desvencijado

SE SIGUE PENSANDO...

(No hay forma de parar la actividad del cerebro)

(Fotografía de Enero 2015)

¿Será acaso el NIRVANA hindú ese estado del cerebro que lo desenmaraña, lo calma, deja de retorcerlo...? Porque esa rara inactividad del cerebro, por espacios relativamente cortos, sosiega nuestras neuronas, pero no más con ver y escuchar noticiarios, leer prensa y ver y sentir lo que te rodea, las almas con las que convives diariamente, sus gritos y  sus silentes desgarros, las células que gestionan nuestros pensares nos emponzoñan el estar, nuestros deseos de sosiego, para encabritarnos, llorar y rascarnos como llenos de sarna cuando vemos que se hace realidad el verso que canta ANA BELÉN en una canción (de cuyas letra y música desconozco al autor), y que dice:

Sólo le pido a Dios

            que la vida no me sea indiferente...

Pues va y resulta que, queramos o no (ojo, sabemos que hay descerebrados, pero ésa es otra historia), no nos es indiferente. Normalmente, perdonad, amigos, la palabra, pero nos encabrona malamente.

Para suavizar, empezaremos hoy, "pensando" alguna sonrisa:

Habla una mujer a otra:

-¿Sabes? Mi marido me ha echado una bronca de las gordas. Me ha dicho dos cosas: Una, que está hasta el gorro de que cuando me habla no me entere de nada. Y la otra, la otra... ¡Ya no me acuerdo!

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Un buen y confiado hombre llega pronto a casa porque en el trabajo se ha encontrado repentinamente mal.

Dentro de su apartamento, al escuchar la llave de la cerradura, hay sobresalto general al fondo de la casa, en la habitación matrimonial. Ocurría una juerguecita nada cercana a la virtud de fidelidad conyugal. La mujer, muy nerviosa y sobresaltada:

- ¡Ay, mi marido! ¡Corre, escóndete!

-¡Pero, dónde, qué hago...!

-Métete bajo de la cama, aprisa.

El hombre enfermo, mareado, sólo murmura al entrar: "Estoy fatal. Voy a acostarme"

Al sentarse en el silloncito para descalzarse, ve al tipo en bolas debajo de la cama. Y, muy escamado, le pide explicaciones. El pillado comienza a explicarle un extraño experimento: que si lo ha mandado la fábrica del colchón para probar las excelencias  que su publicidad proclama...que si...

-¡Pero, oiga, ¿ y eso lo tiene que hacer desnudo?!

El enredo de leyes e historias del porqué de su desnudez para probar el colchón, retuercen aún más el mareo y el malestar del enfermo que, al final, lo deja estar porque el tumbarse lo llama poderosamente. Va al armario a por el pijama, abre y se encuentra a otro señor, éste con bigote, paro también desnudo integral. Queda con un asombro descomunal y ya mareado sin remedio...

-¡¡ Pero bueno, ¿qué es esto? ¿Qué hace usted ahí dentro en pelotas?!! ¡A ver, dígame!

Con una calma indescriptible le contesta el "pelotudo" del armario:

- Oiga, ¿usted ha creído al del colchón?

El enfermo, vencido del todo, se encoge de hombros.

-¡Pues cierre la puerta,  que yo voy al quinto!

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Voy a intentar hoy ser más breve que de costumbre, primero en beneficio vuestro, y luego, en el de mis ojos. Allá voy.

Casi DOS años he tenido en tratamiento el ojo izquierdo y he sufrido -he perdido la cuenta- unos 13 ó 14 pinchazos en el iris. Algo encantador, vamos. Lo fuerte ha pasado y no sé si volverán a pincharme. Durante ese tiempo apenas he podido leer. He perdido vista y me he quedado con los escozores de ojos con el ordenador, con las lecturas recuperadas y hasta con la televisión.

Y esto lo digo por eso de SEGUIR PENSANDO y, esencialmente, por poder volver a volcarme en la lectura de libros. He caído en la cuenta, otra vez, de algo que ya desde hace mucho me llama la atención, pero que nunca he comentado, a pesar de eso, de SEGUIR PENSANDO en ello. Es un "algo" curioso y que al menos a mí me deja mal sabor de boca. Ni me gusta ni me parece correcto y, digamos, ni elegante.

Leyendo y leyendo, se da uno cuenta de forma muy clara de que el 99,99% de los escritores españoles -acreditados y "que venden, mucho o poco"- jamás, o sea: JAMÁS, hacen mención a ningún otro colega ESPAÑOL. Se ignoran, o peor, ignoran olímpicamente la obra de cualquier otro escritor español. Eso sí, sólo si están muertos, alguno habla de otro y de su obra, pero, ya digo, debe de estar ya enterrado, y cuanto más tiempo haga, mejor. Todos mencionan a autores extranjeros, ingleses, franceses, italianos, suecos, norteamericanos, árabes o de donde sean. Y da igual que hayan muerto o no (casi hablan más de los vivos y llegan a presumir de haber tenido -o tener- trato con ellos). Algo dicen, sí, de los suramericanos, algunos vivos, pero prefieren a los ya fallecidos. Tan sólo en una ocasión leí, en su espléndida novela "Soldados de salamina", a Javier Cercas elogiar al no menos buenísimo Roberto Bolaño que, entre otras, nos dejó su excelente y monumental novela "2666". Ambos residían en Gerona y, creo, se trataban. Y el elogio hacia Bolaño, chileno de nacimiento, se produjo cuando éste aún vivía pues murió joven, un año o algo así, después de la publicación de la novela de Cercas. No sé bien este dato.

