jueves, 4 de marzo de 2010

BREVE CONFESIÓN LITERARIA.

Quise ser escritor. Hasta hace poco, relativamente, en ese intento he estado. Desde el 79 del 1900 -siglo pasado, claro- empecé a querer hacerme notar como escribidor. Logré dos premios de literatura "corta" (novela y relato) y un "primer finalista" en uno de cuentos. A partir de entonces, lógicamente alentado por mis pequeños triunfos, seguí, seguí... y seguí. Fui enterándome de los recovecos de los premios literarios (qué le voy a hacer, era algo inocente). En mi última etapa "en activo" acabé pagando más de lo que me llegaron a dar con los premios por publicar, por confianza en lo que escribía (todo hay que decirlo, aupado mi empeño por, a pesar de llevar mucho esmero en la selección de mis compras de libros, los bastantes bodrios que se me colaban en casa y con las contraportadas llenas a reventar de alabanzas). Uno de los últimos, casi, casi me estafa. No pudo por la profesión con la que toda mi vida me he ganado, vale la redundancia, mi vivir: Yo era -creo que lo sigo siendo- espabilado. El sinvergüenza sevillano -no certifico que era andaluz pero allí residía- no paraba de pedirme "el dinero". Le dije que hasta que no viera los libros en alguna estantería de librero y los ejemplares que me correspondían en mi casa, no le enviaba un maldito euro. Me parece que fui el último que salió indemne de su caradura. Tuve mis libros editados, pero pésimamente y de muy mala manera. Enseguida me enteré, por los periódicos, del montón de demandas que le habían puesto "al caballero andaluz" mucha gente, seguramente jóvenes escritores ilusionados en exceso por ver su trabajo en letra impresa. Aquel cabroncete se llevo sus dineros e ilusiones, todo vilmente mezclado. Lo último publicado -lo que más a mí, el paridor, me gusta- también me costó dinero. Pero, a pesar de ser en cuidada y bonita edición, el dichoso editor no cumplió nada de nada de lo prometido. Su parte era la promoción, presentación en Madrid y Valencia, etc. Na de na. Y honradamente -no me gusta nada la falsa modestia- creo que mi último trabajo, literariamente hablando, no estaba nada mal. Entre todas estas aventuras y guerras con editores y concursos (los medianos e importantes de auténtica vergüenza nacional), aparte de sentirme bastante más lector que escritor, y como en estos momentos, estar leyendo al grande Antonio Muñoz Molina su último trabajo/tocho La noche de los tiempos, la electricidad que pone en el vello, la emoción con que me hace caer dentro de sus páginas densas, a reventar de literatura de la buena, y otros tantos que, por mi muy cuidadosa selección a la hora de comprar libros, me hizo pensar que qué narices hacía yo persiguiendo ser un escritor, sentí por mis adentros como la voz de un porteño amigo: Déjate de vainas, boludo, guerreando con lo comercial de la literatura que jamás vos ganarás; disfruta leyendo a los buenos y como no bebés mate, tríncate un buen orujo o un buen vodka, muere tranquilo y no inquieto...
En fin, sí, desperté. Leo mucho más tranquilo y me dedico a escribir con una soltura increíble en diarios que yo llamo "póstumos", es decir, ni se verán ni se leerán hasta que yo la diñe. Suelto largo en ellos, tanto dañino como florido de los míos más cercanos. Aun así, creo que algún pasaje, de atrevimiento poético mío, podría largaros aquí... y cada quién que me ponga como quiera.
===============

Añado hoy una de mis preguntas: ¿Qué clase de sociedad hemos llegado a crear, para que el suicidio sea al día de hoy la primera causa de muerte no natural, por encima de accidentes de carretera y demás? ¿Qué tipo de convivencia hemos adoptado?

DESVENCIJADO.

2 comentarios:

  1. Mire Sr. Desvencijado, esa pregunta última que hace Vd. nos la hacemos todos, mejor dicho, todos los que pensamos. Este puto sistema y esta puta sociedad de consumo que hace lo accesorio importante, puede llevar a la gente a cualquier situación.
    Respecto a su confesión yo le digo que siga Vd. leyendo disfrute de Muñoz Molina y de Cervantes, oiga musica, tertulie tranquilamente con sus amigos, discrepe si hace falta y que le den por el culo a la bicicleta.
    Y ahora yo le hago una pregunta: Por que le publican a Espido Freire y a Lucia Echevarria y a gente como a vd. no? ¿Como es posible que una señora o lo que sea, que compara la Fiesta de los toros con el maltrato infantil esté y sea lo que es?.

    ResponderEliminar
  2. Ante su ultima pregunta a la cual por supuesto no tengo respuesta,digo; ya era hora de que se empiece hablar de suicidio.Es un tema absolutamente tabú.
    Un tema que ocurre todos los dias pero que se esconde ,no se menciona y se omite deliberadamente.

    Lo que no sale en la tele o escucha en las radios tambien existe! Estamos mediatizados completamente! y por lo tanto manipulados en cierto modo.

    Por cierto que asco da Lucia Echevarria.Aun Espido Freire y su prpotencia me ponen algo cachondo.

    ResponderEliminar