. De haberlo hecho, quizás hubieran evitado el que, además, siguieren saqueando estas entidades con las tarjetitas catafalco, con unas acciones sin respaldo alguno, con... ¡coño, casi con la pistola en la mano, "cagondiez"!´

Desearía también, que facilitaran a todos los bocazas analfabetos que dicen que son políticos y hacen labores de gobierno, algo de lo que se llama "dinerillo de bolsillo", billetes de 10 y 5 euros y monedas, y que con eso se paseen por bares, compren en mercados o fruterías, entren en pequeños comercios y oigan los sapos y culebras que los autónomos sueltan contra las sogas que los están estrangulando con impuestos (les advierto, que lleven cuidado, pues comienzan de hideputa hacia arriba). Y pasada esta experiencia durante tres o cuatro días, comprenderán que se deben meter en el culo los grandilocuentes discursos sobre macroeconomía y creación de empleos (ésto último, al menos en España, es algo así como un subgénero: temporales, horarios parciales, salarios de pena, etc., etc., y sólo una mínima parte contrato fijo y nómina algo decentita). ¡¿A quién creen engañar?! ¡¿Suponen que somos idiotas?! O, lo peor, no quiero ni pensar que exista algún españolito que se lo trague. ¡Un poco de "por favor", hombre, una pizca de decencia! 

He buscado, para terminar hoy, ese color sangre espeso de los desencantos que acaban en estas explosiones de rabiosa ira con la que deberían tener cuidado. Es ya demasiado lo que se soporta...
Por eso, porque me queda mucha mierda que evacuar, ya hago un alto y aprovecho para ir a mercarme un buen acopio de papel higiénico.

Descansad lo mejor que podáis este fin de semana, gente amable y sobre todo, si hace falta, "pastillitas" que os libren de culpas ajenas y dormid a pierna suelta.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
30 Enero 2015 (¡vaya año que nos espera!)





   






lunes, 26 de enero de 2015

Tecnología, divagaciones, anhelos...


TECNOLOGÍAS, DIVAGACIONES, ANHELOS...


(Fotografía de Diciembre 2014)

