Fotografía de, ahora, no sé qué año.
(Así era mi refugio/buhardilla en la casa alquilada en ALATOZ.
Ya he publicado aquí en alguna ocasión esta instantánea, pero tengo buenísimos recuerdos tanto de este rincón -en el que alguna pequeña literatura buena conseguí parir-, y todavía mejores aún del pueblo, en general, y de sus buenas y sanas gentes que siempre tan bien me acogieron en un principio -13 años ha- ; ¡los putos años! se cumplen ya y el cariño que me siguen manteniendo, aunque cada vez vaya menos).
UN NUEVO "AROMA" -INÉDITO, CLARO- DEL BAR DE MI ESQUINA: "CAFETERÍA AROMAS DE DAKAR.
En la cafetería el día de marras -y motivo de mi escrito de hoy- no dejaban de entrar "bellezones" de hembras (unas en ciernes y otras ya en escultura).
(Esto no le debe ocurrir a nadie que está pasando "hambre")
En éstas estaba cuando va y aparece un hombre "guapetón" (y aunque suene a pareado, no soy maricón, aunque hoy en día esté, mal considerado el definir, pues no sé... ¿cómo hay qué decirlo: "gai", "homosexual"? ¡¿No será como siempre, desde los principios, un maricón normal y corriente, a los que yo, en particular jamás les he tenido ni manía ni odios alguno?)
¿Vale el introito?
Entró en el bar AROMAS Javi, sin más para este blog.
Éste es un hombre que, para su carácter, su forma de ser, su comportarse, su sempiterna simpatía, debía de llamarse "el gran JAVI".
La pena es que para su jeta, su apariencia y su estar, le faltan algunos centímetros de envergadura. Pero, yo, al menos, creo que no importa (me encantaría conocer sus "secretas" historias)
Detallemos algo:
Pequeño de altura, pero con una conformación corporal magnífica. Tanto su actitud como su presentarse, siempre con simpatía y con, lo mejor, la risa ante la jornada que cada día lo espera.
Como no sabría ahora definir su ocupación, diré que es un industrial, que tan pronto se larga a Játiva como labora en Valencia (si a alguien le molesta mi forma de redactar, que se vaya jodiendo: ¡yo escribo en español, no valenciano ni catalán!).
Es un tipo, este JAVI, aunque pequeño, guapetón (le hice una foto en blanco y negro que, en cuanto me dé permiso, aquí la publico).
Tiene la risa facilona y, lo más importante: Nunca antes de la broma o chiste, sino cuando lo acaba.
También tiene una nieta, al menos que yo conozca, que es una preciosidad de guapeza y simpatía.
JAVI, Javier, eres un tipo de importancia en el ambiente en el que te conocí (bastante más antiguo que yo mismo como cliente). No nos falles nunca... ¡Ni nos faltes! Esa tu risa -algo cascada- es un alivio lleno de alegría para algunos de los que frecuentamos el Bar (al menos para mí).
Un fuerte abrazo, buena gente.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.
29 Octubre 2013 (año puto)
No puedo hacer ningún comentario sobre Javi del Aromas. No lo conozco y si Vd. dice lo que dice. Amén. Seguro que algún día tendré la suerte y la oportunidad de que me lo presente.
ResponderEliminarPero por decir algo le diré que, conozco a varios “Javieres”. Será casualidad, pero con todos ellos tengo un trato extraordinario, me caen de cine, creo que me aprecian también y son personas que estando con ellas siempre aprendes algo.
Pues…. ¡Bien por los “Javieres”!