sábado, 15 de junio de 2013

EL DEVENIR MARRANO ENVIDIA LA VIDA.




Fotografía de AGOSTO de 2001


EL DEVENIR MARRANO ENVIDIA LA VIDA


En esta cosa de mundo, lo expresé en la última entrada anterior, hay seres positivos y seres escépticos (a los optimistas cegatos ni los nombro).

Éste es un pequeño cuento sobre gente positiva y, además, valiente:

El "nano" (palabro típico valenciano con el que se suele llamar a los críos pequeñajos -propios o ajenos- o, como creo que acuñó el gran COLL, esos "locos bajitos"), decía, pues, que el crío (3 años de vida feliz) no había visto llorar nunca a su "mami". Ahora, con un gesto preocupado y de interrogación, serio, palmeaba la rodilla de su padre, de pie ante él:

- ¿Por qué llora la mamá tanto, papá?

El hombre sacó una sonrisa de donde pudo y contestó a su pequeño hijo con una típica y vieja argumentación:

- Es que, ¿sabes?, cariño, la mamá ha pelado mucha cebolla cruda hoy.

Según parece, ya en alguna ocasión había entrado en la cocina en el momento en que su padre o madre, o ambos a un tiempo, preparaban algún guiso y alguno de los dos pelaba cebollas. Al poco rato el crío había huido de la cocina con escozor de ojos. 
Aunque no lo tenía muy claro, con la contestación de su padre pareció conformarse y fue hasta la madre, y después de pedirle un beso, le dijo con un tono de sonriente ruego:

- No vas a pelar más cebollas hoy, ¿verdad, mamá?

La madre, nuestra mujer del cuento, era esbelta, juncal de figura y guapa, pero... ay, la vida había interrumpido su tiempo suave y feliz.

Con un amor del que vale (el amor no tiene estadios: o amas o no amas. Las personas sí que los tenemos para manifestarlo), era y es mujer superodeada por mil brazos que su hombre, su pareja, su marido siempre lleva abiertos para protegerla, cuidarla.

Un día equis más malo de lo normal o habitual, nuestra querida mujer juncal dejó de sonreír mientras el cirujano le confirmaba que sí, que debía de pasar por la sala fría. aseptica y con esa seca y potente luz sobre su cuerpo expuesto: iban a intervenirla de no sé qué -ni tampoco importa ahora-.

El hombre/marido superprotector andaba preocupado; el crío guapetón y simpático, no se enteró mucho: ejercía de lo suyo: ser un "nano" feliz e ignorante de dolores (hacía bien: a medida que creciera se iría dando cuenta de la parte sucia y mala de la vida).
Este mal intermedio salió bien y sanó nuestra amiga, felizmente.
Bien, pensaban ambos: "...esto es la vida y, de vez en cuando te endosa uno de estos intermedios..." (Este redactor siempre cree que estos 'recaditos' son a mala leche, para que nadie se olvide de donde está).

Pasado un tiempo demasiado corto, el que se encontró ante un diagnóstico claro de galeno armado con aparejos de quirofano, fue él, el fuerte.
Vale, pasó por tratamiento y pruebas y, por fin por la camilla antipática de cirugía (¡No preguntad de qué iba, coño; ¡¿no es bastante fastidioso lo genérico sin necesidad de detalles?!)
Al poco tiempo, ya en casa, entre el intenso trabajo, los nervios y su ansiedad, al hombre fuerte le dio "un algo".
Aunque sigue con alguna prueba, todavía, se puede contar que "salió de ésa".

A mi guapa protagonista juncal, en la espera de una segunda intervención quirúrgica que ya le habían pronosticado después de recuperarse de aquella primera, durante una simplona revisión médica, le encontraron, si es que ello cabía y se podía soportar, un mal mayor, más grave y que había que tratar rápido volviendo a verse tumbada en un quirofano.

Por si a esta pareja que discurría tranquila por la vida -con mucha carga de trabajo, pero feliz- les sorprende, de forma muy desagradable, un problema del crío guapetón en el colegio (¡que no queráis saber qué y de qué, leche!) Pero el guapetón vástago sólo se veía afectado en determinados momentos. (Algo no bueno, pero facilón, tenía el problema, por lo menos).

Si se puede comentar como buen factor -que creo que en estos tiempos no es que se pueda sino que se debe-, el trabajo, su carga, no los dejaba respirar con debida pausa y con tranquilidad, aparte de llevar constantemente -cada cual a su manera- la mente llena de presagios y pensamientos en absoluto felices...

Y bien, confirmo que este cuento está sacado de realidades que vivo, presencio y sufro impotente, casi a diario, y, además no tiene final.
Yo, al menos, quiero creer en el mejor final, pero la cochina vida real todavía no me ha dejado celebrar tal final.

(CODA: Y todo ha venido a cuento porque no hace mucho me encontré por la calle a solas, con uno de los hombres más activos y fuertes que conozco: el marido de mi hermosa juncal. Se me cayó el sentir a los pies cuando me paró y me dijo: "No puedo más, tío; con tanto no puedo"; porque un rato después, ante una cerveza, un vino o lo que sea, me cuenta dos nuevos chistes (¡que no sé de dónde saca tantos!) y tal parece el típico hombre limpio de problema alguno...)


Os deseo el mejor de los cierres de edición.

Ocurre que en mi actual entorno habitual, aunque no con la acumulación  de problemas variados que le han caído a la pareja protagonista, tengo varios -demasiados-, casos de gente amiga que va soportando, sufriendo y peleando con males de los que amargan la vida.
Estos son a los que yo tenía en mente en mi anterior entrada de "positivismo y escepticismo". Aunque sepas cómo andan haciéndole frente a los males, jamás han sacado la sábana de enjugar los llantos frente a mí.
Todos son los héroes anónimos (¡y hay millones!) de ésta, para mí, lo siento, puta y cochina vida, sobre la que todavía nadie -y ya voy siendo mayorcito- ha conseguido convencerme de su razón (lo más fustrante es que, a lo mejor, no existe tal "porqué").

(Todos ellos saben de sobra que son los destinatarios
de este humilde cuento. "¡Va por vosotros!")


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
15 Septiembre de 2013 (puto año)












1 comentario:

  1. Chaval, poco que añadir a lo ya comentado por Vd. Su postura, su escepticismo, pesimismo, etc. Bla, bla bla. Y mi comentario, pues ya sabe. “paque”? Encarrilados.
    Puto año, pues si. Bastante cabrón en general. Y entre otras cosas al margen de lo ya hablado: Estamos en la edad. Estamos en primera línea. Y si sumamos las circunstancias, pues cágate de gusto.
    De todas formas por incidir y machacarle, o, no, también por poner una nota simpática-sentimental -puede-
    Sabe lo que decía mi suegra, entre otros, muchos y grandes palabras ya en desuso y refranes (gran mujer):::
    """" CUANDO UN TONTO VA POR UN CARRIL, MATARLO O DEJARLO IR""""

    Ya tengo el blog abierto, en el cursillo de la semana pasada me enseñaron y abrí uno. Hay que liooooo!!!!!
    Pero que torpeeee!!! De momento no se ni encontrarlo y entro por Blogguer en Google, para verlo.
    Pretende llamarse y se llama de momento.
    ==== Elpasco.blogspot.com.es ===== Y el autor y firmante: Arellanos - Paco Ramirez A Navarro
    Nos vemos. Bonito cuento.
    Si encuentra el Blog le doy un premio. Yo seria incapaz.

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