martes, 28 de septiembre de 2010

CAPRICHITOS DE NADA.



Fotografía de Diciembre de 1966.Aquél rey nuestro que heredó medio mundo, y él todavía añadió algo más, un día ganó una batalla contra no sé si franceses, ingleses o moriscos (ni lo pienso consultar), que se llamó, la tal batalla, de SAN QUINTÍN. La envidia es muy mala; entonces nos tenía quina toda Europa y parte del extranjero.

Para celebrar la gran victoria, en lugar de asar varios corderos con los brutos de sus capitanes (de mandoble y tente tieso),es decir, una meriendita de nada al aire libre con buenas jarras de seco y rasposo tinto, va y se mandó levantar esta modesta construcción:

EL REAL MONASTERIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, al pie de la hermosa Sierra de Guadarrama. Puso allí dentro a unos cuantos monjes (me parece que agustinos -tampoco lo pienso consultar-) y él, nuestro tieso y serio FELIPE II, como no era un picarón Borbón sino un aburrido y enlutado Austria, se reservó como despacho y estancia unos cuartuchos por los adentros, para desde allí, con más ahínco y fuerzas de las Alturas, mejor cuidar de defender la fe Católica del tio Papa y que no faltara nunca leña para las hogueras de la Inquisición.

Encima va y más tarde (ay, si se entera el tal Herrera que lo diseñó y edificó) me meten por allí dentro "el pudridero" de reyes y noblezas dignas de que se hagan polvo sus huesos en tal real sitio cuando dejan los fastos de este mundo (cerca de por ahí no deben llevar al turismo, por si huele mucho a muerto real; ojo, que debe oler diferente, no sé si a "azulete" o a qué)
(¿A que la historia suena así más entretenida y, sobre todo, desmitificadora)
A lo serio:
Todo este introito bufo viene a cuento por la última visita a este blog del Sr. Arellanos, que le ha salido con puros vapores de auténtico enamoramiento de su/mi Valencia (y encima sin meritorios politiqueros de por medio).
Aparte del cariño que emana su escrito por Valencia, propone un plan, unos recorridos, unas visitas, "unos descansos" que, lo siento, yo para mí los quiero si mis putos piés y piernas no se me hubieran vuelto acartonados o de trapo viejo mojado, y al turista o visitante que le vayan dando; se le dicen las cosas, se le orienta y nosotros a lo nuestro.
Le ha faltado pensar, querido amigo, primero, en que tal visitante necesita para tal plan, como mínimo, dos días y que, por encima de todo que sea una buena mujer y mujer buena nada anciana, que la luna de Valencia también tiene sus encantos.
Es decir, que sí, que en todo de acuerdo. Y si he metido esta foto y tal preámbulo ha sido por recordar y despertar a la gente, hacerle ver que España entera viene a ser, toda, una obra de arte (¿cuánto españolito habrá por ahí contando las maravillas de Egipto o Estambul o El Caribe y no ha visitado esta joya de la arquitectura herreriana en el mismo centro de España?)
Quiero o tengo planes para un día hablar aquí del descubrimiento que para mí supuso, hace ya tantísimos años, la gastronomía monástica, exquisita, sin deconstruir y a precios de "0" estrellas Michelín o tenedores.
Que Vds. duerman -o la duerman- bien.
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano

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