miércoles, 8 de febrero de 2012

DIVAGANDO Y OBSERVANDO EN "EL AROMAS"


FOTOGRAFÍA DE ABRIL DE 2011

(Pandas como ésta -futuros seres adultos de España y de la mierda de planeta entero que nos estamos empeñando en dejarles- son los que más se acordarán de nosotros,  sus ancestros, progenitores, sus mayores en suma. Aseguraría que vamos a salir muy mal parados en sus recuerdos)


Acodado estaba yo, ni ayer ni el otro día... un día, qué más da. Lo que no se me olvida es que había tenido uno de esos despertares perros que por mucho que con él forcejees,  no hay forma de saltar de la cama y vas prometiéndote cada vez con más fuerza que "hoy, que salga a la vida quien cojones quiera, yo aquí me quedo" es decir, notaba como que se adentraba en mí la visión de uno de tantos, tantísimos días imbéciles y que la impresión de que qué narices pintaba yo hoy y muchos días, afuera, en la perra vida... ¡que lidien otros hoy, coño!

 Delante de mí sino el mejor uno de los mejores cafés de Valencia (¡ah, de España, ya no sé!), dicho y redicho por todos los cafeteros redomados que recalan ... ¡y siempre vuelven! en el "bar de mi esquina, Cafetería Aromas"! )Junto al delicioso humeante café un chupito de rico orujo. Con nadie me metía, lo juro, salvo conmigo mismo, maldiciéndome esta rica costumbre del "chupito de orujo". Yo sólo me repetía que quería  claras razones sobre lo que dictaba que todo lo placentero que la vida te ofrecía, ¡¡es malo!! Primero para el cuerpo... ¡pues que jodan vivo al cuerpo, acabemos de una vez! Ah, amigos pero luego venían, con velas y en procesión, las razones morales... No, de verdad, no crean que me cisco con grandes cosas, cuando del chupito de orujo surge algo como un "sotanas" amenazándome con garras de páncreas, cirrosis o cualquier cochino mal vascular. No, no me cabreo... pido otro y asunto arreglado...

Y así estaba yo, qué le voy a hacer, soy así y, la verdad, no tengo gana ninguna de renegar de mí. El que quiera que se aleje de mí, pero que me deje en paz con mis dolores... ¡de los que sean!.

De pronto, en primera plana, a un metro de mí, en uno de los periódicos que el establecimiento compra para la clientela (no sé si como detalle o para que al menos lean algo al día), se me vino a la jeta y a todos mis sentidos una fotografía del Juez Garzón  . Tuve la leve sacudida de siempre cuando leo algo sobre este hombre. Y lo que me ocurre es que debo ser corto, me deben faltar algunas neuronas, no sé. Un señor Juez valorado en toda Europa, que puede que algún día, en Chile o Argentina lo nombren algo o le hagan una escultura para un parque, plaza o plazoleta. Pues este hombre, que es español, después de meter justicia en países ajenos, va y quiere recordarla, SÓLO RECORDARLA, QUE SE SEPA LA VERDAD DE TODA AQUELLA BARBARIDAD NUESTRA, DE UNOS Y DE OTROS, pues no, oigan. Va y un grupo de "manos blancas" (se las acabarían de lavar, porque, lo siento, las portan siempre o negras o azules) lo llevan a juicio, la justicia admite a trámite este contrasentido y... ahí está, uno de las máximos perseguidores de ETA, de los crímenes contra la humanidad... pero, ¡ah, cojones!, nació y se desarrolló en este raro y bellísimo país que es España... la jodimos, tía Paca. Como sigo sin entender el tema, no pido otro orujo porque aún me queda, pero me prometo otro.