En la sección de "Cartas al Director" del diario EL PAÍS, hace unos días escribía un lector sobre el tema de las tecnologías y hacía mención a una frase que en su día soltó -o escribió, no lo sé- el genial científico ALBERT EINSTEIN y que rezaba así: El día en que la tecnología sobrepase la humanidad, el mundo sólo tendrá una generación de idiotas. A pesar de sus loquillos, blancos y alborotados cabellos, no tenía en absoluto la testa mal amueblaba, creo yo, ¿no?
Pues, hombre, qué quieres que te diga. No lo ve uno tan exagerado y terminal el asunto, aunque sí, y mucho, el hecho de que el tema nos está invadiendo y acogotando cual inmigración de chinos. En todo el resto del mundo, según los medios, igual o más y, encima cada vez se exporta más y, lo peor, todos aceptamos esa importación. Estamos tragando casi, casi hasta que cualquier aparatejo haga y deshaga por su cuenta, y pronto, muy pronto llegará a sentir y transmitir amores, amistad, compañía (¿?) y cualquier sentimiento, hasta ahora grandioso capital del humano, según sus circuitos le dicten sin advertir siquiera a la voluntad del ser que lo adquirió, eso sí,  el adquiriente con el sano egoísmo de servirse de él, de aprovechar su adelanto tecnológico y su capacidad de facilitar nuestros quehaceres. Pero cual relato de ficción -que está dejando de ser tal ficción- se nos está apoderando (Morris West, ya hace muchos años, en su novela El Mono desnudo -hace mucho, pero diría que así se titulaba- ya predijo estas cosas. Quizás se quedó corto). O también la de aquél que creó un monstruo para siendo su amo, ordenarle hacer lo que a él le molestaba o le desagradaba; al final, todos sabemos la historia: el monstruo, la máquina, se rebela contra su creador y lo primero que hace es aniquilar al tontolhaba que la parió y después vagar, libertino y libre haciendo lo que le dé la gana, poco bueno y mucho malo o gamberrada. 
Hoy en día nuestro entorno se está convirtiendo, al menos para mí, en algo que en principio me provoca prevención: la práctica totalidad de seres que me rodean, muy cercanos, cercanos o acercándose, van "armados" con  su "móvil/tableta/ordenador/internet/cámaradefotos/agenda... todo, todo en una cosa plana que cabe o apenas sobrepasa la palma de una mano que ya no sé ni cómo se llama hoy. Da verdadera pena el ver de pronto aparecer a alguien con el rostro desencajado y níveo, preguntando o rogando, no se sabe, "¡Ay, por favor, ¿me he dejado aquí el móvil!
Me da ya un poco de grima ante el anuncio de que viene gente mía a casa... ¡coño es que entran ya con el aparatito desenfundado e iluminados sus rostros por la poderosa pantalla que lo dice, sabe y lo chiva todo. Se me apodera ya el miedo en cuanto alguno se me acerca con el cacharro en la mano, sonriente, con el ánimo -se ve a la legua- o de enseñarnos algún mensaje graciosillo -¿WatSap, guasap, "gapo"; cómo se llaman esos mensajitos?- o, no sé que es peor, con la intención malsana de mostrarnos alguna -o para morirse "unas, varias, muchas..." fotos recientes captadas con el "parato pa to", que, hay que ver, ¿eh?, fíjate tú, ¿eh?.
Le vienen a las mientes a uno aquellos tiempos pasados en que se tenían "fichadas" casas de familiares o amigos autoprohibidas pues ya te esperaban con los álbumes de fotos de todas sus últimas salidas, viajes o, ya para morir, la boda -ceremonia religiosa y banquete y resopón y baile del hijo, hija o quién coño fuera, incluida la foto graciosa del más chistoso de la familia. Ya, y había que mostrar interés, reírse o ser tú y perder esa amistad o el contacto con ese familiar. La leche, xe, la leche.
A mí me daba un gustirrinín enorme el comunicarme con quien fuera, descolgando el auricular de un hermosote teléfono de mesa, meter el dedito en la rueda y, por encima de todo, que el número marcado tuviera muchos "nueves"; esos tric, tric, tric del disco volviendo a su lugar, era casi como algo erótico, ¿no?. Luego, por el oído, además de la voz del llamado nos llegaba hasta un poco de su calor. Hoy, ay hoy. Hoy ya desde la calle entran con un dedo o dos pasando la yema de esos dedos por el plasma del "parato", como quitándole las motitas de polvo.

Puede, por qué no, que yo me haya quedado atrasado, pero es el caso que sí que uso la tecnología, pero por ahora -y espero seguir así- ni se ha apoderado de mí ni me ha hecho su esclavo. Estoy aún, y ahí quiero quedarme, en la fase de utilización de toda aquella parte de esa tecnología que a mí me sirve o de ella me sirvo, sin que todavía se me halla subido a la chepa.
Ahora bien, cada quién ve la vida como quiere, le gusta o le sale. Jamás seré yo quien se lo impida... ¡en tanto no me molesten!
)Me viene a la chola eso que cuentan de CELA. Le preguntaron al cachazudo: "Oiga, Don Camilo, ¿ha visto lo que hace tal o cuál? Pues si, lo he visto. ¿Y qué le parece? Ah, por mí que haga lo  que quiera? Pero, ¿usted lo haría? ¡Ah, no, yo ni hablar!
Pues eso, "a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga"

Y, rediéz, ya se me ha hecho tarde para llamar a los Majos de Oriente (o de donde sean), para comentarles algo. Pero con mi teléfono precioso de auricular tan bonito y majestuoso. Tiene bemoles la cosa que este aparato me lo hicieron desconectar en la que, dicen, es mi casa porque sonaba fuerte y vulgar. ¿Alguien ha prestado la debida atención a los ruiditos, musiquitas, tonitos y demás chorradas que sueltan los "paratos" móviles de ahora?

Hale, va. Si lo habéis acabado, ya podéis ponerme a parir. Se va acostumbrando uno.
(Claro, mañana, si puedo, seguiré. Y si no, al otro. Y si tampoco, pues algún otro ratejo.

Dormid en paz, gente amable.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
26  Enero 2015

viernes, 9 de enero de 2015

Resaca de Diciembre y sus cosas... y más cositas.

