sábado, 8 de septiembre de 2012

UNA SOLA LÁGRIMA, PERO MUY DENSA.



Fotografía de FEBRERO de 1987


T R I S T E Z A


La tristeza no es cuerpo duro tangible que te pueda golpear.

Pero es, como el amor, como el odio, esencia de la clase viperina que se camufla junto el viento que te envuelve, que se arremolina, en su forma de disimulo, con el aire que respiras. Se encuentra su lado dañino en su sempiterna voluntad de agarrarse, cual garrapata, a tu sentir, a tu alma.

Uno no es un ser con carga triste de continuo, pero sí especialmente débil de defensas ante su ataque.

Tampoco de los que acuden a la pelea. La tristeza suele ganar siempre. Y cuesta más este rehacerse, este levantarse maltrecho del desigual combate, que acudir a por una dosis de estoicismo y tirar hacia adelante, soportándola. Uno sabe que su diríamos "defensa pasiva", ignorancia forzada o desprecio hacia ella, lo ayudará a llegar al final del día; y confía en su sueño, lo conoce...

En el mañana inmediato, al despertar, apenas notará restos de tristeza. Todo, casi, habrá pasado... Volverá a su vida sin apenas alegrías, pero...¡sin tristeza!

Pero, ay, este hoy... Este hoy de todos los años, de ya varios, demasiados años, es ese que le produce a uno uno solo, y muy puro, y muy brillante, y muy denso lagrimón que pesa toda la tristeza de un año...

Y si no se consigue enjugarlo a tiempo, sus salpicaduras al reventar sobre el teclado, cuesta muchísimo secarlas entre tanta grieta de teclas... aunque no tantas como tiene el alma.

Sí, hoy me tocaba. Hoy está uno muy triste...


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
8 de Septiembre de 2012

1 comentario:

  1. -Señora, perdimos a su hijo en la operación
    –Nooo, ¡no puede ser! por queeeeeeeeeeeee... :´(
    -JAJAJA no sea llorona, ya lo encontramos, estaba en el baño xD. Tira, tira.
    Hoy una multitud de bestias se han cargado a VOLANTE.
    Diga algo. Yo siento vergüenza. No me gusta.¡¡Ya esta bien coño!! ¿¿Tradición?? Mierda. Todo tiene su momento, todo, todo, todo. Todo empieza y todo acaba. Arboles milenarios, costumbres sin sentido, etc.
    Tengo un hijo que se llama Jorge. El diría en su estado, o, no: "Dale fuerte"

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