martes, 27 de abril de 2010

REBAJEMOS LA SERIEDAD.

Todos conocemos (hombres -y mujeres aunque ellas eso lo consideran machismo en lugar de envidia ¡Dios, la que me va a caer!) a las cantantes, hembras, que más asoman por la pantalla de la tele. Digamos: Beyoncé, Rihanna, Jenifer López (ésta última creo que tiene asegurado en bastantes miles de dolares su hermoso trasero), Mariah Carey, Shakira, Britney Spears, Kilie Minogue, Marta Sánchez... Quedan algunas, seguro, que se me olvidan.
A ver, machos, ¿alguno me puede entonar o caturrear, ya, ahora, alguna canción de estas señoritas -como las llamaba Umbral-? ¡A que no!
Pero, ah, ¿a que la mayoría o todos me pueden decir algo de sus anatomías, gestos, poses de labios, lenguas que van y vienen, miradas "del todo inocentes y frías"...?

Y ahora viene el fondo del asunto: ¿Hubieran triunfado sin esas pelvis dislocadas, sin esos contorsionismos, sin, sí, esos muslazos y demás encantadores -y, rediez, bien aprovechados- dones con que fueron dotadas por la naturaleza?

Ahora para "ellas". ¿A que recordáis más las canciones y letras de Alejandro Sanz que las de todos los demás "cantandes" de, también, caderas y pelvis dislocadas? De todo ese grupo, a mí, al menos me parece el más serio y profesional. (¿Cuántas os habéis llevado el chafón del siglo con Ricky Martín...ay, ay?)

DESVENCIJADO

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