sábado, 26 de noviembre de 2016

ACTUALIZANDO "ARÁBICA"
(Mi segunda casa... Quizás la primera).





El ya bien pasado 10 de Octubre de este mismo año, cumplí mi 72 cumpleaños.
No es que sea nada importante para nadie... Pero para mí, sí. Es como si sintiera el FINAL de una época. Talmentente como si mi marcha, mi muerte estuviera todavía más cerca. Y el caso es que lo único que me importa de este obligado tránsito es la rapidez: ¡Muere, imbécil mortal; tú sabías que llegaría este momento... pues hala, adiós...!
Vale, pero no me jodas con largas y malditas llagas, quejidos, dependencias... No sigo; se adivina de sobra lo que quiero decir...

Y es con estos lúgubres pensamientos  en cuanto me acuerdo, revivo y vivo, los momentos más coloridos y sonoros, llenos de encantos y de agradable estar de mis visitas -cada vez más habituales (ojo, lo que no va parejo con lo ingerido de alcohol) al bar de mi esquina, ARÁBICA (antes "Aromas")


Y vamos ya con mi ARÁBICA:
Empujas la puerta batiente acristalada. El recinto puede estar, según el día, a rebosar, a medio lleno, medio vacío o casi sin parroquianos.
La primera voz que escucho, por encima de todas, es la de la encantadora TERESA (mi vida está llena de "Teresas", empezando por las que conocí y conozco: mi santa madre a la cabeza, enorme mujer; y las que, por familia colean aún, gracias a los dioses. Y eso que no nombro a las grandiosas "Teresas" que no tuve la suerte de conocer ni de convivir con ellas -TERESA DE ÁVILA y TERESA DE CALCUTA, geniales mujeres cada cual con su hacer y genio diferenciados- (pobre JUAN DE LA CRUZ)-.





T E R E S A
(Arábica)

(ACTO ÚNICO - ESCENA ÚNICA)

-Al lío, al follón-


Y decía -mejor, escribía- antes, un servidor de Vds: Al entrar en el local...

(Perdón: No he descrito el escenario: Se trata de un pequeño local-cafetería con un ambiente que se respira, se podría decir entrañable, como cuando uno se acostumbra a algo y si un día le falta, con perdón, se cisca en algo).

Da igual que haya follón, jaleo, algarabía -¡si están las "MARIS"!, puedes hacerte perfectamente a la idea de que estás en un recoleto mercado de barrio o suburbio con las acelgas tiradas de precio, tú-. Pero, insisto, lo mismo da, por encima de todo el vocerio -que hasta llega a resultar amable, cotidiano, cercano... ¡tuyo!- se escucha, recibe uno, el cantarín saludo de TERESA: "buEEnos díiiAS, JOSÉ LUIS". Y uno, yo al menos, lamento ahora el no saber escribir música, porque los saludos de esta encantadora criatura -saludos y cualquier cosa que diga, aparte del adorno de alegría en su expresión, lleva musicalidad. alegría, el reír en sus ojos y la mueca ríente en sus labios.

(Vamos a intentar hacerlo teatral, como una muy agradable comedia. tan modesta y rica a un tiempo que tanto podría representarse en un teatro de barrio como en el principal de la ciudad más idem. Así pues:

PERSONAJES intervinientes:

-YO (el burro delante para que no se espante). -¡Algo que aclarar?- YO, pues, leche, quién va a ser...
-TERESA (personaje principal. En adelante "T".
-MARI ÁNGELES (Jefa y mesonera principal. En adelante "MA").
-PARROQUIANOS: Gente habitual, o no, que visita el recinto y en él consume. Aquí, caben todos, algunos serán etiquetados, otros, no. -Se siente, el escenario no es muy grande en espacio. ¡Ojo. sí en su contenido y masa... En fin. Veamos qué coño es lo que nos sale.

