viernes, 1 de marzo de 2019

EN MIS SOLEDADES

Esto de la SOLEDAD es algo querido por mí y odiado por muchos.
Odio yo la soledad cuando me la impone la vida o el gentío, pero, por lo general es un estado de aislamiento del que disfruto. Puedo pensar, meditar y disfrutar de lo que sea (desde leer a comer solo en una pequeña mesa de cualquier restaurante del barrio sin ningún cuento, exposición de ideas o comentarios estúpidos que intenten machacar mis ideas y provocarme posterior indigestión).

¡OJO!, también soy "normal y tengo mi lado social siempre que NO ME IMPONGAN EL INTERLOCUTOR O INTERLOCUTORES.


Así estaba yo hace unos pocos días, comiendo solo en un agradable (superior a la generalidad) restaurante chino de mi barriada. Pensaba en todo lo que recientemente acabo de dejar escrito en dos o tres, no sé, entradas últimas recientes aquí. Caía en la cuenta de que, a pesar del volumen, me he centrado en los GRANDES y me he dejado la cantidad de huellas malolientes que éstos han ido dejando. También en lo curioso que es el hecho de que muchos de los restos o huellas que han ido dejando, éstos sí, coño, éstos están encerrados en nuestras cárceles de lujo, y la mayoría de los principales que los parieron todavía andan sueltos y hasta permitiéndose el lujo de darnos consejos, crear Fundaciones y dar conferencias con mucha prosopeya y emolumentos por escuchar sus doctas lecciones (la culpa, de bastantes que les han hecho creerse ésa su dudosa, muy dudosa, valía y aportación a la maltratada ESPAÑA).
No tengo ganas ni de recordarlos. Y es que si nombras a uno, el ovillo empieza a desenrollarse y, creo, es bastante más que kilométrica la longitud que puede alcanzar, empezando por tirar de un despreciable comisario llamado VILLAREJO, hay que averiguar, eh, si tiene alguna grabación nuestra cruzando un semáforo en rojo; de aquí, tirando tirando nos saldrán los "bigotes" los BÁRCENAS, RATOS del milagro económico de España, los CHAVES, los GRIÑAN, los CAMPS, COTINOS, "GÜRTELES" nacionales y valencianas, las PEONADAS andaluzas, los clanes ORIOL (éstos han llegado a mejorar al de la ficción llamada EL PADRINO. Pues ya ven, se cumple el dicho: en ESPAÑA, al menos, la realidad ha superado con mucho la ficción. 
La pura verdad, es que no tengo ganas de seguir: El ordenador está comenzando a despedir olores desagradables, no sé si a mierda pura o aguas fecales. Seguid estirando vosotros/ustedes.

     

Las ovejitas, "luceras o no", criadas a los pechos aireados de la derecha macha de ESPAÑA, o las tabletas estomacales del primer gran bajito de ESPAÑA, que tiene mucha "faena" en su "FAES" , a fin de cuentas, la mierda que van dejando por los caminos forestales o nuestros pueblos de limpísimas fachadas o encalados, son eso, -a montones- que se parece a las aceitunas negras de mesa (tenía yo un amigo muy guasón en el pueblo en el coincidíamos que liaba a mis nietos pequeñajos, diciéndoles que, por las cagarrutas negras de las ovejas, podían averiguar si "iban o venían". Los dejaba bastante boquiabiertos, la verdad).
Por estas, repito, cagarrutas, lo único que se averigua es por ahí han pasado los descendientes de las grandes "vacas sagradas" de la corrupción que pudre ESPAÑA. (Por si los "animalistas" no lo saben, los bellos, bellísimos animales a quienes representan esa cabeza y testuz de toro de lidia de abajo, tiene una vida de cuatro o cinco años cuidados a cuerpo de rey, recorriendo sus campos y "beneficiándose" a las vacas que el propietario o el mayoral, según, cada vez le presenten)

   (No. No se esfuercen, los conozco y he conocido, a esos personajes que van siempre con una balanza en la boca para querer probar o convencerte de qué platillo del utensilio, si el rojo o el azul, ha depositado más mierda y va inclinando la balanza. (En los últimos 30 o por ahí años, yo lo tengo clarísimo, veo el estercolero de un azulón que asusta, casi negro de putrefacción (aconsejo no acercarse por las cárceles en donde han caído ya algunos. Los funcionarios de prisiones ya amenazan con exigir un plus de peligrosidad pulmonar. Debe de ser duro, de verdad, estar todo el día "atendiendo" a semejante ganado...) (Pero mucho ojo, queridos españolitos: como buenos y tradicionales caballeros de la patria, van todos juntos, los Domingos, a misa... ¿comulgarán y todo; sin un cura con, digamos, la sotana bien puesta y ceñido el braguero, les niegue esa hipocresía tan tremenda? Pero eso es cosa mía... (Pero ahora sí que me permito...: aquél que así no lo sienta, vea o huela, que se lo haga ver).

 Bien. Estaba yo en mi comedor chino, ya saboreando un helado de la casa y un chupito de orujo blanco, cuando se me fueron todas las porquerías de la sesera. Entró una pareja compuesta de hombre y mujer. Formaban un dúo agradable, con la plena juventud reventando hacia una cercana madurez. Él tenía una apariencia buena. Delgado, vestimenta moderna, bastante calvo por arriba con rizos aceptables de color cano por encima de las orejas y acariciándole la nuca. Xe, una pinta muy amable. Ella, la mujer, hay que empezar antes de detallar algo que así, a bote pronto, tenía muy buen mirar y ver y debía de estar muy buena. Se aposentaron enfrente de mí, en otra mesa que quedaba en oblicuo con la mía. Ojos negros y -con mi mala vista-  bonitos a lo puro morena española. Grandes, Ovalo de su cara o valenciano o castellano -¡yo que sé!- Sin más, era una hembra guapa. Al sentarse rápido no pueda detallar mucho más que su más que agradable rostro, sus ojos; todo un conjunto que, por otro lado, si bien invitaba al acercamiento, qué cosa, también te advertía de que debía de ser una mujer fuerte y con el carácter claramante definido y bien manejado por ella... No sé: Él agradable, ella guapa y transmitiendo firmeza y fuerza. ¿Por la treintena los dos; algo más...? ¡Y qué más da! Me dediqué, con el disimulo que pude a mirarla como bebía unos correctos tragos de vino tinto y no sorbitos de "señorita fina".
Se me vació la cabeza de porquerías y se me llenó de lo poco bello, o único, que queda en este cochino mundo, una bonita y bien hecha hembra a la que mirar y admirar sin necesidad de comportarse maleducadamente. Y, además, volví a reafirmarme en la bondad que te prestan ciertos momentos de soledad bulliciosa. No tenía nada negro en la cabeza, sorbía de mi orujo y contemplaba sin trabas a una bella hembra...

Intentaré que lo próximo sea más agradable. Sólo con que dejaran de salir en telediarios determinados granos purulentos, molestos o, simplemente, idiotas de nacimiento... No sé, a lo mejor...



DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
Hemos tocado ya el primer día de Marzo del 2019