lunes, 26 de enero de 2015

Tecnología, divagaciones, anhelos...


TECNOLOGÍAS, DIVAGACIONES, ANHELOS...


(Fotografía de Diciembre 2014)

En la sección de "Cartas al Director" del diario EL PAÍS, hace unos días escribía un lector sobre el tema de las tecnologías y hacía mención a una frase que en su día soltó -o escribió, no lo sé- el genial científico ALBERT EINSTEIN y que rezaba así: El día en que la tecnología sobrepase la humanidad, el mundo sólo tendrá una generación de idiotas. A pesar de sus loquillos, blancos y alborotados cabellos, no tenía en absoluto la testa mal amueblaba, creo yo, ¿no?
Pues, hombre, qué quieres que te diga. No lo ve uno tan exagerado y terminal el asunto, aunque sí, y mucho, el hecho de que el tema nos está invadiendo y acogotando cual inmigración de chinos. En todo el resto del mundo, según los medios, igual o más y, encima cada vez se exporta más y, lo peor, todos aceptamos esa importación. Estamos tragando casi, casi hasta que cualquier aparatejo haga y deshaga por su cuenta, y pronto, muy pronto llegará a sentir y transmitir amores, amistad, compañía (¿?) y cualquier sentimiento, hasta ahora grandioso capital del humano, según sus circuitos le dicten sin advertir siquiera a la voluntad del ser que lo adquirió, eso sí,  el adquiriente con el sano egoísmo de servirse de él, de aprovechar su adelanto tecnológico y su capacidad de facilitar nuestros quehaceres. Pero cual relato de ficción -que está dejando de ser tal ficción- se nos está apoderando (Morris West, ya hace muchos años, en su novela El Mono desnudo -hace mucho, pero diría que así se titulaba- ya predijo estas cosas. Quizás se quedó corto). O también la de aquél que creó un monstruo para siendo su amo, ordenarle hacer lo que a él le molestaba o le desagradaba; al final, todos sabemos la historia: el monstruo, la máquina, se rebela contra su creador y lo primero que hace es aniquilar al tontolhaba que la parió y después vagar, libertino y libre haciendo lo que le dé la gana, poco bueno y mucho malo o gamberrada. 
Hoy en día nuestro entorno se está convirtiendo, al menos para mí, en algo que en principio me provoca prevención: la práctica totalidad de seres que me rodean, muy cercanos, cercanos o acercándose, van "armados" con  su "móvil/tableta/ordenador/internet/cámaradefotos/agenda... todo, todo en una cosa plana que cabe o apenas sobrepasa la palma de una mano que ya no sé ni cómo se llama hoy. Da verdadera pena el ver de pronto aparecer a alguien con el rostro desencajado y níveo, preguntando o rogando, no se sabe, "¡Ay, por favor, ¿me he dejado aquí el móvil!
Me da ya un poco de grima ante el anuncio de que viene gente mía a casa... ¡coño es que entran ya con el aparatito desenfundado e iluminados sus rostros por la poderosa pantalla que lo dice, sabe y lo chiva todo. Se me apodera ya el miedo en cuanto alguno se me acerca con el cacharro en la mano, sonriente, con el ánimo -se ve a la legua- o de enseñarnos algún mensaje graciosillo -¿WatSap, guasap, "gapo"; cómo se llaman esos mensajitos?- o, no sé que es peor, con la intención malsana de mostrarnos alguna -o para morirse "unas, varias, muchas..." fotos recientes captadas con el "parato pa to", que, hay que ver, ¿eh?, fíjate tú, ¿eh?.
Le vienen a las mientes a uno aquellos tiempos pasados en que se tenían "fichadas" casas de familiares o amigos autoprohibidas pues ya te esperaban con los álbumes de fotos de todas sus últimas salidas, viajes o, ya para morir, la boda -ceremonia religiosa y banquete y resopón y baile del hijo, hija o quién coño fuera, incluida la foto graciosa del más chistoso de la familia. Ya, y había que mostrar interés, reírse o ser tú y perder esa amistad o el contacto con ese familiar. La leche, xe, la leche.
A mí me daba un gustirrinín enorme el comunicarme con quien fuera, descolgando el auricular de un hermosote teléfono de mesa, meter el dedito en la rueda y, por encima de todo, que el número marcado tuviera muchos "nueves"; esos tric, tric, tric del disco volviendo a su lugar, era casi como algo erótico, ¿no?. Luego, por el oído, además de la voz del llamado nos llegaba hasta un poco de su calor. Hoy, ay hoy. Hoy ya desde la calle entran con un dedo o dos pasando la yema de esos dedos por el plasma del "parato", como quitándole las motitas de polvo.

