viernes, 24 de julio de 2015

Coplillas irritdas...

COPLILLAS IRRITADAS
(En prosa bastarda y muy casera)

Imagen -o imágenes- y citas:




De DON JOSÉ DE ESPRONCEDA (La "DESESPERACIÓN"). Acotaciones a mi elección; no entera.

Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas
la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me agradan las queridas
tendidas en sus lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos, 
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo, qué ilusión!


De DON JOSÉ ZORRILLA, Don JUAN TENORIO:

Allá voy.
Llamé al cielo, y no me oyó;
de mis pasos en la tierra
responda el cielo y no yo.

(De mi cosecha, iba a sustituir en el verso de ZORRILLA la palabra "pasos" por la de "TRAGOS". No. He pensado que no: Los "tragos", aun siendo de buen vino de nuestra España o, mejor, orujo gallego de excelencia, te consuelan un rato, quizás un día, mas luego, vil divagar por este mundo, el hígado anda años recordándote ese sosiego fugaz de una noche etílica; y... ¡es que se va uno haciendo viejo y se va cagando el asunto!


Y con esta instantánea que pretende dar paz, os dejo algo así como "cuadrados" (lenguaje taurino) para entrar a matar con mis rabiosas coplillas, en rojo fuerte, rojo de sangre espesa, lo que hoy mana de mi sentir.

Ni derechas ni izquierdas ni jodemos si Podemos. Decentes o indecentes; presentables o intolerables; sufribles o insoportables... No hay por qué calentarse más los cascos, no hay más. 

No te mates a plegarias y misas a las 8 de la mañana, antes de ir a tu despacho de superlujo en La Castellana madrileña, por decir algún lugar, en ese piso tan alto que puedes escupir tranquilamente sin que a ti te escupan. Hostias y misas diarias no convencerán a ese Dios católico en el que yo no creo -y me cuesta creer la sinceridad de tu creencia-. El ruido de tus golpes de pecho puede que algún día ya harten a tu Dios y escuches, imbécil, como una voz de ultratumba, cavernosa, que te grite y achante de una cochina vez: ¡¡Hipócrita, fariseo!! (Por cierto, ¿has leído la Biblia?).

El optimismo no me ha convencido nunca, ni ahora tampoco, ni me convencerá. No tiene peana sólida. Viene a ser como la máscara de los payasos que, con rasgos sonrientes, ocultan tristeza, dolores y lágrimas. Viene a igualarse con la broma facilona o el chiste malo de barra de bar o el alborotar discretamente sin ton ni son que a la legua se nota que no desea entretener a nadie sino evadirse de los sufrires de uno, que en su refugio no puede evitarlos.
Es, por contra, muy válido el humor si se admite la teoría, casi científica, de que el humor "es algo muy serio". Es, o viene a ser, el agarradero del que se sostienen los dignos en pie, repito, muy dignamente y sin dar el coñazo a nadie, en tanto la tierra se va vaciando bajo sus pies. Son los auténticos héroes de hoy, de este mundo de mierda y cánceres.

Sobre el famoso "valle" no paran de caer lágrimas espesas sucias de dolor muy ácido, cortando, arañando. En el valle ya apenas se ve verde, ni florecillas amarillas, coloradas -las amapolas nos dejaron-, ni unos solitarios pinos, abetos, alcornoques, matojos.. ¡ya todo está anegado! Y el inmenso lago hiede y es espeso -la vida huele muy mal-. Las fuerzas van menguando, animada la flojedad por la puta vejez. Cada vez es más difícil mantenerse a flote y, para colmo -¡hay que joderse!- debe uno de contestar a la estúpida pregunta: "Bueno... ¡estoy bien, podría estar peor!" Esto es el mayor ejemplo del llamado "humor negro".

Amor eterno... ¡y una mierda, eso no existe! Sólo se llega a admitir EL AMOR como pauta o religión que guíe nuestras relaciones en tanto no nos "mueran". Un famoso y ejemplar ser humano de la historia, llamado JESÚS DE NAZARET, intentó propagarlo, instalarlo entre los hombres. Somos tan mierdas que nos lo cargamos, y encima, con aquel PABLO a la cabeza, aprovechamos su vida y trágica muerte para levantar sobre la ignominia -a fin de cuentas, como en todo- esa multinacional empresa llamada Iglesia Católica. ¡Qué asco! 

Este mundo bochornoso, poblado por seres miserables -vale, a la moda: hombres, mujeres y neutros de todo tipo-, mal hechos, peor terminados y con los adentros llenos de cables cruzados, no tiene en su puñetera vida más que dos o tres pequeñas muestras, muy efímeras, de que la BELLEZA, la TERNURA, el amor muy corto, existen y pueden llenar algún momento de nuestras vidas: UNA ROSA, da igual el color de sus pétalos... ¡paro salvaje, QUE DÉ AROMA, que no esté crecida en un puto invernadero!
Las sonrisas y risas de un niño querido, amado... y aunque esto sea hasta que crezca un poco, maldita sea, en muchas ocasiones te lo quitan antes de hora... (En ese valle-lago hediondo de antes, están los otros niños, esos de ojos saltones, vientres hinchados y narices con mocos ocultos por las moscas. Otra grande, enorme y muy VERGONZOSA VERGÜENZA).
También, si la puerca vida tiene a bien sonreírnos en algún momento, que nos conceda un muy evaporable tiempo de enamoramiento, de amor entre pareja... Pero aquí, nos ilusionamos, nos entregamos tanto que no escuchamos las vocecillas -bordes porque suenan muy por lo bajo-, y, cuando nos damos cuenta, narramos este amor en pasado, como de historia, vislumbrando con llanto amargo -casi siempre cuando ya es tarde- unos futuros de secarral, negros de tormentas de aburrimiento, asco... En fin.

Tengo, tenemos más rabias todos. Por hoy, algo de descanso siento, como si hubiera vaciado de mi mochila algunas pesadas piedras, pero... ¡es que es así como me siento desde hace ya demasiado tiempo! Y lo peor, temo que dure, que me acompañe hasta que estire la pata. Ah, si alguien me asegurara que con dos botellas de buen orujo, me acuesto y se acabó... Pero la vida no te lo permite: Despiertas con una cirrosis de espanto, dolorosa y de lento matar... (Tampoco, digan lo que digan, no hay huevos, como casi todo el mundo, para tirarse desde el piso 15 de cualquier colmena humana).

Uno, a veces, se acuesta y sueña, muy brevemente antes del atontamiento de la noche, que en el próximo viaje programado, no se irá solo, que... Ese imbécil ruido del aire acondicionado cuando lo desconectas, te grita, atronador: "¡Viejo tontaina de mierda...!"

Lo siento por aquellos a quienes haya abrumado con mis neuras negras, pero... !A ver quién me convence de que la vida no es una mierdosa puta barata!

Ea, gente amable.


DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
24 Julio 2015

    




   

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