RABIETAS HEMORROIDALES Y
ALGUNA POMADITA BALSÁMICA.
(Lamentablemente entre los que menos evolucionan en nuestra ESPAÑA, parecen encontrarse todavía al nivel del simio, nuestro ancestro, son los políticos que nos tienen, va camino del año, aquí, jugando a la taba -remedando el dicho callejero y juvenil, el pueblo ponemos el culo y ellos la faba-. Y la mayoría, después de "hacer sus cosas" y ducharse al levantarse, salen a la calle -o al coche oficial- olvidando calzarse en el cabeza el cerebro, ay... ¡Qué pena!)
Hace muy pocos días, vi por televisión (en la DOS, naturalmente) un pequeño reportaje, sobre lo que de "metroscopia" tienen esos templos pequeños de sabios tertulianos -de los de verdad- que son los bares de los barrios, y que, a pesar de las disparidades de criterios y alguna arenga insoportable, va y tú, coño, nadie se insulta y se piden otra caña, u otro carajillo...
Recomendaba el pequeño documental, en su epílogo, que los políticos frecuentaran mucho, pero mucho más estos lugares -los bares- como templos de sabiduría y toma de tensiones del gentío de cómo está el ambiente de podrido y, si no fuera por cervezas y tapas, lo más que se notaría, en local cerrado, sería lo mal que huele ESPAÑA. Al ínclito gallego, con su braceo y frenillo y su cansino erre que erre no lo dejan entrar en ningún lugar de estos sagrados recintos herencia de aquel SÉNECA que a falta de jardines por los que pasear departiendo amablemente, tiene que pedirse un pincho de tortilla, por favor, y una caña, ¡no, no, de barril por favor, de la tostada!.
De toda la restante manada, nada digo. Sólo un símil: Si les cambian una letra de sitio, la "c", la "t"..., no sé, cualquiera, ya se pierden al recitar al abecedario. Es decir, tampoco los dejan entrar, ¡¿cómo van a aprender, leche?!
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Un crío le pregunta al padre, que retrepado en el sofá está leyendo -o lo que sea- el periódico.
-Oye papá, es que hoy en el colegio, era la cosa de gramática, ¿sabes?. ¡Oye, papá!
-¡Qué quieres...!
-Oye que, mira, ¿qué distingue a las palabras "ignorancia" e "indiferencia".
-¡Ni lo sé ni me importa, nano. ¿no ves que estoy leyendo?
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Y llegamos a unas edades en las que la gente, nos asigna la virtud de la sabiduría. (¿Será por la cantidad de años que estás "recibiendo"?. Lo cierto es que el humano es buen fajador, sí señor. Pero yendo a lo que me interesa descargar es al trabajito de desmontar por completo eso de los beneficios de la sabiduría vejestoria. No, ni hablar. Sí es cierto que esa llamada sabiduría invade la edad anciana, pero es mi creencia firme que lo hace para "jodernos" un poco más de lo habitual.
Veamos, esta mayor clarividencia nos lleva, aunque cada vez te veas menos y llegues casi a no ver bien cinco montados en un burro, coño, va y hacia adentro, con los ojos del sentimiento -hay quien lo llama alma- vas viendo con mayor claridad la gran putada que te gastaron al traerte a esta cosa, llamada mundo o vida, y que también hay algunos que la aman y no la quieren abandonar, aunque los achaques te hayan convertido en un auténtico estropajo gastado y que, encima, según el mal que te joda, o lo vives o no te enteras... ¡pero se aferran al vivir, o lo que sea eso! Una cochambre con figura deformada por los achaques. Y la mente de uno, no más hace que llorar por el recuerdo, casi borrado, de aquellos 5 ó 10 tan lejanos años de lozanía y disfrute... No, gente, aquella etapa era como el anzuelo para picar y seguir hasta que viniera el desgarro en los morros de quitarte el hierro mordido y ser tirado en la cesta para quedar coleando para los restos...
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(Pequeña serie de DOS a la que titulo "RURALIDADES", como cariñoso adiós -puede que alguna vez, de forma inesperada, vuelva algún día- al pueblo de ALATOZ (La Manchuela, comarca de LA MANCHA lindante con MURCIA, VALENCIA y, cómo no, incrustada en la propia MANCHA del gran CERVANTES).