RESACA DE DICIEMBRE 2014

(Sus "cosas" y huellas)

(Fotografía de Diciembre 2014)

Con este ambiente entoldado, se comprende que las luces que se anuncian, iluminen los "altos", manteniendo en semi o entera oscuridad los "bajos", las "bases llanas".


Estaba yo releyendo cosas recientes aquí volcadas de Diciembre 2014 y de las pocas en este actual Enero 2015.


Me apareció la primera aquella en que insertaba dos dibujos de desnudos femeninos de tan añorada "casi" tierna juventud mía y, estando en ello, pensé que había dejado pasar la oportunidad de volver a insistir en algo que, si la chaveta no me falla, ya comenté aquí hace bastante tiempo.
Éste es el caso: El nacer, este acto con tan literatura sobre él, históricamente hablando, se sabe que supone un trauma para el ser recién llegado que se ve obligado a abandonar recinto tan acogedor como el vientre materno y encontrarse, bruscamente, en medio de -ésta es su impresión-, con unas luces cegadoras, nervios por doquier contagiosos, personas que se mueven, curiosamente, o con excesiva rapidez o con desesperante sosiego, todos atareados, suspiros de estreñida aliviada de la mujer que debe ser tu madre y, por encima de todo, con un empeño enorme en que llores colgando bocabajo agarrado por los talones con una manaza enorme, tal como cochinillo lechal a punto del limpio navajazo e introducción en la covacha del horno de leña. Entre el susto y los manotazos que te arrean, claro, acabas llorando, cualquiera no...¡al menos que paren de zurrarte, ¿no?!
Y todo lo anterior viene a cuento porque aquel mi tremendo choque con, al parecer, el lugar donde iba a vivir, no me causó ni la más mínima buena impresión, pero, y ésta es la conclusión, ya tumbado más tranquilo, entre toallas y acariciándome con un delicado lavatorio unas manos de manejos tan amistosos que rozaban lo amoroso, vi lo que debían de ser unos rotundos muslos de una joven enfermera, enfundados en unos pantalones verdes quirofano algo ajustados, y lo más extraordinario ocurrió cuando consideró que ya me había amado demasiado tiempo, se dio la vuelta y se fue de mi cercanía, ofreciendo a todavía mi legañosa vista lo único verdaderamente bello y turbador a un tiempo de ésta mi primera vivencia mundana: unas nalgas altas, gloriosas y prietas que se movían con un vaivén como de guiño entre gracioso y comprometedor (más tarde me enteré que a ésto todos lo llamaban culo). Nadie crea que fantaseo, les cuento una auténtica y primorosa experiencia -los recién nacidos nadie sabe lo raros que podemos ser- que vino a reconciliarme con el mundo que tan mal me había recibido: ¡Había algo bello, bellísimo en el mundo que me podría hacer el futuro bastante, mucho más llevadero.
Pero, a su vez, me dejó marcado para siempre. Supe que tendría no la carga sino la dicha, durante toda mi vida, del encantamiento, que me salvaría de todo lo demás, de las redondeces femeninas, ¡que aquí había mujeres, ninfas, jóvenes, cuarentonas tirando a lo Rubens y cincuentonas de formas plenas y más sabias que una vaquilla de pueblo mareada en cien cercados.
Y, por fin, todo viene a cuento porque a nadie se le ocurrió llamarme "bebé verde", ni más  tarde adolescente verde, ni joven verde, ni hombre verde, no. La maldición me cayó encima en cuanto tuve la desgracia común de ir pasando los 50 tacos. Ya empezó eso tan horroroso, insulso y poco gracioso de "viejo verde"; coño, a esa edad ya no me podían o no debían gustarme las hembras y, a falta obligada de otras armas, puse empeño en cuidar la vista para poder seguir admirando lo más bello de la evolución y, de momento, haber llegado a estos medio averiados 70 años (espero poder seguir viendo y mirando con atención, a ver si así, frenando algo los achaques normales, llego a los 100... ¡O más! Seguro que sin ellas, las más bellas, no llego). ¡¿Se podrá soportar tamaña memez el que a uno lo "insulten" -bueno, lo intentan- con esa frasecita que denuncia cortos cerebros, eso de "viejo verde"?!

