Fin DE TERNURAS RECIAS.

Me parecía como un agravio comparativo acabar el día habiendo hablado sólo de tres.

Pues aquí, los otros tres. El de arriba, el mayor de todos, con algo de melenas; cuando va así yo lo llamaba "melenas, el terror de las nenas".Hoy ya no. No le gusta.

Ojo con las otras dos, primerísimas princesas de mi harén (están ya en la edad en la que se dejan apretar y toquetear poco... Y yo, me las comería a besos).


Bien, he cumplido con una especie de "picazón" que tenía. No podía presentar sólo a tres.
Ya conocéis/conocen a los seis. Como soy antiguo, de los bellezones de nietas que tengo más vale que las olvidéis. Soy un poco caguetas, pero si alguien les hiciera daño alguno, ese alguien no tendría escondite en el que refugiarse de mi furia...

Más comentarios no caben. Sólo repasar lo dicho en la anterior entrada.

Algo cabe añadir: Con lo reguiñón que soy con las algarabía y follones de SEIS nietos juntos, con lo mal que sé tratarlos, ¿alguien puede imaginar los litros de baba que desbordan de mi boca entreabierta cuando desde fuera de sus juegos y conversaciones los veo, los escucho, observo cómo la vida cae sobre ellos y ellos la agarran con ganas, con ilusión y con pureza?

¿Por qué habrá que crecer y perder el estado de estas edades?

DESVENCIJADO
Luis Ramírez de Arellano