Me parece esta actitud general de nuestro gremio de escritores no sé si algo ruin, envidiosa o temerosa, miedosa de quitarse lectores en favor de algún colega. A veces, hasta un poco de asco me da. También se da el caso de citarse mutuamente los Javier Marías y Pérez Reverte, ambos académicos, PERO las menciones de uno al otro y viceversa se producen como consecuencia de la amistad que se profesan y cultivan, nunca he leído de ellos -puede habérseme pasado, claro- alusión, alabanzas o críticas suaves de ninguno hacia la obra del otro (personalmente, yo prefiero a Javier Marías; no me va mucho Pérez Reverte, con su "Alatriste" y otras obras -eso sí, perfectamente documentadas-. De este último, he de decir que me gustó mucho una novela llamada El pintor de batallas. Se salió de lo suyo habitual y, creo, es una auténtica narración de lo vivido por sus entrañas en su época de corresponsal de guerra. Con lo que sí me regocijo, mira tú, es con su fresco y totalmente libre periodismo. Pero, bueno, no era mi intención parlar tanto de libros, literatura y escritores. (¿Será, también "envidia" pero al contrario de lo denunciado?).

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Ya he dicho antes que hoy quería y me convenía ser breve. Así que...

PIENSO que nos espera un año, con tanta elección a la vista, sillas y sillones que se vacían y son ansiados por tantas posaderas para ocuparlos y calentarlos o para que les cambien el tapizado porque con el tiempo que llevan apisonados, ya están algo "deteriorados", que, en serio, o nos lo tomamos a cachondeo o nos van a dar un período anual de auténtico vómito diario. Tanto vocerío gritando al mismo tiempo promesas que ya todos sabemos en qué quedan después -recordemos aquello de "Prometer hasta el meter/ y después de metido/ no hay nada prometido"-. Tal parece -porque ya han empezado hace poco tiempo, ojo-, que siguen tomando al pueblo español por idiota sin darse cuenta de que, al día de hoy, ya quedan muy poquitos analfabetos y gentes idas del coco.

No nos engañemos, Europa y el entero mundo -y, cómo no, entre ellos nosotros, nuestra España-, digamos del norte o cómodamente aposentado, alimentado y viviendo medio o enteramente con dignidad, está totalmente enfebrecido, enrarecido su aire, el que respiramos, y, encima, con una política del todo miserable hacia el llamado tercer mundo, es decir, ese mundo que parece vivir sólo (¿?) de hambrunas, de moscas y mocos sus niños, de armamento de destrucción y muerte que, me cago en la puta, nosotros les vendemos desde nuestros sillones de mediano acomodamiento y pasable vivir (ya ni me digno contar con esa "casta" (siempre cae uno en la moda) de unos poquísimos que manejan la riqueza mundial... Y sigo: ¿qué vamos a hacer este año ante semejante lluvia de mierda? ¡¿Hay algún vocero creíble, aunque sólo sea un poquito?!
No nos queda otro remedio que acudir a la poesía que, lo hemos comprobado, puede surgir de vez en vez, de entre montones de estiércol, de la sucia y rastrera prosa diaria.
Probad con un recipiente, por ser prosa de la dura, con un orinal de los de toda la vida, de piedra, de porcelana, de metal, con su asa y todo, que ya esté lleno de mierda. Tirad en esa maloliente masa que lo llena unas semillas de flores. Es muy posible que de entre ese enorme montón de porquería, brote un tallo, o dos, o tres, que podrán reventar en hermosos capullos de preciosas rosas con su propio olor bienhechor y no el del hedor del que han nacido. Siempre, hay que buscar la poesía entre la prosa más baja, entre la que lija y nos va encogiendo el alma. Atención, de lo contrario, corremos el peligro de convertirnos todos en zombis -también tan a la moda-.

Os propongo, para terminar por hoy, una sonrisa, amarga pero sonrisa al fin y al cabo, con una viñeta del genial EL ROTO que, con cuatro trazos, aparentemente simples, nos dicta todo un ensayo de lo que pasa y el levantamiento y protesta de los que vamos, de momento y mal que bien, tragando.

          

Hasta otra, buena gente. Otro día seguiremos llorando o sonriendo u oliendo una rosa, lo que nos toque ese día.

DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano

18 Febrero 2015.