viernes, 28 de mayo de 2010

ENERGIA (Necesaria).


(Higueruelas, uno de los mayores parques de energía eólica -me dicen- de Europa, tal vez el "más")
Me llegan noticias de ALATOZ, siempre recibidas con alegría (Jaime).
Me informan que están preparando una manifestación/Marcha en protesta por la posible instalación del cementerio nuclear en ZAFRA.
También me recuerdan que Alatoz está rodeado ya de bastantes "cosas" inquietantes (Campo de Maniobras Militar en CHINCHILLA -precioso pueblo que no merece este grano-; la central Nuclear de COFRENTES, agradable y bonito pueblo, sobornado por el trabajo y, lógicamente, dineros, que la Central da al pueblo y sus gentes; no me lo dicen, pero me parece que también hay algún campo de tiro militar en terrenos cercanos o pertenecientes a Higueruelas -esto no lo puedo afirmar; sólo que sí, en más de una ocasión, circulando yo por aquella estrecha y de tanta revuelta carretera, me he encontrado con bastantes letreros de advertencia de "¡Atención - Peligro- Campo de tiro militar"! ¡Manda cojones! -creo que esto es lo único bueno que ha salido de la boca del tal Sr. Trillo que aún sigue por ahí, con coche oficial y escoltas. Anada qué...).
Lo que yo no sabía -y ahora me lo dicen- es que los "futuribles" terrenos para el cementerio nuclear pertenecen al núcleo familiar del Sr. Cotino -¿les/os suena?-.
Y ahora viene MI problema. Veamos, voy, a ir diseccionándolo.
Zarra y Cofrentes son poblaciones pertenecientes a Valencia, extremo o inicio del precioso Valle de Ayora, pero prácticamente lindan, a partir de un diminuto pueblo -casi caserío- llamado Casas de Juan Gil, con Albacete, con La Mancha, cuya vecindad con estos centros nucleares, de peligrosidad probada, temida o intuida, Alatoz, La Mancha, Albacete, lleva quejándose años, en general, todo el vecindario fronterizo.
Antes de comenzar a exponer mis hamletianas dudas, en puro castellano, lo que más me jode es que, como está de moda últimamante, ande o salga por los medios un político de derechas y meapilas del mal que tanto afecta ya a Valencia, por ej. el Sr. Cotino (¡¿cuánto le toca -en euros de 500 y en normal y declarable al/los propietarios del terreno del, dicen, resucitable muerto y peligroso muerto nuclear?!)
Veamos mis dudas y preguntas (al que de verdad sepa y acceda a aclararme mi cabezón):
Yo, o mi familia y yo, tanto en Valencia como en Alatoz, tenemos más que bastantes necesidades de "energía". Multitud de trastos, aparatos y aparatejos que sólo pueden funcionan con "energía", jamás a pedales.
Pero... ¡¡¡¿¿¿ qué medio de producción de energía de la que nos hemos hecho dependientes preferimos???!!! Las hay nuclear, térmica, eólica, hidráulica, dependiente del asquesoro "chapapote"... ¿Qué hacemos?
Todas, para el común de los vivientes, gritan o declaran sus pegas. Pero yo -y creo que muchos- hasta hoy no hemos podido comprobar un estudio comparativo de pros y contras de cada una de ellas. El dicho popular dice: "el que algo quiere, algo le cuesta".
A ver si puedo no cabrear a nadie:
-La energía nuclear, por favor, salvando todas las distancias que se le puedan ocurrir a mentes sumamente en contra, la he llegado a comparar con la aviación, es decir, el transporte comercial aéreo. Según estadísticas, es el medio más seguro del mundo, pero, ah, cuando un trasto de estos de no sé cuántas miles de toneladas se cae y se hace picadillo contra el suelo con toda su carga humana, ¿cuánta gente "la diña" de golpe y al mismo tiempo? ¿De verdad es tan, tan peligrosísimo, el grandioso enterramiento, a profundidades insondables y con revestimientos "anticataqulísmicos" de los residuos nucleares? (Por si acaso, repito: ¡No lo sé; quiero saber para decidir mi apoyo o negativa!).
-Energía eólica: Vaya por delante que me están jodiendo todos los fondos de horizontes captables por mi máquina fotográfica. Pero menudencias aparte: la veo limpia, ¡la mueve y proporciona el viento, el movimiento, más o menos rápido, del propio aire que respiramos! Pero, ah, va y de vez en cuando, se carga a una rapaz -no sé, un cuervo, un aguilucho, etc. Vale. ¿Nos deshacemos de la nevera, de la televisión, del aire acondicionado, de la cocina eléctrica...? Repito ¡¡¡Es que no lo sé!!! Me duele la muerte de estas aves por los tremendos palazos de estos gigantestos molinos (menos mal que en tienpos de don Alonso Quijano no existían: no huibiera pasado su vida y la novela del capítulo de "los molinos").
No me extiendo más, porque quizás me metería en análisis de cosas de las que no entiendo (y no olvidarlo nunca: la ignorancia es muy atrevida). Pero, ¡ayuda! Yo -y casi todo el mundo occidental- ya no sabemos vivir sin energía que alimente todo aquello que nos hemos hecho-o nos han hecho- de impresindible consumo, habitual y diario. ¡Por algo nos debemos inclinar!
El mal del mundo de siempre ha sido elegir no lo bueno sino "lo menos malo".
Por favor, que alguien me convenza o me ilustre de por qué medio me debo inclinar a defender para mantener mi ya -lo siento- imprescindible aburguesamiento. No sabría, ni podría ya vivir, con antorchas y yendo al rio todos los días por agua.
¿Se atreve alguien a dictarme una clase?
DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano

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