jueves, 10 de marzo de 2016

ME INDIGNA, ME REPATEA, ME CABREA...
(Y sigo: me enfada, me pone a parir, etc., etc. -Va, y, a veces, me gusta algo, ¡qué cosas!-
No es, ni más ni menos, los sentimientos que yo, quizás -o seguro- pueda despertar en otros, pero... resulta que este blog es mío y lo escribo -o lo que sea- yo, el mismo que viste y calza).



(Por poner el primer ejemplo. Esta es fotografía muy reciente de uno de los muy escasos rincones vírgenes que quedan en BENIDORM. ¿No podían haber construido con mucha menor altura que lo que hay hoy en día, una fila de enormes gigantes con los pies clavados en la arena, en el propio mar, en las espumas de sus pacíficas aguas? No puedo -ni creo que debo- decir más. Hay trabajo, puestos para indígenas y foráneos cercanos y... ¡ay, puestos conquistados por muchísimo extranjero!; y es que el sol, el aperitivo en terraza durante casi todo el año, es mucho, sí, muy atractivo.
Menos mál que también lo gozan, y mucho, las personas no ya de la tercera sino también de ya la cuarta edad, españolas.
Pero, rediéz, ¡qué precios hay que pagar: Tan bello como estaba como pueblecito costero, de pescadores, todavía sirviendo auténticos y riquísimos arroces marineros!)


Me da que he empezado mal, ¿no?. No sé, como ganándome enemigos (aunque ya tenga algunos bastante desagradables por aquellos pagos).

Así pues, intentaremos "enmendalla" y no marchar por sendas de "Godella y deshonralla" (Ni puta idea de si está bien escrito esta especie de román paladino).  Y lo haremos intercalando ya una sonrisa de uno de geniales viñetistas de EL PAÍS.
Sonría un momento, por favor:

















Sí, hoy también es el día de algo. Hoy es el "EL DÍA DE LA MUJER". Y yo me pregunto ¿Y qué día hay que NO sea de la mujer? En tanto no aparezca, como por un encantamiento, algo más bonito que una mujer, todos los días serán suyos. Y desde que consiguieron, hasta con sangre, conquistar su igualdad y sus derechos con los hombres (y toda clase de tipos neutros, no se me enfade nadie), ¿qué necesidad hay de dedicarles un día? ¿No quedan en el año días para los tipos masculinos, como yo, que sufrimos por ellas, las amamos, nos desdeñan, nos dicen cosas feas como eso de "so machista"...? ¿No, no queda ningún día para hacerlo el "día del hombre"?
Es que es éste uno de los temas que me repatea un montón. Claro, al escuchar a algunas, la verdad, se acojona uno un poco de sacar el tema. Ahora ya, traspasada la puerta de entrada de la CUARTA edad, ya no me asustan ni las cucarachas (confieso, algunas mujeres, todavía sí, un poquito; a veces no más que con su apabullante presencia, jo).
Pero es en concreto esa machaconería con que "laboralmente" son o están consideradas inferiores al hombre... (Yo he tenido jefas que parecía que llevaran, debajo del tanga, braguero para sostener el peso de sus ovarios. No me sigan jodiendo con esa cantinela; ya está bien, leche).
Algún gilipollas (eso sí, tengo que aceptar el hecho de que entre los hombres somos más) ha ideado la memez memorable de inventar un semáforo que cuando el "verde" da permiso a peatones, refleja la figura inmadura (¡claro, coño, está verde!) de un monigotito con faldas. A ver, en el lenguaje de FORGES: "me diga, oiga: ¿quién pasa? ¿sólo las mujeres?" (Ojo, atentos, que no invento nada: va en primera página del insigne periódico LAS PROVINCIAS valenciano) ¿Se entiende que los cojos, o cojas; perros, gatos, hombres normales, algún imbécil despistado, los que van en silla de ruedas, las viejas con gayato, los idem hombres...? ¿Toda esa jauría que espera lanzarse a pisar las anchas bandas blancas pintadas en el suelos, no puede pasar? ¿Qué tiene, que esperar al monigotito en verde que resalte en el semáforo para poder cruzar? ¿Han inventado lo mismo para autobuses, coches, motos, etcétera y muchos más etcéteras -pueden entrar hasta los repartidores de butano-.?. Venga ya, tontosl'haba. Por Dios, ya que los políticos son una especie sin posible tratamiento de desinsectación de esporas idiotas, las gentes normales, ¿no podemos llegar a ser eso, normalitas, sencillitas?
Miren "ustés", señoras, señoritas, maduras, yo propongo una apuesta (mejor, no digo lo que propongo: me pueden desde linchar hasta castrar. -¡qué horror; ni "pa'meá"!-. Así es que la prenda de la apuesta la dejo a elección del mal llamado sexo débil). Hagan un poco de reflexión, hasta imaginativa porque para los quisquillosos se me puede olvidar algún temita: "A IGUALDAD DE HORARIO, DE TRABAJO, DE RESPONSABILIDAD, DE DESARROLLO QUE REALIZAR, DE FICHAJES DE ENTRADA Y SALIDA, DE RENDIMIENTO, DE... MUCHAS COSAS MÁS... ¡No me jodan! ¿de verdad cobra una hembra menos que un macho con estos condicionantes igualitarios...? ¡Y una mierda, cobramos lo mismo!.

