viernes, 30 de abril de 2010

Sigue EL HIYAB.

En conjunto, para ARELLANOS y EDUARDO.

En efecto, tal como os dije: váis por el mismo pasillo.
No tengo el día adecuado (habitual en mí) para, cortesmente, contestar a vuestra atención de opinar aquí, sí, en ésta vuestra casa, pero educación obliga.Veamos:
-Compartís, ambos, una de las dos opiniones de las discusiones sobre el "hiyab" y cuestiones islámicas que revientan los medios (periódicos y teles y radios) y discusiones en tertulias y bares (esto último es lo peor, darle más atención a ésto que unas buenas bravas o coquinas o navajas o dos gambones a la plancha con un buen blanco de Rueda o una buena y bien fría cerveza, sí, es una pena esta forma de malograr los aperitivos tan españoles y tan ricos); en fin que, como una las opiniones reinantes entre los pensantes españoles (y que es mucho pensar en estas cuestiones, porque supongo os habréis dado cuanta de cómo se transparentan por la calle, o en algunas conversaciones, muchos cerebros de lo vacíos que están, de masa y, lógico, de opiniones), decía, yo la respeto como se debe hacer entre gente civilizada que pretendo ser.
No, Arellanos, no he acabado. Tengo el defecto de enrollarme y, muchas veces no ser lo escueto que debiera. Aunque creo que este asunto, no debe despacharse tan "a la ligera".
A ver: Yo, para mi opinión, sólo, únicamente, me centro en el aspecto religioso. Supongo estaremos de acuerdo en que la religión, el sentir espiritual de cada quién en SOLAMENTE individual y personal. JAMAS puede -o debería- emanar de Estados o poderes fácticos alguno. Siempre respetaré "las cultura y costumbres" de cualquier país que visite. Si en eso, lógicamente, entra el que no debo ofender a nadie entrando en una mezquita con unas botazas de cojones, me adaptaré, no por "su costumbre", sino por respeto a SU CULTO, A SUS CREENCIAS.
Por la misma razón, no se debe permitir a ningún hindú, por ejemplo, entrar en una catedral católica, desnudo de medio cuerpo hacia arriba y hacer sus abluciones con el agua de la pila bautismal (¿exagerado el ejemplo? Es para que se me entienda a la primera). Pero me ratifico -otro ejemplo- en que si una islámica, con cualquiera de sus vestimentas (OJO, MENOS EL BURKA, inadmisible por lo que de "escondite" conlleva) desea entrar, digamos, a visitar la enorme obra de arte que es la Catedral de Burgos o alguna otra preciosa joya del románico, gótico o renacimiento español, siempre con respeto, educación y al aire su rostro, no tengo por qué negarle la antrada ni obligarla a quitarse ningún velo.
En nuestra España, sin embargo, todavía en algunos, para los católicos, y más para los practicantes, santos lugares, por aquello de "las perras del turismo", se permite la entrada a gentes con bermudas de patada a la vista, camiseta sudada en ellos y camiseta con mollas "por defuera" a ellas, y -conste, he sido testigo: en alguna de ellas, en algunas de las capillas estaban oficiando misas. ¿Por qué cojones, sin perdón, no se mete aquí, en España mano a estas cosas? (Debo admitirlo, cada vez se ponen más serios. Todo llegará).
Yo apenas "he viajado" por afuera. Sí más por mi España. Pero aunque la gente se muestre algo escéptica con ello, de leer y ver cine -aunque sean malas películas- se agarran aspectos y detalles de todo tipo de culturas y religiones. Yo he leído y visionado cine.
Lo primero que me llama la atención, es que tú, Eduardo, nombras, principalmente, paises "fundamentalistas". Lo siento, esos para mí no cuentan. Son, como decía Umbral "las gentes de un sólo libro, El Corán". No me valen. He visto, leído y me han contado de Nueva York -New York o N.Y., como queráis-. Allí se palpa todavía restos de racismo, pero "¿de estas cosas?" No más hay que fijarse en los planos "de relleno" de las películas, o descripciones de Philip Roth , nacido y criado en uno de los grandes barrios, como ciudades, de N.Y (creo de Nework, que no sé ni siquiera si está bien escrito, y además es judío). En Alemania, Francia, Bélgica, Italia, hasta Suiza... están resurgiendo problemas como el de aquí, pero, sed un poco analistas e imparciales, ¿quién está volviendo a levantar estas homofobias? Lo dejo a vuestro criterio.
Como final del rollo: Os expondré mi caso. Desde hace más de 30 años llevo colgada al cuello una finísima y bellísima y pequeña cruz de plata con cadena de idem. Y ya -por desgracia- nada tiene que ver con la religión, y menos la católica, aunque sí, de allí nació el colgármela; por hoy, creo se puede decir de mí que no soy ya ni ateo, sino agnóstico (duro para mí). He tenido -o he querido- en dos ocasiones, dar la explicación oportuna al que se atrevió a preguntar, al oirme expresarme, sobre la razón de mi cruz al cuello, y que ahora no importa -Arellanos la sabe-. ¿De verdad creéis que si yo, aquí en España, aunque intentando ocultarla pero se viera, pidiera poder visitar una mezquita en su culto, además de los zapatos me obligarían a quitarme la cruz, si yo muestro mi máximo respeto por su fe? Honradamente, yo creo que no.
Por último, en el año 1987 recalé con toda mi familia en Las Palmas de Gran Canaria. Cerca de tres años viví allí. El cosmopolitismo y muticultularidad que, ya, allí se vivía y convívía, me causó impacto. A contar: Hindúes -los amos de los bazares-; chinos, negros -te dodas las partes del golfo africano más cercanos a las Islas-, coreanos -Corea tenía su base pesquera del Atlántico en el Puerto de la Luz de Las palmas-, gentes del Magreb... (Como anécdota, los más cercanos africanos -unas dos horas de avión- venían con sus mujeres a Las Palmas en el primer avión a comprar en El Corte Inglés y otros lugares de alimentos; se volvían a su país en el último avión que podían) Desde el principio noté que absolutamente nadie -blanco canarión o peninsular- se volviera al cruzarse con aquellás negras de rostros tan hermosos pero cubiertas con velo. La Prensa mismo, era habitual que al dar la noticia de algún suceso criminal, le dieran la menor importancia a la raza o procedencia o del agresor o la víctima. Ya entonces deduje que allí, en Canarias, habían aprendido a convivir con otras culturas y religiones antes que en la Península.
No os canso más porque, entre otras cosas, yo estoy ya cansado de darle el tecladito este.
Abrazitos a los dos.
DESVENCIJADO

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