&&&&&&&&&&&

Pronto, en este revisar lo anterior, se me pasó lo feliz. Llegué a la carta a los tíos esos Majos. Se me olvidaron cosas en aquella misiva. Y son importantes. A ver:

==Si tengo bien actualizada mi información mediática, en este bendito, o lo que sea, año 2015 van a sentarse en el banquillo unas 2000 personitas que no han hecho bien los deberes -entre ellas hasta una infanta de España que parece tener la ilusión de que mueran los 6 -¿son seis?- anteriores en los derechos de sucesión para llegar ella a reinar. La leche, ¡que dice que no y que no, que no renuncia a sus derechos sucesorios! Allá tú, bonita, y tu bonito -a éste parece que le caen más años, ¿será por guaperas?-.
Así pues, queridos, os pido que nos dejéis bastantes cárceles. Ya no nos caben en las que tenemos sobre todo la gente algo marrana experta en delinquir como esos 2000 que he dicho. Pero ojo, ¿eh? No os paséis. Trullos normalitos, sin tanta flor en sus pasillos, sin tanta televisión, sin timbas de mus, sin tanto bis a bis -ya han "cogido" (modismo, creo, argentino) bastante antes de entrar- y sobre todo, sin celdas individuales con baño propio, no, ya está bien, una cosa es tratarlos decentemente y otra solucionarles la vida y la vejez, porque ¿cuántos duros han devueltos de todo lo que "disimularon", cagondiez ¡deben de tener unos fondos o planes de pensiones para cuando salgan... Ah, se me olvidaba, y sin tanto permisito por portarse bien. Eso antes, que en mis tiempos no te valía ni piedad ni caridad alguna, no te podías ni descuadrar en eso de "¿cuántas veces?" del cura del quiosco.

&&&&&&&&&&&&&

Acabo mis peticiones de hoy solicitándoos una buena remesa de calcetines sudados acompañada de un rollo grande de cinta adhesiva, para ver si conseguimos tapar muchas bocas y dejar de escuchar a tanto tarado/a e insultón -¿no se ha fijado nadie en que en España los más famosos se hacen y suben y suben son los que más insultan? No es que sean críticos, ni incisivos, ni nada de inteligentes -¿para qué?-, lo importante es insultar.
(Para un tal INDA, además, una capucha que lo tape hasta la corbata y, si es preciso, un bozal, que no se le asome ni así un sólo diente de su dentadura caballuna que tanto enseña)

&&&&&&&&&&&&&&

Como tengo fama -bien ganada- de no terminar "bien" ningún relato, acabo con un enorme lamento. Al mundo entero, y desde hace ya demasiado tiempo, -en estos días le ha tocado a Francia- le ha salido un cáncer purulento muy difícil de curar. De entre un enorme grupo de gentes que tienen religión musulmana, les han nacido un montón de bípedos humanos -es un decir- sin acabar, es decir, sin terminar su evolución. Y es precisamente su cerebro lo más dañado. Donde debería haber gris, tienen un hueco hediondo grande y, en un rinconcito, una mancha roja, muy roja y espesa de sangre. Y lo malo, como decía Umbral, éstos no son los del "único libro", sino que ni siquiera han leído ese Único Libro, los que haciendo sufrir e hiriendo al mundo entero dicen hacerlo en nombre de Alá; ni siquiera se han enterado de que Alá es la versión islámica del Dios cristiano y viceversa, cada cuál con sus cosas, y esto, al menos la inmensa mayoría de los creyentes en Alá y su Mahoma sí que lo saben y, como seres totalmente evolucionados se comportan, o sea, normal, con sus pecados y virtudes como todo practicante de la religión que sea. Mucho me temo que aquí, los "normales" van a tener que jugar un muy importante papel para sanear sus mezquitas y salvar a su Dios, Alá.

&&&&&&&&&&&&&&&

Al menos tenemos gente que "administrando bien sus prioridades y los momentos en que debe o no debe lo que sea", se calzan una buena vitamina para despedir al viejo 2014 y afrontar con ganas el, 2015.

