jueves, 9 de octubre de 2014

ELOGIO DE LO TAURINO - SEGUNDA PARTE.



ELOGIO DE LO TAURINO (El auténtico)

SEGUNDA PARTE


Apunte precioso del fotógrafo MORATALLA, insertado en una bonita y pequeña publicación  de La Diputación de Valencia (de vez en cuando hacen algo) dedicada a MANOLO MONTOLIU, torero excepcional valenciano, tanto con la brega (el capote) como, más aún, auténtico, veraz, valiente con las banderillas. Lo conocía yo. Nos encontramos trabajando en banca, era casi amigo mío, pues nuestra afición común salió enseguida y conversábamos mucho sobre toros y toreros.
Murió en la Plaza de la Maestranza de Sevilla, yendo como peón de confianza en la cuadrilla de MANZANARES (el padre del actual, claro), el primero de Mayo de 1992. Al clavar un par con aquella pureza tan suya, yendo hacia el toro de frente y andando, con las banderillas en alto, la dos cogidas con una sola mano y llamando la atención del cornúpeta, o con una banderilla en cada mano, altas las dos e igualmente provocando al toro; a dos o tres metros del animal, una corridita hacia el bicho y ya casi encima bajaba las banderillas juntándolas en su entrepierna; en el encuentro, con un paso hacia un lado (según el pitón elegido), pero siempre de frente -"de poder a poder", alzaba los palitroques y clavaba, prácticamente siempre, en todo lo alto en tanto los pitones del animal le rozaban el pecho al derrotar hacia arriba. Durante unos segundos, Manolo quedaba ante al cara del toro comprobando la colocación del par. Si el toro quedaba parado, como atontado ante la tamaña osadía de aquel tipo vestido de colores y plata, él daba un paso largo para quitarse de la cara del toro y se retiraba hacia el burladero andando, erguido, chulesco y poderoso. Si el toro lo perseguía, él corría suave, medio vuelto hacia su perseguidor y con una mano  muy cerca de su testuz o incluso tocándola. Casi nunca sin alardes atléticos, salvo, claro, cuando el toro tenía muchas "manos".
En Sevilla, la tarde que murió, yo estaba viendo la corrida por televisión (¡qué tiempos!) y fue, precisamente en esos segundos de muerte, de recreación en la suerte, en tanto comprobaba la colocación de las banderillas, cuando en un derrote, el toro le metió un cuerno por  la derecha, cerca de su axila, atravesó el pecho camino del corazón y se lo partió. Entró en la enfermería prácticamente muerto.
Yo estaba viendo la arrida. Vi el maravilloso par de banderillas que clavó. Vi la cogida y el gesto -nunca se me olvida- de su rostro. Yo lloré.

(En la explanada delantera de la Plaza de Toros de Valencia se erige una escultura de cuerpo entero de MANOLO, en una pose típica de él al coger las banderillas y mirar al toro)

========


Tras esta entrada, como siempre, demasiado larga, me veré obligado a publicar una TERCERA parte. Ahora bien, todavía me da para sentar algunas bases propias, y sin ánimo de sentar cátedra alguna, sobre lo taurino que, a pesar de ya no acudir a las plazas, todavía me siento aficionado, pero la verdad es que he perdido tanto que hasta en alguna ocasión, que por casualidad he pillado alguna retransmisión televisiva, cosa inconcebible que yo pudiera hacer esto, he apagado la televisión, al ver de qué manera se ridiculiza todo lo que de hermoso y de eri-zar el vello pasa allá abajo, donde se baila al ritmo del rito de la muerte: LA LIDIA Y MUERTE DE UN TORO BRAVO EN LA ARENA A MANOS DE UN BUEN TORERO Y SU CUADRILLA.

-Pienso yo que la afición a las CORRIDAS DE TOROS, empieza por SENTIR  lo que se ve que ocurre en el coso. Si lo sientes y repites tu asistencia y aún lo sientes más, es cuando uno va interesándose por las reglas y LOS PORQUÉS de los "tercios" y "las suertes".
Sé poco de pintura, de arte; sólo me paro ante la obra que "me hace parar", que me llega a mis adentros anímicos y ya me interesa el saber si es óleo sobre lienzo, si es tabla pintada, si es acuarela... E intentar llegar a conocer al artista sin  necesidad de mirar la firma.
Es imposible, y además tonta, la discusión entre un taurino y un antitaurino, cada uno ve y siente cosas tan diferentes que están condenados a ser líneas infinitas paralelas que jamás llegarán a encontrarse.

 CONTINUARÁ...


Antes de dejaros con tan serias reflexiones -para mí al menos-, sonríe, por favor; España se está desbordando de mierda muy hedionda. Conviene pertrecharnos o ponernos pinzas en la nariz:


Me cuentan que el Papa Francisco, cuando se acerque su adiós a la vida, ha pedido venir a morir a España, para de esta forma seguir el ejemplo de Cristo y morir entre ladrones.


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
9 Octubre 2014

          


No hay comentarios:

Publicar un comentario