Otra cosa muy diferente es que todavía queden hembras trabajadoras que sigan tomándose su papel de finales del XIX y principios del XX -y todavía hoy- "el papel" de aquellos tiempos.
Pondré un ejemplo personal: Durante un tiempo de mis años laborales, fui Jefecillo de un departamento equis. Una de las empleadas, se supone que bajo mi cargo, semana sí y semana no, me pedía algún día para llevar al "nene" al médico. Su esposo, marido, pareja o lo que fuera, trabajaba en el mismo edificio. Un mal día mío, reventé: Me salió de tan adentro -casi hasta de los cojones-, le dije: "Oye, ¿y tu "equis", no puede llevarlo hoy?; tienes mucho que currar..." No. No podía ser. A lo mejor a su "pareja" su jefe lo había mandado a "soplar pollas".
Otro ejemplo. En esa época en la que fui Jefecillo -tenía a mi cargo unos seis o siete elementos y elementas (que nadie se me enoje)-, un día, y no recuerdo ahora la razón -alguna efeméride mía o lo que fuera, ¡yo qué sé a estas alturas!- bien, el día de autos, va y se me ocurrió comprar para "mi gente" un puro -bueno, ¿eh?- para los masculinos y una preciosa rosa roja para las féminas-.
Nada más empezar la jornada -quizás sonaran las 8,15 u 8,30 de la mañana, la feminista de "mi grupo", se plantó ante mi mesa y me tiró la rosa... "¿Por qué no has comprado lo mismo para todos, o puros o rosas?". Con cara de alelado, conseguí callarme lo que me subía de las gónadas... ¿Qué había conseguido, o pretendido, o reivindicado la imbécil esta -cuya descriptiva física omito, por si acaso-?
Quiero llegar, para terminar con este tema, afirmando -y me pelearía con quien fuera- que de discriminación laboral de la mujer, ¡una mierda!. Puede, sí, lo admito, que existen pequeños sectores en la industria o lo que sea, que no es que los haya, sino que ofrezcan a las hembras puestos y responsabilidades inferiores, lo cual es muy diferente a la guerra de desigualdades que, yo al menos, estoy harto de soportar.
Como último ejemplo: Durante casi 40 años, mi vida laboral se ha desarrollado en el sector financiero (banca, cajas de ahorro, financieras, agencias de seguros, etc.) Muchos miles de empleados. ¡Jamás, o sea, NUNCA, he visto esa discriminación que trato! Cosa diferente será el que los responsables contraten a hembras para puestos inferiores. Allá ellas si no reclaman su auténtico estatus y valía personal (porque, amiguitas, ¡eso no se regala, eso hay que tenerlo o ganárselo...).
Como epílogo, un pelín humorístico -espero que no degollado por ninguna DALILA aunque mi pelambrera, la verdad, ya no vale apenas unos céntimos-: En el caso de las hembras bordezuelas, yo distingo entre las putas y "las putillas". No son lo mismo, no, no señor -claro, según mi muy particular RAE-. Puta: todos sabemos lo que es, su función liberadora y consoladora para seres solitarios y hundidos o abandonados -a fin de cuentas, caridad-. PUTILLAS: Niñas o mujeres que no están en el mercado de la carne humana, pero que su mayor ilusión es hacer la máxima puñeta a los hombres, bien sea como simplonas "calientabraguetas" o cultivadoras de un infinito puñeterismo colosal. De estas últimas, somos tan "pardales". que pocos los hombres las descubrimos... Bah, lo mismo da: No consigues el goce sexual, pero estas "putillas" ¡te dan una vidilla...!, así en diminutivo, porque la vida como tal ya se está yendo. En fin, sean bienvenidas y aventuradas unas, otras y las de más allá, Con que sean mujeres con un mínimo de gracia, todas me valen. 
Por ello, he aquí que les dedico estas pequeñas fotos:

(Esta pequeña de la izquierda es para las hembras delicadas -putas o putillas; en el caso de putas, de las caras-; pero en fin, sea como sea quieren llevar un aire de delicadeza hacia ellas).

(Ésta otra de la derecha, de rosas rojas, rojo lujuria,
va dedicada a, preferentemente, las 
putillas, ¡que dejen de serlo! Que dejen de
provocar cabreos y calentones de huevos en hombres
casi desvalidos ante ellas).


Y en llegados a este punto, debo intercalar una advertencia:

AVISO: ¡Peligro! Esta cosa la comencé hace dos días. No sé cuándo la terminaré... Aunque me deje algunas, ¡existen tantas cosas que me cabrean! Sabéis urtedes/vosotros que podéís cortar en cuanto queráis. (Además, ni me voy a enterar).


Miren, ¿saben qué? No sé cuando seguiré, porque me quedan un montón de cabreos. Pero ayer mismito me pincharon en el ojo izquierdo y me esta jo... jorobando cosa mala (¿será igual si te pinchan, así, directamente en un huevo... ¡ay! Brrr?, no quiero ni pensarlo. Es decir, o sea, que antes de despedirme, no puedo hacerlo sin soltar bilis sobre el cabreo ordinario, rutinario, diario, asqueroso...

¡Señorías! (Así me evito el masculino y femenino y neutro, que haberlos, haylos, ojo) ¡Quieren dejar ustedes de una puta vez de  pensar en su culo y partes contiguas y hacerlo en, por y para ESPAÑA, a la que es indigno que representen en un gallinero y encima, para mayor pitorreo, por elección nuestra?! ¿Qué mierdas hacen para ganarse el sueldo que les pagamos? ¡SEÑORÍAS, QUE SÓLO QUEREMOS LA SIMPLEZA DE UN GOBIERNO, NO LOS HEMOS VOTADO PARA FUNCIONES DE 24 HORAS AL DÍA EN UNA PISTA DE CIRCO! Si empezamos por la retranca insultona -ya sin gracia ninguna- del gallego que bracea como un legionario, y no quiere dejar que se le enfríe el culo sin su poltrona de poder, seguimos por el ¿guaperas? que no sabe cuando debe o no ponerse corbata (recordemos la ceremonia de los "Goya"), empeñado en subir y subir peldaños... (¿Recordará este payo que lo que persigue con ansia desmesurada es el gobierno nada más y nada menos -al menos para mí- que de ESPAÑA?), continuemos por el descamisado que, vale, movió el cotarro que falta le hacía, pero que se ha creído el rey del mambo pidiendo Vicepresidencias y Ministerios... ¡pero, oiga, respetado -que no respetable- profesor de Universidad, ¿quién coños se ha creído Vd. que es, si acaba de llegar el último (y esto no es el "Catecismo", ojo, con aquello de "los´últimos serán los primeros")? Mi vida, Vd. anda muy equivocado con sus iras pasadas de moda, ¿no se lo ha dicho nadie?. ¿Seguimos con el pulcro árbitro del "mediocentro" del grupo? ¿Se aclarará alguna vez en dónde está su puesto de juego? (Este último, al menos, tiene la valentía de poner la cara, sea para masajes o para que se la partan? ¡¡Oigan, escuchen, que les pagamos para currar, y su curro hoy, en ESTE MISMO HOY, es hacerlo para que tengamos un Gobierno, no cobran Vds. por desdeñarse unos a otros y pelear con soberbias, tonterías sin gracia de besos en los morros, ni, repito, retrancas gallegas ya, ILUSTRE RAJOY, SIN NINGUNA PUTA GRACIA!! Deje de bracear a lo legionario, ¡póngase a trabajar, coño! Deje ya de elegir o despreciar a conversadores, me cago en la leche, que están jugando con ESPAÑA. 
Lo que mejor -como castigo- que les podía pasar a todas sus señorías, es que, si llegamos a unas próximas elecciones, ¡NO FUÉSEMOS A VOTAR NADIE, NI EL GATO, COJONES!
Recuerden EL PRINCIPIO DE PETER. ¡Anden ustés a la mierda y se escondan en su casa, leche! Dejen al pueblo normal que nos apañemos. Lo haremos mejor y, encima, sin cobrarles, so...