   
(Foto de mi amigo EL PASCO, en su casa, el 31-12-2014)
A que os llama la atención esas lonchitas de jamón y el vinito que se ha elegido el este carpanta.
A mí lo que realmente me hace filosofar es que siendo el cerdo uno de los animales más puercos y cochinos del mundo (sí, también los llaman así), una vez sacrificado esté todo entero él tan riquísimo. Y, por contra, de tantísimo "cerdo humano" que nos rodea, apenas se puede aprovechar nada. Tiene guasa esto.

Otro día más, gente amable.


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
9 Enero 2015
      





















domingo, 4 de enero de 2015

La vida no es sueño.


LA VIDA NO ES SUEÑO



En los labios se me rompieron,
en miles de cristales vaporizados,
los besos que en un sueño
reales fueron de amores entregados.
A mis pies cayeron con mi alma enredados.
Ya no eran sueños soñados,
eran rotas realidades
nacidas de sueños.

No es tu verso la verdad, Calderón,
ése que cantas que los sueños, sueños son
porque toda la Vida es Sueño. No.
Una vida sin afanes puede,
quizás sea sueño,
pero de un pasar enclenque.
Quimeras hay tan poderosas
que desvanecen el sueño,
naciendo, entonces, materias vívidas
que pueden colmar espacios hueros
haciendo despertar una vida
cansada y sin pasiones de luz viva,
en quemante, inquietante, ilusionada.
Y en tanto esa ardiente realidad exista,
ya no dormirás,
sólo sueño se tornará 
con un feo despertar.

No quería tu abrazo, no debiste.
Sentí tu cuerpo dentro del mío, 
había despertado mi Vida,
despabilando del sueño aburrido.
Noté mi realidad de nuevo,
¡tanto tiempo drogado, dormido!,
soñando viví el tan real instante.
No debiste darme aquel abrazo.

Hay un hombre que vive
al arrojarse al negro de tus ojos.
Cuando no paladea ese negro,
vuelve el maldito sueño.
No debiste darme aquel abrazo,
fue un despertar doloroso.

Hay un hombre que sueña
con la embriaguez del mareo
al recorrer tus caderas con deseo,
al beber tus besos...
No llames nunca amigo
al hombre que te mira enamorado.
Mujer, él no lo sueña,
¡lo vive!

Sí, puede ser muy tortuoso
este Vida y Sueño, tan tormentoso.




DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
4 Enero 2015




sábado, 3 de enero de 2015

2015 - Te obligan a arrancar.

2015 - TE OBLIGAN A ARRANCAR

Todo anda revuelto y empeñado en que este 2015 sea un follonero período electoral.
(Escribiremos con esta tinta con el tono de verde ESPERANZA, esperanza en que vengan cosas buenas y se larguen otras apestosas de una puñetera vez).

Utilizaremos, dadas las fechas en que estamos, la metáfora de un supuesto pedido a los reyes MAJOS (ya los han desprovisto de toda "magia"). Pero nuestra carta va a tener la originalidad de solicitarles a estas realezas que al tiempo que nos dejan cosas, se lleven muchas, ya que se volverán de vacío.


Así que empezamos:

Señores MAJOS ("ustés" perdonen pero con lo de reyes-reyes todavía hoy los estudiosos de todas estas tonterías aún no se han puesto de acuerdo en que si lo eran o no, de qué países o lugares o no más -que ya es bastante, y creo que mucho mejor- gente poderosa con pasta gansa, ocio y afición por las aventuras, de tal manera que tuvieron noticias de un muy curioso acontecimiento acaecido por allá por Oriente y allá que fueron a pasar unos días y contemplar el fantástico suceso in situ (no había televisión, ni vía satélite ni por vía alguna, claro); tampoco puedo dirigirme a ustedes con el "queridos" porque ni tengo el gusto o disgusto de haberlos conocido personalmente ni, por supuesto, he tenido intimidades con ninguno de los tres, porque eran tres, ¿no?.