(Breve descripción de T: Muchacha joven con buen armazón nada exento de atractivo modelado. Pero no es esta característica su principal adorno, sino esa especie de aura repleta de simpatía, nervio, sonrisas y risas, eficacia... ¡xe, todo bueno! Y muy por encima de todo, un rostro con expresión muy particular. No puedo decir de cara bellísima paro sí, por Dios, atractiva, con sus encantos mirados uno a uno con despaciosidad, su tremenda simpatía y, para mi manía de "voyeur" fotógrafo, de una fotogonia muy especial. Muy personal y fotogénico su careto, vaya que sí. Con suerte y acierto, puede sacarle un minireportaje que parece gustó, tanto a ella, como a su pareja y seres cercanos. Satisfecho quedé, y en esta ocasión, más por ella que por mí, por la sin par T)

Se levante el telón:

YO - (Entrando en el local; hoy a medio llenar) ¡Buenos            días!
T - ¡BuuEeEEnos díiiass! ¿Lo de siempre, José Luis)
YO - ¡Sí, T.... Buenos días M.A., Buen día a todos.
PARROQUIANOS: ¡Buenos días, figura!

(Normalmente está ARTURO -el más habitual, tomando su brebaje- Hay más conocidos o diarios. Recomendación: Si está JUAN, que no te pille. 84 años, antes irascible, reguiñón y derechoso acérrimo y predicador, cambiado totalmente desde que hace unos dos años murió su elegante y bonita mujer. -Con los cambios de este hombre he llegado a convencerme, casi, de que el amor para siempre entre hombre y mujer, puede que sí, que exista-.
En ocasiones, también está CARLOS, abogado bohemio, pero más "artista" y fotógrafo que nada. Si le dices que te haga un recurso, lo puedes joder vivo -es un decir-.
No sigo describiendo a la variopinta clientela, prácticamente diaria. Se podría decir que nos conocemos todos, o casi todos)

T - José Luiiiis, toma, tu zumo.
YO - Gracias, salerosa.
T - (Sigue) Toma, coge también la tostada.
YO - Otra vez, gracias.
T - Deee naaAAda (El eco de su parlar musical queda en       el ambiente flotando). ¿Te hago ya el descafeinado?
YO - Sí, si puedes, sí.
T - ¡Claroo; enseguiiida!
YO - Ponme, por favor, el chupito.
T - (Sonrisa de par en par) ¡¿Cómo has dicho?!
YO - Perdón, señorita, "el espabilador".
T - Ah, bueno (Ahora ríe con los ojos, pícara).

Después de un rato de conversación medio seria o embromada con algún otro cliente, pido la cuenta para irme.

T - (Riendo hasta con las orejas) ¿Cuántos?
YO - Sólo dos.
T - Tanto.
YO - Dejo el dinero en el mostrador (Siempre sobra               algún puñetero céntimo - ¡¿Cuándo narices harán           como en las antiguas pesetas y entraremos en las          cantidades redondas?!- No soy "señoritingo", pero          suelo dejarle estos céntimos de propina). "Para el piso,     toma."
T - (Canta) ¡BooOOote, graciiAAaas!
YO - ( Dirigiéndome a MA, T y demás conocidos) Hasta             luego, Portaos bien, buena gente.
T - (Su letanía, própxima al gregoriano) Haastta lueeego,    Que teeengAAAS bien díiiiiA. (O si toca, estas otras          despedidas) Que teeengaas buen fiiindee. Que lo               paaaSSeeESss bieeEEEnn...

Lo último que veo al salir es su sonriente y fotogénico rosto, su alegría, mirándo mi marcha en tanto friega un baso o le pega una sacudida de mucha importancia el cajón que, debajo de la cafetera, recoje los restos exprimidos del último cafe que aún reposan en la cazoleta.

TERESA, no cambies nunca y procura si es que sucede, tardar en irte de este local de la esquina de mi calle. Lo lamentaría mucho y me atrevo a decir que la primera, tu jefa: M. ÁNGELES. 

          
  


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
26 Noviembre 2016