Agotadito estoy... ¡Qué mala leche dan estos tíos -perdón: y tías- todos los días, pongas cuando pongas radio o televisión o te dé por comprar prensa, ay!

DESVENCIJADO (rojo de ira, todavía fresca)
Luis Ramírez de Arellano
10 Marzo de 2016. 



martes, 1 de marzo de 2016

DES-CONSUELO EN LA CORTE "ARÁBICA"

(Fotografía de Marzo de 2002)

(Fotografía de Mayo de 1999)


Florido a reventar, como siempre, cada temporada, a punto de aflorar sus frutos el almendro desde hace 59 años, desde que fue plantado con amor y cuidado con esmero por posterior y afanado labriego. De él cayeron, en especial, dos buenas semillas; se turnaban, junto al labrador en su cuidado y mimos, que siguiera dando, primero, esta precioso flor y, luego, que soltara con generosidad su fruto.

Un mal tiempo lo zarandeó, lo sacudió de manera fea, obscena se diría, con calores tal que llamaradas, después fríos de estepas heladas... Lo dejaron sin flor, seco, desnudo mas nunca abandonado. Maldita suerte la suya, la del agricultor que miraba cielos, nubes, olfateaba vientos... ¡que nada dañara su rico fruto anual!.

Conocíamos el árbol y a su amador. Esos vientos de tormenta negra y esos témpanos evaporados, nos han dejado un especial pero conocido picor en lo alto de nuestras narices; una húmeda sequedad en nuestros lagrimales.

Todos deseamos que, en un mejor próximo que lejano futuro, aquellas dos semillas imiten tu generosa donación de frutos. Quizás, ya esto se te había pasado a ti por la cabeza, hermoso almendro. Por algo nos dejas de muestra ése, que parece bello y lleno de paz, camino de por ahí de los Nortes de Castilla, al que de tramo en tramo, dan guarda dos heniestos ángeles verdes y finos que siempre apuntan, sus puntiagudas crestas, arriba... debe de ser a los cielos, ¿no? (Yo es que de esto no entiendo mucho, pero, en fin, creo que debe ser así).

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SIR. LANCELOT se ha quedado sin su dama, la que le procuraba el descanso después de sus propias batallas, curando las heridas de las de él.

Tenemos conocido, SIR. ARTURO (dejémonos de historietas), tu enorme humanidad. la que se ve y la que disimulas, se te mire por el lado que sea (sí, picarón, por ahí también). Ya llevarás en ristre, bien sujeta bajo la axila, la enorme lanza con la que embistes diariamente a la más puta de las batallas (hay gentes con eso del síndrome de Estocolmo que, va, y la adoran). Los que somos cortesanos (¡no te fastidia, no voy a decir "sirvientes"!), hemos encargado una tremenda "Tizona", más afilada, larga y ancha de hoja que la de aquel bruto "Campeador", más que nada para embestir con fuerza y bien armado estas primeras soledades. Escudo no, hemos creído que no te hace falta, tú sólo abre los brazos, brama chisporroteos por tu boca y muéstrales tu corpachón. Seguro, SIR. ARTURO que la mala vida, la jodida parte de la vida, huirá antes que acercarse a ti y a los tuyos.

Un abrazo, buena gente, pero... por si acaso, con la armadura puesta. 


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
1 de Marzo de 2016.