miércoles, 14 de diciembre de 2011

VOLVIENDO DE NUEVO HACIA ATRÁS.

Fotografía de Abril de 2011
(Auténticos charcos formados por mi llanto, en ALATOZ. ¡QUÉ DE MIERDA TENÍA DENTRO, DIOS)

(Bueno, vale, que sí, que también ayudó la lluvia. -Pero... ¿ayudó o me acompañó?


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No es, mi internauta -o bloguera preferida- el que tengo reservado para ti, encantadadora ANA GENOVÉS.
(Inciso: No sé si te gustará que yo me dirija a ti por este medio cambiándote tu firma.)
Te lo explico: En este tema soy bastante nacionalista de LO ESPAÑOL: Veamos: ANA es un nombre precioso para cualquier hembra española. A lo sencillo y sin ánimo alguno de provocar, ¿que pinta una "n" más, y el garabato anglosajón e internauta de la "@"?
¿Me permites, Ana que yo te siga llamando "a mi manera"?

Bien, vamos a intentar transferir lo que quiero que quiso ser poesía y no sé en que quedó... ¡Ahí va!


                        Cita previa:

                         "Algunos matrimonios acaban bien, otros duran                toda  la vida"

(Estas citas me las prestan en el "El Aromas", el bar de mi esquina, en especial, el gestor, pero no tengo ni puñetera idea de quién fue su original inventor o paridor)
¿Vamos a lo pretendidamente serio?)


  

INTENTANDO HACER POESÍA





= NOSTALGÍA =
( Maldito el recuerdo)

Te recuerdo... ¡y no quiero!
¡Me duele tanto lo que el recuerdo me trae!
No quiero, repito... ¡Pero eras tan grande amor !
Recuerdo, ¡y cómo! el aspirar el aliento por tu boca espirado,
con mis besos, con los tuyos.

El azúcar de tus labios,
la sal de tu saliva.
Recuerdo tu mirar, mirándome,
tan de cerca, tan tu mirar en el mío,
¿gozando, demandando, dando?
A veces, sólo veía tu nuca, tu carnosa espina dorsal,
tus nalgas entregadas, pero...
siempre te volvía: necesitaba tus ojos, tu mirar,
¡tan intenso, tan embriagado y embriagador!
Recuerdo, ay, el calor interno de tus muslos,
apresando mis caderas.
No te vayas, me decías.
No podía irme.
Indefenso, vencido, agotado, exprimido...
feliz en mi modorra de amor.

Tanto recuerdo esas pequeñas muertes,
¡tan dichosas!
No parecía de este mundo ese morir,
muriendo en el fondo de tus ojos,
¡tan vivos, tan ansiosos, tan pedigüeños, tan generosos!
No quiero seguir recordando estos recuerdos,
¡te he amado tanto!

Admito, si es el caso, morir con estos recuerdos.
Bien,
que venga la muerte
si el paso lo he de dar
sintiendo la nostalgia del calor de tu cuerpo.
Y no es que lo pida,
sólo que mi vida
no tiene objeto ni meta sin el Amor,
y el Amor para mí, sólo y únicamente,
lo es, lo has sido tú,
mi preciosa y turbadora hembra
o sea, TU
lo quieras o no... Tú.





Luis Ramírez de Arellano
(En una tarde jodida del mes de Febrero de 2008)

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano ( actual: Diciembre 2011)






  

2 comentarios:

  1. Des,
    La fotografía es tan hermosa como el poema y, tengo muy claro que, la lluvia acompañó tu congoja…
    Tus halagos me conmueven, hasta me ruborizo cuando los leo. Pero mentiría si te dijera que no me agradan.
    La cita, una verdad tan grande como la catedral de Santa María de la Sede de Sevilla (con seseo incluido, son asínnnn de salaos). Yo desearía incluirme en esos matrimonios, perennes, donde la pasión cede ante el amor… Y por último, el cariño, te acompaña hasta el fin de tus días.
    Nostalgia… Tan sincero y entregado como reiterado en los hábitos de todos y cada uno de nuestra especie.
    Sólo que, algunos amores, con el último suspiro de la llama ni tan siquiera te dejan una pequeña llaga. Y otros, muy al contrario, te desquebrajan la vida y hasta el alma.
    Después estamos los apasionados y los románticos, y, tú y yo, tenemos ambos calificativos. En realidad desconozco si el mero hecho de dejarnos llevar por las letras que emanan de nuestros poros, son las causantes de este derroche de sentimientos… Sólo sé, que somos capaces de expresarlo.
    Sin amor nada existe.
    Para ti,
    Ana Genovés

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  2. Des,

    La fotografía es tan hermosa como el poema y, tengo muy claro que, la lluvia acompañó tu congoja…

    Tus halagos me conmueven, hasta me ruborizo cuando los leo. Pero mentiría si te dijera que no me agradan.

    La cita, una verdad tan grande como la catedral de Santa María de la Sede de Sevilla (con seseo incluido, son asínnnn de salaos).

    Yo desearía incluirme en esos matrimonios, perennes, donde la pasión cede ante el amor… Y por último, el cariño, te acompaña hasta el fin de tus días.

    Nostalgia… Tan sincero y entregado como reiterado en los hábitos de todos y cada uno de nuestra especie.

    Sólo que, algunos amores, con el último suspiro de la llama ni tan siquiera te dejan una pequeña llaga. Y otros, muy al contrario, te desquebrajan la vida y hasta el alma.

    Después estamos los apasionados y los románticos, y, tú y yo, tenemos ambos calificativos. En realidad desconozco si el mero hecho de dejarnos llevar por las letras que emanan de nuestros poros, son las causantes de este derroche de sentimientos… Sólo sé, que somos capaces de expresarlo.

    Sin amor nada existe.

    Para ti,

    Ana Genovés


    P.D. Perdón, hoy estoy espesa. Es el mismo comentario, pero éste está adecentado.

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