Entra un habitual de los que un buen amigo llama "hombre medicina". Lo primero que asoma es su cara sonriente, siempre sonriente, incluso cuando pone las multas (¿pensará en el cabreo extremo del dueño del coche? -es empleado municipal de la ORA, sí, eso que toda España odia de sus respectivas municipalidades-)
Abre las puertas batientes y...
- ¡Feliz Navidad!
Da lo mismo que sea Febrero que Agosto. Él agarró este "tic" de saludo -que, para mí, no deja de ser simpático-  y con él sigue, y sigue sonriendo en tanto se acerca a la barra:
-M. Ángeles, por favor, un cortadito rápido, que llego tarde a por mi mujer.
Un día que lo pillé más relajado, estuve hablando con él sobre su función de "jodedor" de gente que no recuerda cambiar "la ORA" de su aparcamiento. No tenía problemas el tío simpático: "Ah, no sé, yo no soy muy recto. El que me da, me da, y el que no, lo dejo para la siguiente vuelta a la manzana, ¿a mí qué me ha hecho ese tío?. "Tomá po culo, hombre", yo tengo que dar cuenta de que he puesto multas, ni cuantas, si muchas o pocas, ¿pues?" Sí, pero me mostró un aparatejo en el que con un punterito tanto marcaban las multas como el momento en que paraban para tomar un café o almorzar.
Pensé (no lo comenté con él porque es una metralleta hablando): ¿No podían obligar a ministros y ese tipo de especies ¿racionales? a portar y cumplimentar este tipo de aparatitos? Yo apunto sin ánimo de lucro: Un marcador para cuando van a mear y el tiempo que les cuesta (hombre, prostáticos hay en todos lados; para las mujeres, los segundos de cambio de compresa -con alas- por lo que se les escapa, con cualquier estornudo, a las "postmenopáusicas o a las que han parido mucho); Otro para cuando, en pleno griterío parlamentario, si no tienen que apretar ningún pulsador de voto, toca la siestecita del borrego.Otro, u otros, para cuando dejan su escaño para ir a ver un ratito a la modelo o ir a prevaricar un poquito, hombre, sólo un poquito...

Se me fue de nuevo la mirada hacia el periódico. El carnicero ese -¿Assad, se llama? No recuerdo ahora. Yo lo llamaría, sin más, cabrón-asesino-criminal...- , seguía, con tanques y ametralladoras masacrando a la gente de su pueblo, a, se supone, "¡sus conciudadanos!" ¿El pecado de los muertos? Discrepar con su "Jefe". Me prometí otro orujo.

Ya imantado por la prensa, como distraidamente, pasé algunas hojas más -de las primeras-. Me explotaron en la cara el "Mangarín"; la mangancia de Andalucía con esa jueza, señora estupenda, que intenta meterlos a todos en chirona, el cuerno de Africa, con sus niños abultados, mocosos y llenos de moscas, ¡muertos!... y nadie se evada o llame a engaño: POR NUESTRA CULPA, ¡¡POR LOS DEL "NORTE"!!. La apisonadora que intentan pasar sobre GRECIA, culpándola y, a un tiempo, exigiéndole... ¡¿el qué, coño, exigen?! Los préstamos y los miles de millones en armas que antes les han vendido (claro, ahora hay que prestarles para que -por ejemplo, Alemania- se pueda cobrar toda la deuda que endosó a los griegos en armamento...

De España -y menos de mi Valencia- mejor hoy no hablar-. No sea que lo que estoy tomando tan a gusto acabe por sentarme mal. Otro día.
De momento, le digo a la encantadora M. Ángeles que vaya pensando en prepararme otro orujo.

En estas estaba cuanto entra EL GESTOR. Entra ya con la risa prematura del chiste que , ineludiblemente, me va a narrar. Yo, nada más verlo, sin tener ni idea de sus ideas, sólo con mirarlo ya empiezo a reírme:
-Mira: Son dos pijas que, cercana la Navidad, salen al monte para cortar (robar -apunte mío-) un abeto para decorar el salón de su casa.
Al cabo de una hora de ir de arriba para abajo, una de ellas le dice a la otra:
-Oye, yo no puedo más, por Dios, estoy cansadisima. ¡Sabes lo que te digo? El próximo abeto mediano que encontremos, lo cortamos y nos lo llevamos... ¡aunque no tenga bolas brillantes ni nada, hala!

El Asesor, consiguió que cortara mis orujos y volviera a mi sofá con mejor humor.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano.

1 comentario:

  1. Des,

    Me gusta el asesor… Ése personajillo que hace reír a sus congéneres, siempre debe tener un huequito en nuestros corazones. Sobre todo esos días que los Garzones, los africanos, los alemanes, los griegos, los “todomogollón” del que se surten los periódicos, máxime en esta época tan de huevos para todos.

    ¡Arriba el orujo y a la mierda el páncreas, el higadillo deshecho o la vesícula quitada!. ¡A la mierda!. Que entre por tu boca lo que en cada momento apetezca. .. Que para remilgaditas en estos temas ya está una.

    Bss,

    Ana Genovés

    P.D. ¡Qué poco tenía que ver la foto sin tu relato y con mi comentario!. Je, je, je… ¡Mola!

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