sábado, 9 de octubre de 2010

VA DE SENTIMIENTOS: CUIDADO

Fotografia de Diciembre de 2008

La criatura de la foto, es lógico imaginarlo, es una de mis nietas. Otra preciosidad que vive más lejos va para prima ballerina, además de ser un bellezón que combina el azul de sus ojos y el gualdo de su pelo a las mil maravillas.

No voy a tratar de una exaltación de mis nietos (ojo: seis), entre otras cosas porque no debe tener adentros sanos todo aquel hombre, puro de espíritu, que no babée, aunque sea poco, al mirar o hablar de sus nietos. En fin, voy a lo que importa.

¡Ojala siga!.

Mañana mismo la vida me hace alcanzar dos tercios del total de la Cifra del Maligno: Me hace cumplir 66 años. Es una paradoja tremenda y ruego que nadie me pida explicaciones: No soy feliz, no estoy contento... pero miro hacia atrás, y sobre al excitante, enorme y tremendo presente de estos seis magníficos nietos que, a veces, me parece mentira que, en parte, procedan de algún gen mío, y va y me siento orgulloso, contento, feliz...

(Un momento: Voy a secarme la baba)

Recuerdo mis jóvenes años de casado con hijos. A todos les dimos el añadido esfuerzo de la llamada "actividad extraescolar". Danza clásica; canto en uno de los principales coros de niños de Valencia; una buena academia de dibujo (al cuarto, ya lo saben, no nos dio tiempo a aplicarle este sobresfuerzo).

Es el caso que poseo una parte de melancolía de la que no me puedo desprender (Tampoco sé si quiero hacerlo), y disfruto repasando y viendo mis álbumes de fotos. El otro día me salió la fotografía del encabezamiento. Lo primero que me pareció es que la partitura, la música pura iluminaba el rosto de mi nieta. Recordé cuando le hice la foto: en su casa, no sé qué día, con el piano que sus padres habían comprado para que la cría practicara (y ya se ocupan ellos, sus padres, de que lo haga). Pero más aún recordé el día que, por final del curso académico, la academia con acreditación oficial a la que acude, hizo una audición para los padres. Esta nieta mía, de belleza rompedora, actuaba la penúltima (tampoco se puede impedir que un enano graciosísimo y algo guaperas fuera el último, porque, en realidad ese chaval rubio tocó de maravilla). Pero yo voy a mi nieta. No sé si tuvo buena técnica, si acertó con el tempo y melodía... ¡no sé música! Pero sí me pareció maravillosa hasta la emoción incontenible el verla a ella, volcada sobre el piano, y escuchar la pieza que tocó -preciosa- que ni sé ni de quién era...

(Un momento, voy a sonarme y sober algún lagrimón algo borde)

En fin, todo esto me hizo pensar en aquellos años, tan lejanos, en los que Ella y yo, casi obligábanos a nuestros hijos -padres de estos nietos- a sus actividades extraescolares (¡sigue siendo tan mierda la educación en España...!), y pensé si ahora mis hijos, padres de estos geniales nietos no se estarán pasando con tanta actividad para sus hijos. Pero ocurre que, por ejemplo, a la de la foto del piano, que tiene algunas cosas más que ahora no importan, y a los otros, con sus "ingleses", sus "balletes", "sus fulbitos y baloncestos", y alguna cosa más, va y se les ve contentos, alegres, bulliciosos y, según el carácter de cada cual, contador o no de sus cosas.

Será, pienso, que este "estresamiento" de sus estudios y actividades extraescolares, no les pilla como lo hizo con sus padres, mis hijos. Esto debe ser algo tan natural para ellos porque ni en ello reparan. Y además, encantados.

Ojala sigas, princesa, y yo llegue a llorar a moco tendido en un concierto en un teatro, me da igual que actúes como única intérprete o solista de una orquesta. El primer grito de ¡bravo! -si es que acierto cuando termina la pieza- será el mío.

¿Os parece bien por hoy? Ya llegaré a las cocinas y fogones monacales, tiempo al tiempo.

Salud, buenas gentes.

DESVENCIJADO

Luis Ramírez de Arellano.

1 comentario:

  1. Hoy, dia 10 del 10 del 2010, cuando celebras tu 66 (todo doble) cumpleaños querido DESVENCIJADO, en vez de hacerte yo un regalo, me lo has hecho tu a mi con el tierno comentario de tu preciosa nieta, yo tambien he recordado a mi hijo cantando en el Palau todo por entonces iba bien y me hacía sentir un inmenso orgullo,pero eso es otro cantar que no viene a cuento ahora.Era por ti por quien estaba contenta,viendo los tiernos sentimientos que te llenan.Gracias por tu regalo.

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