Veamos: ¿Ven esa casa tan bonita de la foto? Ya saben que es "nuestra" casa, digo "la casa del pueblo", ¿no? Pues resulta que por no entiendo qué caprichos de mis conciudadanos, ya hace excesivo tiempo que se la tenemos cedida a una gente que, la verdad, darnos, poco nos da por su uso, salvo hincharnos a deudas e inventarse impuestos en cuanto alguno "mete la mano" y, con una cara monumental, nos pasan a nosotros, los dueños de la casita, la tarea de limpiar sus sumideros. Lo curioso es que en todas las elecciones habidas, al preguntar por ahí, como por misterio, resulta que casi nadie, o muy pocos, dicen que sí, que ellos los han votado, la cual cosa ni yo ni muchos entendemos. Yo no he sido nunca invitado a ésa mi casa; sólo la veo muy bonita por fuera, pero por adentro debe despedir una peste de tirar para atrás.
Además, resultan ser muy amiguetes de los otros, de los de las Consejerías (no pido perdón porque yo escribo mejor y más claro, más duro y directo en español que en catalán/valenciano/catalán), y ahí, en esos palacetes que ocupan las Cortes Valencianas ya no es que adentro huela mal, es que todo los montones de corrupción que se escapan por ventanas y puertas a la calle, hieden que espanta (¿no se iría de esa calle la famosisima "Casa de los Caramelos" por ese motivo y no por otro?)
Imagino que ya sabréis mi petición: Como los niños: ¡porfa, porfa, porfa, va, porfa, porfa, traednos otros inquilinos más limpios, me da igual del color que se vistan, falta casi un años para decidir y la cosa anda jodidamente mal y no sé todavía, la verdad, hacía qué tono mirar y elegir, pero eso sí, va, porfa, que tengan las manos quietas, limpias y cubran sus testas con sombreros de honradez política, ¡que aún deben quedar ¿no?!

Ah, y que no tengan la manía de ir al Mercado Central a alborotar a los madrugadores y honrados vendedores, que parece que han tomado tan precioso espacio valenciano como centro o despacho de sus campañas electorales, ni de usar los bajos del Ayuntamiento para guardar sus viejos coches, ni... ¡Si ya lo sabéis todo, ¿o no?!
Tengo confianza en que cumpliréis éste mi deseo, aunque ya me huelo de sobra que, aunque lo marca la Ley, no vais a querer cargar ni de coña con el deteriorado material reemplazado, qué le vamos a hacer. Os comprendo. Buscaremos un vertedero por ahí ya que confío en que dejéis de traer puertas giratorias.
En definitiva, MAJOS, que vuelva a ser bella mi ciudad, que el vientecillo mediterráneo sea otra vez claro y luminoso y respirable donde el sol halle cobijo detrás de cualquier árbol.



(Veo que se me va a hacer larga la carta, ¡hay tanto!)

Por hoy -hay muchos más días para seguir- terminaré con una petición general para toda mi España -claro, aquí está incluida Valencia-.
Conseguid de los ilustrados señores de la R.A.E. que se pueda calificar limpiamente de ASESINOS a toda la tropa que deja morir, DIARIAMENTE, a varios enfermos de hepatitis "C",  teniendo el remedio en sus manos y andan más que enredando con los dineros, con "según grados de gravedad"... Todo viles evasivas en tanto en el despacho de al lado encargan una fragata nueva para que el personal de marina se entretenga (no lo recuerdo: ¿9oo millones de euros dijeron que costaba la fragata de los cojones?). Que estos condenados a muerte por obra y gracia de nuestro miserable gobierno, lleguen a tener su remedio a tiempo. ¿para qué mis impuestos, los de todos los españoles? Esta petición la corto pronto porque me encabrono mucho.
Aunque me viene a huevo para tirar del hilo y pedirles a ver si consiguen que dejen en paz de una puta vez la Sanidad Pública y la Investigación y la Educación, sectores en los que únicamente no sobran los profesionales que, yo al menos, creo que valen, pero sí que son material para los vertederos todos los que deciden y mangonean en ellos. ¡Mándenlos a todos a tomar por retambufa, leche! Que no sigan mareando con los 17 reinos de Taifas y que dejen estos temas en unas únicas manos...
Me acaloro, lo dejo.
Sé que lo tienen muy difícil, pero por algo los llaman los REYES MAJOS, creo, o sea. (Terminación de frase cachonda que me pegó el excelente y también bastante borde escritor, FRANCISCO UMBRAL).

Hasta otra "cartita", gente amable.


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
3 Enero 2015