domingo, 7 de agosto de 2011

REGURGITANDO RECUERDO RECIENTE


Fotografía de Mayo de 2011 - VALLADOLID - No hace mucho que la ciudad ha despertado. Se está desperezando y todavía no se ha secado del todo de la higiene matinal.

Sólo dos tipos parece que habitan la calle, ensimismados en leer algo en lo que parece una placa instalada en la fachada, cerca de la esquina. Son amigos y gente de bien, y lo que observan es, señores, nada más y nada menos, que una placa en metal color bronce dedicada a uno de los grandes y buenos hombres y muy excelente escritor de esta ciudad y de España, llamado D. MIGUEL DELIBES, fallecido no hace tanto.

Uno de ellos -de mis amigos- conoce bastante bien la castellana ciudad -como que casi asistió al algo complicado bautizo de nuestro negro austria FELIPE II, amo y señor, durante aquello que dicen "el siglo de oro", de casi todo el mundo mundial-. Pero el caprichoso destino no conocía bien a los españoles, muy de pelo en pecho y hazañas, al montón o en solitario, dignas de verdaderos héroes del Olympo. Era demasiado peso, ¡el mundo sobre las espaldas de los españoles! y de un monarca -creo yo- algo melifluo que, habitando el que puede que fuera el mayor palacio de Europa (El Escorial), eligió para su vida diaria y personal el habitáculo más pequeño y umbrío que encontró... Sobrio que era él, mira. Sin embargo, su tropa, su pueblo, los españoles, no eran muy aficionados a tanta sobriedad y acabaron cansándose de tanta responsabilidad sin descansos entre pechos de taberneras y buenas jarras de tintorro rasposo.

Encima, tanían que custodiar y presumir y comprar virreinatos en aquellas tierras tan lejanas con tan fenomenal charco de agua de por medio, por culpa de aquel chiflado llamado Colón que se cameló a Fernando o a Isabel -¡ah, quién sabe!- y allá que partió, nunca se olvide, para buscar una nueva ruta más corta a las Indias, pero va y tropieza, en medio de esa ruta suya tan estudiada, con un inmenso territorio que vino en llamarse "las Américas"... Tanta suerte para España y los españoles no podía durar...

En fin, tanto esto como lo que sigue ya se sabe.

Yo sólo quería ensalzar aquí lo maravillosa que me resultó esta ciudad, la del Pisuerga, VALLADOLID. Pequeña, acogedora, con un centro, digamos modernista exquisitamente cuidado. Muy limpia -es lo que más llamó mi atención- Este centro que recibe tanta atención, casi todo con calles peatonales y bastante extenso con encantadoras plazoletas o plazas en toda regla y llenas de lo mejor: Va poniéndose el día de claroscuro y este centro tan grande comienza a llenarse de alegría juvenil y no tanto -ojo, no de gamberrismo-. Es la ciudad, de entre las que conozco, que más y magnífico tapeo tiene y, por si faltaba algo, que no falte la copa fría de un buen vino de Rueda o Ribera del Duero -esta segunda, no tan fría, lógico-. En fin, da gusto y se goza de una bastante sana alegría a pesar de la aglomeración de gentes con ganas de vidilla (Sí, no se me escapó la belleza femenina castellana que lucen las muy jóvenes vallisoletanas que, no sé, nadie me supo contestar: tal parece que ninguna encontró su talla o no había bastante tela para faldas un pelín, sólo un pelín amplias y que alcanzara hasta las rodillas. Ahora que allí, es difícil el mal pensamiento, tanta historia severa que rezuman sus casonas, tanta auténtica maravilla de arquitectura herreriana, tanta seria escultura con yelmo y mano en la empuñadura de su tizona... No. Había que portarse -no íbamos a quedar mal en tan hermosa ciudad- como buenos caballeros españoles. Dimos buena de manjares y caldos, blancos o tintos, de la tierra y... hala, a nuestra edad, a lo nuestro.


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Pues resulta ser que, al comenzar esta entrada, la estampa de VALLADOLID me iba a servir de intento de suavizante para lo que mis tripas, hoy precisamente, querían arrojar aquí. Porque ya son muchos días, mucho tiempo de soportar el ambiente vil que han creado TODOS los gobiernos, como muy bien resume JAVIER CERCAS en su artículo de hoy mismo en El País Semanal: Y que viene a reducir la grandiosa mierda en que nos han metido estos gobiernos "DEJÁNDOSE DOMINAR POR LOS MERCADOS", en lugar de ser ellos los que manejen el carro...

Por ahí tenía pensada mi exposición. Mejor la suave pieza "blanca" que me ha salido (hasta yo me he calmado un tanto)... Ahora bien, ¿mañana, pasado... cuándo? Porque creo que todos tenemos claro que toda esta gentecita que cobra por "administrar" nuestro patrimonio común, no debe ¡no puede dormir en paz! sin nuestra murga y follón diario...

Lo dejo. Me vuelvo a calentar: He oído que alguno está de "¡vacaciones!".

So sinvergüenzas, en la empresa privada en la que he currado toda mi vida y en ella me jubilé, ni se me hubiera ocurrido mentar esa petición: Patada al culo y al paro, imbécil.

Se me perdonará la pedorreta final, ¿no?


DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano

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