Recomendaba el pequeño documental, en su epílogo, que los políticos frecuentaran mucho, pero mucho más estos lugares -los bares- como templos de sabiduría y toma de tensiones del gentío de cómo está el ambiente de podrido y, si no fuera por cervezas y tapas, lo más que se notaría, en local cerrado, sería lo mal que huele ESPAÑA. Al ínclito gallego, con su braceo y frenillo y su cansino erre que erre no lo dejan entrar en ningún lugar de estos sagrados recintos herencia de aquel SÉNECA que a falta de jardines por los que pasear departiendo amablemente, tiene que pedirse un pincho de tortilla, por favor, y una caña, ¡no, no, de barril por favor, de la tostada!.
De toda la restante manada, nada digo. Sólo un símil: Si les cambian una letra de sitio, la "c", la "t"..., no sé, cualquiera, ya se pierden al recitar al abecedario. Es decir, tampoco los dejan entrar, ¡¿cómo van a aprender, leche?!
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Un crío le pregunta al padre, que retrepado en el sofá está leyendo -o lo que sea- el periódico.
-Oye papá, es que hoy en el colegio, era la cosa de gramática, ¿sabes?. ¡Oye, papá!
-¡Qué quieres...!
-Oye que, mira, ¿qué distingue a las palabras "ignorancia" e "indiferencia".
-¡Ni lo sé ni me importa, nano. ¿no ves que estoy leyendo?
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Y llegamos a unas edades en las que la gente, nos asigna la virtud de la sabiduría. (¿Será por la cantidad de años que estás "recibiendo"?. Lo cierto es que el humano es buen fajador, sí señor. Pero yendo a lo que me interesa descargar es al trabajito de desmontar por completo eso de los beneficios de la sabiduría vejestoria. No, ni hablar. Sí es cierto que esa llamada sabiduría invade la edad anciana, pero es mi creencia firme que lo hace para "jodernos" un poco más de lo habitual.
Veamos, esta mayor clarividencia nos lleva, aunque cada vez te veas menos y llegues casi a no ver bien cinco montados en un burro, coño, va y hacia adentro, con los ojos del sentimiento -hay quien lo llama alma- vas viendo con mayor claridad la gran putada que te gastaron al traerte a esta cosa, llamada mundo o vida, y que también hay algunos que la aman y no la quieren abandonar, aunque los achaques te hayan convertido en un auténtico estropajo gastado y que, encima, según el mal que te joda, o lo vives o no te enteras... ¡pero se aferran al vivir, o lo que sea eso! Una cochambre con figura deformada por los achaques. Y la mente de uno, no más hace que llorar por el recuerdo, casi borrado, de aquellos 5 ó 10 tan lejanos años de lozanía y disfrute... No, gente, aquella etapa era como el anzuelo para picar y seguir hasta que viniera el desgarro en los morros de quitarte el hierro mordido y ser tirado en la cesta para quedar coleando para los restos...
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(Un pequeño detalle del frontis que tengo en la mesa donde pergeño estas cositas, escribir, por ejemplo. (Todo son recuerdos de aquel tiempo feliz).
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Iba un tipo por la calle con un soliloquio para el cuello de su camisa:
-"¡Cago en todo, no sé si necesito una tanda de palos, un plato de bellota y manchego, pegar tres polvos -si dan tiempo a la recuperación-, si matar a mi mujer, si tirarme desde lo alto del MIGUELETE, si gastarme todo el sueldo en la primitiva, si echarme una amante por días y horas, si ir a misa y confesar y todo eso, si cascarme una buena mariscada con unas ostritas primero, si tocarle el culo a la parienta o dejar mi mano calentita,.. no sé lo qué hacer! ¡¡ESTO ES UN SINVIVIR!!
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Todo en esta puñetera vida tiene un principio y un final. Lamentablemente, ALATOZ ya no es para mí durante lo que unos cuantos años fue y en los que me sentí podría decirse, cercano al estado de feliz.
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Y como ya la luz va declinando y la artificial, digan lo que digan, no sustituye a la natural, lo mismo que una temporalidad de exuberancias y locuras no suple al sexo auténtico alimentado de amor, pues eso... Todo se va acabando.
Y de momento sí, el rollo de hoy se funde a negro, o a nada, ¡yo qué sé!
Hasta no sé cuándo, buena gente.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
27 Septiembre 2016
Hasta no sé cuándo, buena gente.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
27 Septiembre 2016