Puede, por qué no, que yo me haya quedado atrasado, pero es el caso que sí que uso la tecnología, pero por ahora -y espero seguir así- ni se ha apoderado de mí ni me ha hecho su esclavo. Estoy aún, y ahí quiero quedarme, en la fase de utilización de toda aquella parte de esa tecnología que a mí me sirve o de ella me sirvo, sin que todavía se me halla subido a la chepa.
Ahora bien, cada quién ve la vida como quiere, le gusta o le sale. Jamás seré yo quien se lo impida... ¡en tanto no me molesten!
)Me viene a la chola eso que cuentan de CELA. Le preguntaron al cachazudo: "Oiga, Don Camilo, ¿ha visto lo que hace tal o cuál? Pues si, lo he visto. ¿Y qué le parece? Ah, por mí que haga lo  que quiera? Pero, ¿usted lo haría? ¡Ah, no, yo ni hablar!
Pues eso, "a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga"

Y, rediéz, ya se me ha hecho tarde para llamar a los Majos de Oriente (o de donde sean), para comentarles algo. Pero con mi teléfono precioso de auricular tan bonito y majestuoso. Tiene bemoles la cosa que este aparato me lo hicieron desconectar en la que, dicen, es mi casa porque sonaba fuerte y vulgar. ¿Alguien ha prestado la debida atención a los ruiditos, musiquitas, tonitos y demás chorradas que sueltan los "paratos" móviles de ahora?

Hale, va. Si lo habéis acabado, ya podéis ponerme a parir. Se va acostumbrando uno.
(Claro, mañana, si puedo, seguiré. Y si no, al otro. Y si tampoco, pues algún otro ratejo.

Dormid en paz, gente amable.

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano
26  Enero 2015

1 comentario:

  1. Mi querido amigo: Vd. lo ha dicho, recordando al amigo o Dª Fulanita enseñándote albunes o mas tarde vídeos todo el tiempo cuando a lo que ibas, era a verle y “charrar” un rato.
    Esa misma gente con falta de miramiento, sensibilidad, ¿educación? ¿respeto? (estas dos ultimas es que son tan sagradas).Pues le repito es la misma gente con la tecnología actual y es la misma falta de educación y respeto por el amigo.
    Yo no se quien dijo esta frase tan tonta, tan simple y tan sabia, # en el termino medio esta la virtud #
    Yo no conozco a nadie que siempre actué en su justa medida.
    Sabe le voy a contar un anécdota del otro día:
    Tengo un amigo, si, si , amigo, soberbio, engreído y que dicta sentencia (a los amigos se les quiere y se les acepta con sus defectos). Piensa como Vd. pero mas, y debido a esos defectos cae el en sus mismas criticas.
    Comemos a menudo juntos y no se como se las arregla que siempre se pone cara ala televisión en el local de turno. Se casi aísla y esta pendiente de ella. Estoy hasta los cojones de esta actitud de mi amigo que se cree el mas culto y educado del mundo. Como se lo que le jode el tema del telefonito, el otro día cuando se volvió aislar, cogí un telefonito de esos que me han regalado y me puse a juguetear a ver e incluso a comentar sobre, yo que se..(casi no lo se utilizar)
    Cuando el dejó de ver la tele con el primer plato y un poquito mosqueado, yo sin decir nada me guarde el telefonito.
    Mire: Cuestión de educación, Y los tipos que van con gorra o sombrerete hasta para cagar y limpiarse los dientes.
    Sabe oiga? Hay que llamarles la atención, hay que decirseles, la culpa no es de la tecnología es del tipo maleducado.
    - Macho tienes frio en la cabeza o te ha salido un cuerno??
    - La próxima vez que saques el móvil te vas a la mierda.
    Y PUNTO.

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