lunes, 6 de junio de 2011

DE BIPEDOS HUMANOS.





Fotografía de 1993 (En Roncesvalles). Ya entonces yo era un "indignado", pero sólo me aguantaban en mi casa y mis amigos. Por ejemplo: Por qué narices tendría que pasar el avioncito de caza, militar, dejándome su estela blanca en mitad de la foto, jodiéndola y gastándose un montón de -entonces- pesetas de mis impuestos para jugar un ratitio a las guerras. Porque, seguro, o iría a o vendría del polígono de tiro, entonces, de las cercanas -para el avioncito- Bardenas Reales de Navarra, por ahí por Tudela o Arguedas (Navarra).


INDIGNACION primera: La poca gente amable que ha leído alguno de mis escasos libros publicados o ha seguido mínimamente esta cosa que se llama blog, sabrá de sobra cuál es: Qué narices, o mejor, ¡QUÉ COJONES! pinto yo aquí en esto que llaman vida; más aún, ¿por qué recovecos o laberintos se puede llegar al lugar dónde te puedan explicar, ALTO Y CLARO, qué es esta cosa, "LA VIDA", vaya cosa. ¿No se imaginaba el GRAN SABIO que tal como yo era ni lo iba a pasar apenas bien en este barrizal hediondo? "La cagaste Burt Lancaster" ; yo, lo siento, no tenía que haber venido. Pocos ratos, pocas épocas buenas recuerdo de mi pasado y, además, con tan endiablado rápido pasar...

(Una de las pocas fortunas que tengo es que hay un pequeño puñadito de "gente amable" que me quiere. ¡Cómo os agradezco esto, algo a lo que no estoy preparado para corresponder adecuadamente!. Pero, no os canséis con eso de mi buena situación -tranquilidad económica-, hijos, nietos, esposa, ay... No, no os canséis. Ya hubo una copla muy cantada en España que dejaba claro que las cárceles "doradas" no existen. ¡Son cárceles! Y, además, por más que se quiera, todo lo que me rodea, ¡NO SOY YO!, y para más nerviosismos y ansiedades y dolores de cráneo, todo ese entorno presiona de manera cruel porque yo no soy así o asá... De hace tiempo lo tengo muy claro: "No te salgas de la manada, la cagarás..." es decir, sumarás a tu natural infelicidad la depresión que te producen esos momentos de clarividencia que te regalan los chupitos, que acaban agotándote, sudando o no más deseando cama... y desgañitándote: ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ YO NO PUEDO SER YO Y DEBO ADMITIR A LOS DEMÁS!? Y LO PEOR, ENCIMA: Con una sonrisa, no seas antipático, joder.

PUES NO: Es ésta una INDIGNACIÓN enorme que me corroe cada vez más. Tal vez tenga de bueno que a veces noto como que va acortando mi vida, es decir, acercándome a mi resoplido de descanso. Amen.


En esta indignación tiene cabida otro buen cabreo: Uno, tal vez por actuación inconsciente de defensa, cuando apenas comienza a razonar y a cabrearse, prueba el tabaco, chupetea del alcohol y, lo mejor, lo que te puede salvar: conoce a mujer o mujeres. Fuma, bebe y recorre los valles, frondosidades, pliegues de una mujer en tanto bebe la miel de sus labios. A veces, pero siempre acompañado de todo esto, se extasía con un amanecer atronador de trinos y cegador de maravillosas y potentes luces, carmín, rojo fulgor, gualdo intenso como de oro viejo... ¡pero siempre con ELLA al lado!

O con el poniente, más bello si cabe por lo que de ira llevan sus colores al tener que esconderse tras aquellas lomas, que contigo despide el día.

Pues no, amiguetes, no. Lo que arrancas de la vida para guardarlo en tu más secreto bolsillo, tocarlo cuando los momentos de desesperación se van haciendo más cotidianos y te van ayudando a seguir (Condenados a vivir , según el título de una novela del ya fallecido escritor catalán J.María Gironella), pues no, de nada te sirve. Vas cumpliendo años y te va alcanzando (ella a ti, porque, no lo niegues, tú a ella no quieres ni verla) esa edad que algunos agilipollados tienen por tan maravillosa: la vejez: Lo que primero envejece, casi siempre mal, es el amor. Sí, a veces se conserva a tu lado, como un mueble de época que fue valioso y hoy no te sirve más que para guardar esa antigua cristalería con las copas a rebosar de nostalgia agria, tan dulce años ha. En llegando esto, ya hace tiempo que te prohibieron tajantemente el fumar. Admito al médico que te planta este stop si nunca ha sido fumador, pero que te razonen contras los que están, casi, más alquitranados que tú por adentro... (Entre otras cosas -y perdón, pero si no lo expreso así, no lo siento, te arrancan el placer, el inmenso placer de, recién levantado, pensar y meditar en tanto cagas fumándote el primero del día). Y la guinda viene, en cuanto empiezan a amenazarte con el alcohol: que mirusté, que si el hígado, que si el páncreas, que si la vejiga, que si la circulación, ¡que si sus años!... Terminó de fastidiarla.

Y va y entonces, en el colmo de la indignación, va y se encuentra uno sin localizar el amor, sin fumar y casi sin beber; todo junto con los dolores reumáticos, de espalda, los rodetes flojos y asquerosillos de la barriga, el cansancio al andar... para qué seguir. Una delicia a reventar de indignación en cuanto uno rememora aquél su primer cabreo -tal como la pescadilla que se muerde la cola- ¡A QUÉ, PARA QUÉ VINE, A QUÉ CUENTO SIGO AQUÍ!

(Hay una pequeña gravedad añadida en todo el tema, aunque muchos no la entiendan ni les interese: Quise ser escritor. No gané dinero ni la más mínima fama, pero sí recuerdo como momentos de enorme bienestar aquellos en los que en mi pequeño despacho, lleno de humo de tabaco y con los chupitos de orujo o vodka a mi lado, intentaba pergeñar literatura en hojas y hojas. Luego, cuando ya rendido, acudía al sofá o la cama, allí descansaba el amor, y me daba igual que durmiera o velase, ¡estaba allí!. ¡Y AHORA QUÉ! No TE quepa duda, en algo tuviste una gran metedura de pata, GRAN HACEDOR.).


Ay, gente amable, ya se hacen notar los ijares, y aunque más cosas cosquillean en mí arañando la puerta de salida, dejémoslo por ahora.

Veremos hasta cuando (y lo siento, mis "humores y ánimos", aunque siempre han sido así, se van agravando)


DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano

1 comentario:

  1. Mi querido DESVENCIJADO,cuanto me duele su amargura, pero en medio de ella ¿no siente alguna vez un calorcillo en su corazón? es el cariño de todos los que le queremos y que tambien sabemos que en ese corazon se alberga mucha ternura.

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